#OPINIÓN Cronicario: Hace 90 años nació en Caracas Alfredo Sadel, el tenor favorito de Venezuela #18Feb

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Este sábado 22 de febrero se cumplen noventa años del natalicio de Alfredo Sadel, El Tenor Favorito de Venezuela, el más grande cantante de nuestro país en todos los tiempos y el primer gran ídolo de masas, pionero de la radio, la televisión y el cine.

Hace noventa años, el 22 de febrero de 1930 Manuel Alfredo Sánchez Luna nació en una casa ubicada al lado del viejo cine San Juan, en la popular parroquia San Juan, en la pintoresca Caracas de esa época, la ciudad de los techos rojos como la llamó el Cronista Enrique Bernardo Núñez. Juan Vicente Gómez tenía 22 años en la presidencia y aquí mandaba el sanguinario Eustoquio Gómez, su primo.

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Fue uno de los tres hijos de Manuel Sánchez Benítez y Luisa Amelia Luna y lo bautizaron Manuel Alfredo, quien desde su niñez manifestó su vocación musical. Una vez se presentaba con otros artistas de su mismo apellido y lo modificó: Tomó las dos primeras letras del apellido «Sa» y le añadió la desinencia «del», por Carlos Gardel, a quien admiraba. Así nació Sadel como se le conocería para siempre.

Cantaba en programas de aficionados y en la «Caravana Camel» se hizo cantante profesional. Con el ingreso pagó su primer disco de 78 revoluciones por minuto, su paso doble Diamante Negro, homenaje al torero Luis Sánchez. ¡Vendió veinte mil copias! un fenómeno de ventas inimaginable para la época. Fue el inicio de una ascendente trayectoria musical.

La gran pianista venezolana María Luisa Escobar, fundadora del Ateneo de Caracas lo ayudó muchísimo en sus inicios en la radio y él la compensó al popularizar su desde entonces muy famoso y conocido bolero Desesperanza, otro de los grandes temas de su repertorio.

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En 1951 grabó en Radio Barquisimeto la primera versión fidedigna de Endrina, el emblemático bambuco de Napoleón Lucena. Actuó trece semanas en el Chateau Madrid de Nueva York, donde pasaban los más famosos artistas del momento, bajo la dirección musical de Aldemaro Romero de quien se hace amigo, otro venezolano que iniciaba su proyección internacional. En 1952 Sadel debutó exitosamente en el teatro Jefferson de Nueva York y adquiere gran popularidad en Estados Unidos. Actuó en el Colgate Comedy Hour con Lola Flores en el teatro San Juan de New York.

El animador más importante de la televisión estadounidense lo invitó a su show diario, transmitido de costa a costa, allí en el famoso show de Ed Sullivan Sadel interpretó el clásico italiano Matinata, con arreglo de Aldemaro Romero. La prensa lo calificó “el artista latino más popular de la televisión norteamericana”.

En 1953, de regreso fue el artista estelar en la inauguración de Radio Caracas Televisión. Participó en “El Show de Víctor Saume” donde cantó al lado de Lucho Gatica y “El Show de Renny”. En 1955 debutó con gran éxito en La Habana, Cuba y de adueñó de la audiencia con su propio show de televisión. Con la RCA Víctor allí graba su primer Larga Duración Mi canción, que rompió todos los récords de ventas para un artista de esta parte del continente y grabó a dúo con el gran Benny Moré el bolero Alma libre.

En 1958 fue el primer artista venezolano en Hollywood, contratado por la Metro Goldwin Mayer que lo mantuvo un año recibiendo sueldo y al no asignarle ningún papel Sadel se marchó a México donde ya era famoso por sus discos y participó en varias películas con Evangelina Elizondo, Miguel Aceves Mejía, Javier Solís, Elvira Quintana y Sara García y su carrera terminó con “Martín Santos, el llanero”, coproducción mexicano-venezolana con Lorena Velásquez y Adilia Castillo.

En 1957, retando a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, estrenó en el Show de Víctor Saume, el bolero Escríbeme, de Guillermo Castillo Bustamante, preso político de la dictadura perezjimenista que se convirtió en himno para los prisioneros del régimen. Emblema de la libertad. Escríbeme dibuja el anhelo de los presos políticos de recibir cartas de amores, familiares y amigos.

