Dejó de existir en esta ciudad el doctor Enrique Domínguez, eminente médico venezolano considerado uno de los padres de la Rinología, quien había nacido en San Felipe hace 98 años. No solamente el gremio médico lamentaba ayer su desaparición, sino también a decenas de hombres y mujeres que se formaron profesionalmente en los centros clínicos donde ejerció.
El doctor Dominguez tuvo una larga vida. Era un hombre afable, disciplinado, capaz de enfrentar los retos más importantes de quien llega a la medicina estimulado por su padre, un francés que llegó a Venezuela en 1852. Enrique quiso ser ingeniero inicialmente, pero su familia no contaba con suficientes recursos económicos, por lo cual aprovechó una beca de 150 bolívares que ofrecían a quienes manifestaban su interés por la carrera médica.
Ya graduado se vino a Barquisimeto donde tuvo una destacada actuación como Otorrino donde labró una trayectoria de muchos años hasta su retiro, una decisión que sin duda, fue muy pensada porque le era difícil hasta hacerlo en unas vacaciones sin fecha de regreso.
Personalmente fue un personaje donde el humor, el amor por la música, especialmente el tango, la fiesta brava, el béisbol y otras actividades recreativas, formaban parte de los momentos de ocio.
El doctor Juan David Carvajal, uno de sus alumnos preferidos, contaba apesadumbrado sobre las virtudes de quien también fuera su maestro y amigo.
El Impulso presenta hoy a la familia del doctor Domínguez su más sentida palabra de condolencia por el fallecimiento del ilustre médico, especialmente a su esposa e hijos y al gremio médico que registra en esta oportunidad una gran pérdida
