El organismo humano se rige en muchas de sus funciones por lo que los expertos denominan como el «Reloj Biológico» y a la hora de dormir, el cuerpo descansa con la finalidad de regenerar las funciones cerebrales. Una de las consecuencias del racionamiento eléctrico que se ha extendido hasta por más de 6 horas en el estado Lara, ha sido el descontrol o cambio en los patrones de sueño, especialmente en las personas mayores, lo cual a su vez ha incrementado el consumo de medicamentos para dormir o ansiolíticos, lo cual es contraproducente.
En consulta realizada al médico internista Ludín Gómez, éste señaló que efectivamente en las personas mayores de cincuenta años los patrones de sueño cambian y las horas de descanso se pueden reducir hasta cinco horas a diferencia de las ocho, que son el estándar común de la población.
Es el caso que ante la actual situación de racionamiento eléctrico por todos conocida, cuando el suministro eléctrico se interrumpe al finalizar la tarde y comenzar la noche, es decir, entre las 6:00 y 7:00 pm, los ciudadanos al quedar en la penumbra no tienen más opción que irse a dormir y luego se despiertan cerca de la medianoche cuando el servicio es reestablecido.
Y es aquí cuando se presenta el problema, pues a la medianoche y luego de dormir cinco horas, las personas mayores se levantan y luego es muy difícil conciliar nuevamente el sueño, lo cual generalmente presenta dos alternativas que son deambular durante la madrugada o ingerir algún ansiolítico u otro medicamento para poder dormir.
Indicó el doctor Gómez, que ese descontrol ha llevado al consumo compulsivo de ese tipo de medicamentos que según dijo, son para evitar y controlar la ansiedad y no deben utilizarse como hipnóticos. El uso de medicamentos para dormir puede causar dependencia, lo cual no es recomendable.
Además, el descontrol en las horas de sueño causa efectos secundarios no sólo en las personas mayores. Se ha dado el caso que ante el cambio obligado del patrón de descanso, muchas personas sufren en la actualidad de ansiedad, sueño superficial, pesadillas, falta de concentración, cansancio y estrés, entre otros.
Recordó el doctor Gómez que el sueño es indispensable para el descanso cerebral y que la ansiedad bloquea el sueño y es por ello que el uso de ansiolíticos debe destinarse a regular los niveles de ansiedad, más no de «noquear» al paciente.
En todo caso, este tipo de medicamentos debe administrarse en dosis muy pequeñas y recomendó el galeno ir a consulta médica a fin de recibir las indicaciones y recetas apropiadas, ya que como se indicó en un principio, el uso indiscriminado de ansiolíticos puede producir, entre otros, dependencia y eso no sería lo indicado.