Rafael Simón Jiménez: Si en Lara la oposición va dividida perderá las elecciones #2Sep

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Hasta el momento, tanto el asunto de las tarjetas de los partidos como el de los inhabilitados, para el proceso electoral de noviembre de este año, corresponde decidirlo el Tribunal Supremo de Justicia, porque fue el que tomó esas medidas. No el Consejo Supremo Electoral. El criterio es expuesto por el doctor Rafael Simón Jiménez, ex rector de ese organismo, al ser entrevistado por Elimpulso.com.

Este profesional del Derecho, historiador, docente universitario, ex vicepresidente de la Asamblea Nacional, conferencista y analista político, también se refirió al forcejeo que tienen los factores de oposición para los cargos electorales en disputa, a la actitud de los partidos políticos y los electores, así como al panorama político larense.

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Tarjeta

«Yo vi unas declaraciones por televisión del rector Enrique Márquez, quien me merece  todo el afecto y la confianza, afirmar que lo de las tarjetas y los dirigentes inhabilitados tiene que resolverlo el TSJ, porque una decisión de este tribunal no la puede revocar el CNE«, dijo al comienzo de la entrevista.

A propósito de los partidos, a los cuales se les quitaron las tarjetas, dijo «tengo entendido que van a las elecciones con la tarjeta de la manito, es decir, bajo el símbolo de la MUD«.

Considera que no tienen mucho interés en el asunto o en todo caso, lo tendría Acción Democrática, cuya tarjeta puede obtener un número importante de votos.

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«Pero, eso que se llama el G-4 tiene la idea de ir con la tarjeta de la MUD, comentó. Ellos creen que por un efecto milagroso, con la manito pueden sacar los mismos votos del 2015. Pero, como decía un amigo mío, Freddy Muñoz, Dios no se mete en la política porque a él no le gustan las cosas feas», señaló.

Presión

Cuando se le pregunta acerca del viraje que ha tomado el G-4, ahora G-4 plus por la incorporación de varias organizaciones políticas a su plataforma, en el sentido de ir a las elecciones después de muchos meses de estar descalificando ese proceso, el doctor Jiménez cree que eso debe a una gran presión de los Estados Unidos.

«Pienso que la administración de Joe Biden quiere quitarse de encima el problema de Venezuela, prosigue. Eso significa, como se ha dicho en los mentideros políticos, normalizar las relaciones con Venezuela. Incluso, se ha especulado de la posibilidad de que restablezcan las relaciones consulares antes de las relaciones diplomáticas. Y existe la posibilidad de quitar algunas de las sanciones que pesan sobre la economía venezolana».

A su parecer, «los Estados Unidos están presionando al sector de Juan Guaidó y al sector del G-4, que dependen en grado sumo de ese país, porque es el verdadero factor de presión en el ámbito mundial, para que se encaminen por el rumbo electoral«.

Jiménez manifestó no dudar de que AD, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo pueden haber tenido, desde hace algún tiempo, la idea de rectificar y de buscar la vía electoral, asienta. Pero, asegura que Guaidó y Voluntad  Popular, van empujados.

Sobre Estados Unidos, mencionó que después de las lecciones que han tenido desde Vietnam para acá, que no son pocas, como Libia, Irán y ahora Afganista, tiene cada día menos ganas de ser, lo que ha venido siendo hasta ahora, el policía del mundo, porque eso le ha costado muy caro, incluso su disputa comercial y tecnológica con China.

«Los conflictos que ha asumido son impagables para el gobierno, los contribuyentes y la muerte de los soldados, las últimas de las cuales han sido en Afganistán en días recientes», recordó.

Sostiene que Estados Unidos está presionando las conversaciones en México y al G.4, para que vaya a las elecciones.

Satanización

Jiménez dejó claro que el mayor problema de la oposición venezolana es que satanizó la vía electoral. Sostiene que la rectificación que hicieron les llevó a la victoria en el 2015, pero después volvieron hacia la abstención. «Y cuando tú le quitas a la gente la fe en el voto, ¿cómo lo recompones después?», se preguntó.

«Además, la gran traba del G-4 es el reparto de los cargos», indica. «Los están repartiendo como  barajitas».

«Ellos hablan de los partidos mayoritarios, pero el verdadero chiripero no es el que ellos aceptaron ahorita, el verdadero chiripero son todos. Son micropartidos, porque se han encargado de disminuirse ellos mismos, absteniéndose y llamando a la gente a no participar», apuntó.

Colaboracionistas

En Lara o en cualquier lugar de Venezuela, donde la oposición lleve más de dos candidatos, no tiene oportunidad de ganar, sentencia el doctor Jiménez. Ya sea gobernación, alcaldía, consejo legislativo, concejo municipal.

«Lo más trágico que se presenta, precisamente en el estado Lara, es que va a ser una confrontación contra Henri Falcón, a quien tratan de que pierda las elecciones con una campaña de descalificaciones y acusaciones«.

A título personal, considera que lo sensato sería que la oposición se presente con la candidatura de Falcón a la gobernación y la amiga Sobella Mejías a la alcaldía de Iribarren.  A su juicio «Esa sería la fórmula victoriosa en Lara».

Puesto a que si se encargan de tener tres o cuatro candidatos a la gobernación, lo que hará la oposición es facilitarle la victoria al gobierno.

Señala que entonces, ahí no se sabría quién es más colaboracionista, si Henri Falcón como lo está acusando el G-4 por encontrarse en la Alianza Democrática, a sabiendas que es de oposición, distinta porque la oposición no es homogénea…o el propio G-4 porque estaría dividiendo el electorado y, por supuesto, trabajando para el gobierno.

«Los partidos políticos desde que se crearon en el mundo tienen el deber fundamental de servirle a la gente», enfatizó. «De ser servidores públicos, correa de transmisión entre la sociedad y el Estado, de abogar por la solución de los problemas de la gente».

Los partidos en Venezuela se alejaron de la gente, desde hace muchísimo tiempo, incluso desde mucho antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, asevera. «Si su agenda es el reparto de cargos, las disputas por liderazgo o por posiciones,  pues la gente no puede creer en ellos».

Silva apunta a que el gran problema que se está planteando en Venezuela es que  hay dos realidades: la realidad de la gente, sufriendo, padeciendo, viendo como sus hijos se van del país y el esfuerzo que se hace a diario para subsistir.  Y la realidad de los políticos es cuántos curules se reparten, cuántas alcaldías tocan a cada organización, cuáles son las gobernaciones a ganar, y así por el estilo. Cree que mientras eso continúe, la gente tiene razón en no creer en los partidos.

Pero, tras estas consideraciones, el doctor Jiménez hace una observación acerca del comportamiento de la ciudadanía, la cual dejaría de ser apática en corto tiempo.

«Es una contradicción: la gente está reacia a votar, pero quiere salir de la tragedia que está viviendo, porque no le conviene ni le gusta a nadie, ni siquiera  a los chavistas. Por supuesto, éstos quieren que el cambio sea dentro del chavismo, pero a nadie le gusta vivir en un país como el que estamos viviendo en Venezuela». 

Según Silva si la oposición presenta en cada uno de los municipios,  en cada  uno de los estados del país, una sola fórmula que garantice la victoria, mucha gente que todavía está diciendo que no va a votar, se convencerá de la utilidad que tiene el voto e irá a sufragar.

«Pero, si se mantiene, como en Lara, la oposición con cuatro candidatos (y ojalá que eso cambie), cayéndose encima unos a otros, sacándose los trapitos al sol, los electores no tendrán motivación para ir a votar» concluyó.

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