En 1961 Sadel se casó en el Palacio de Miraflores con Rosita, una de las hijas del fundador de Acción Democrática Valmore Rodríguez y sus padrinos fueron el ex presidente y novelista Rómulo Gallegos, autor de Doña Bárbara y el entonces presidente Rómulo Betancourt, quien decidió la boda en el Palacio de Miraflores por los acontecimientos políticos que sacudían al país.

De lleno en la lírica, Sadel viajó por América para presentar las óperas más importantes del género. En Lima, capital de Perú, Alfredo Sadel y Pepita Embil protagonizaron una de las temporadas de zarzuelas más exitosas de ese país.

En 1967 Sadel fue el primer cantante lírico venezolano en llegar a Siberia y a otras catorce naciones europeas. En 1977 organizó una gran temporada de ópera en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela y otras ciudades del país, participando también en temporadas de zarzuela en el Teatro Nacional y en 1979 grabó Homenaje al trio Los Panchos, primer lugar de ventas y Disco de Oro.

En los días 18 y 19 de enero 1969 participó por una medida cautelar en el Primer Festival de la Voz de Oro de Venezuela organizado en Barquisimeto en el marco de la Feria de la Divina Pastora por el periodista José «Cheché» Cordero y el músico y compositor Ernesto Torrealba.

La Voz de Oro fue para Héctor Cabrera, con el tema Rosario, de Juan Vicente Torrealba, segundo lugar para Mirla Castellanos y el tercero para Sadel con las protestas de algunos participantes y sus partidarios. Enfurecido, el público casi destruyó el anfiteatro. En la segunda edición participó con su canción Aquel Cantor dedicada al tenor Lorenzo Herrera y obtuvo el primer lugar, reconocido como la Voz de Oro de Venezuela. Por aquellos tiempos, con el apoyo de Juan Romero Antoni en la presidencia de Fundalara grabó diez simbólicos temas larenses.

La Fundación que lleva su nombre recopiló su discografía en tecnología digital, en la serie Documentos Alfredo Sadel, de modo que su voz y su memoria estén para siempre en el acervo cultural venezolano. En 1999, su hijo, el colega periodista Alfredo Sánchez realizó el documental: «Alfredo Sadel: aquél cantor», uno de los trabajos más completos sobre su vida, con escenas inéditas como las recogidas en Estados Unidos, en los años ’50 del siglo pasado. El documental cuenta su evolución como cantante por artistas como Celia Cruz, Plácido Domingo, Simón Díaz, Lucho Gatica, Libertad Lamarque y Emilita Dago.

El 31 de diciembre de 1988 se presentaba en Cali, Colombia y debió viajar de urgencia a Caracas. En 1989 se presentó en el teatro Teresa Carreño con la Orquesta Sinfónica Venezuela en conciertos que marcaron su despedida. Llegó en silla de ruedas y venciendo todos los obstáculos físicos cantó junto a María Marta Serra Lima y Los Panchos. En su último concierto, en el Teatro Teresa Carreño, Alfredo Sadel recibió a los asistentes con estas palabras: “Ustedes se imaginarán porque estoy aquí, esta noche… necesitaba verlos”. El público disfrutó una vez más su actuación y entre lágrimas y efusivos aplausos despidieron al cantante más grande de Venezuela en todas sus épocas.

La madrugada del 28 de junio de 1989, de 59 años, muy joven aún, Sadel se fue a la inmortalidad tras llenar toda una época de la historia musical de Venezuela y Latinoamérica. Grabó más de dos mil canciones en unos 200 discos de 78 RPM y unos 130 discos de larga duración editados en diversos países.

El día de su entierro una multitud acompañó el féretro a la sede de la gobernación, frente a la Plaza Bolívar, donde le harían un homenaje. Ese mismo día velaban en la Cancillería al ex embajador Valentín Hernández y a las afueras de la Casa Amarilla, se encontraba una compañía de parada del ejército para rendirle honores al ex diplomático y ex ministro de Energía. Al aparecer la multitud acompañando los restos mortales de Sadel, cubierto con la bandera de Venezuela, el oficial vaciló unos segundos para luego dar una orden a su tropa: ¡Para honores a Alfredo Sadel! ¡Al hombro, arm! Y la banda lo despidió con el himno nacional.

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