#OPINIÓN La palabra oscura o el regalo del miedo #13Sep

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«Ambos leemos la Biblia por la noche y la mañana, más Tú lees lo que dice y Yo leo lo que calla»

William Blake

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«Si el infinito no Hubiera deseado que el hombre fuera sabio, no le había otorgado la Facultad de conocer»

Manly P. Hall

Mucho se ha escuchado (y en ello nos ilustra Dan Brown en su novela El símbolo perdido) sobre la teoria de qué las Sagradas Escrituras ocultan un significado secreto, como un mensaje escondido, tras un velo de alegorías, simbolismo, y parábolas.

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Los profetas nos advierten de que el lenguaje utilizado para dar a conocer sus misterios es críptico. Como ejemplo de ello el Evangelio del tocayo San Marcos nos dice <A vosotros es dado saber el misterio, pero todas las cosas están en parábolas>. Proverbios advierte que los sabios hablan en enigmas, mientras que la Epístola a Los Corintios habla de sabiduría oculta y en el Evangelio de San Juan se anuncia Os hablaré en parábolas y usaré palabras oscuras>>.

<<Palabras oscuras>>  se sabe que esa extraña frase aparecía en repetidas ocasiones en Proverbios, así como en el Salmo 78..«abriré mi boca en parábolas y evocaré palabras oscuras del pasado«.

El concepto de palabra oscura según los estudiosos no guardaba ninguna relación con una posible insinuación de maldad de la palabra, sino que indicaba que su verdadero significado estaba escondido, es decir, oculto a la luz.

Por si existe alguna duda, Corintios nos dice abiertamente que las palabras tienen 2 capas de significado, leche para los bebés y alimentos sólidos para los hombres, donde la leche es una enseñanza simplificada destinada a la mente infantil, mientras que el alimento sólido, es el mensaje verdadero, solo accesible a las mentes maduras.

Uno acaba preguntando ¿cómo explicar que su estudio haya obsesionado a tantas de las grandes mentes de la historia, entre ellas a varios científicos brillantes de la Royal Society?. Sir Isaac Newton escribió más de un millón de palabras en su intento de descifrar el verdadero significado de las escrituras, incluido un manuscrito de 1704 en el que afirmaba haber hallado información científica oculta en la Biblia. Y Sir Francis Bacon, la eminencia contratada por el rey Jacobo (para crear la Biblia en lengua vernácula que quería el Monarca), estaba tan convencido de que las escrituras contenían un mensaje cifrado, que no vaciló en añadir sus propios códigos que aún hoy se estudian. Por supuesto  bien se sabe que F. Bacon era rosacruz y escribió La sabiduría de los antiguos. Incluso debo mencionar un iconoclasta como el poeta W. Blake que insinuó que debemos leer entre líneas, por eso sentenció… «Ambos leemos la Biblia por la noche y la mañana, más tú lees lo que dice y yo leo lo que calla». Y no fueron solo las eminencias europeas que aportaron estas tesis polémicas, también en el alma de está joven nación estadounidense están los más brillantes de sus predecesores como John Adams, Benjamín Franklin, y Thomas Paine, que advirtieron de los peligros de interpretar literalmente la Biblia.

De hecho Thomas Jefferson estaba tan convencido de que el verdadero mensaje o significado de la Biblia estaba oculto  que recorto literalmente las páginas y rédito el libro con la esperanza, según sus palabras, de eliminar todo el andamiaje artificial y restaurar las doctrinas auténticas. Como dato curioso, la Biblia de Jefferson que aún se sigue vendiendo, incluía muchas de sus controvertidas revisiones, entre ellas la eliminación del nacimiento virginal y la resurrección. Increíblemente durante la primera mitad del siglo XIX, todos los miembros del Congreso de Estados Unidos recibían una Biblia de Jefferson como regalo, después de su elección.

Los antiguos misterios y la Biblia son la misma cosa. La Biblia es uno de los libros que han transmitido los antiguos misterios a lo largo de la historia. Sus páginas intentan desesperadamente contar el secreto de las palabras oscuras de la Biblia; son los susurros de los maestros de la antigüedad que nos revelan en voz baja toda su sabiduría secreta.

Es muy probable que los antiguos se espantarían si vieran lo mucho que se ha tergiversado las enseñanzas, sí vieran que la religión se presenta como una especie de peaje para acceder al cielo. Si supieran que los soldados marchan a la guerra convencidos de que Dios está de su parte. Hemos perdido la palabra y sin embargo su verdadero significado aún está a nuestro alcance, justo delante de nuestros ojos. Está presente en todos los textos perdurables desde la Biblia y el Bhagavad Gita, hasta el Corán y muchos otros. Todos estos textos son venerados en el altar de la masonería porque los masones comprenden lo que el mundo parece haber olvidado, que cada uno de sus textos, a su manera, nos susurra exactamente el mismo mensaje.

Buda dijo dios eres tú. Jesús nos enseñó que el reino de los cielos está en nosotros y hasta nos prometió que podríamos obrar los mismos milagros que él e incluso mayores. El primer antipapa, Hipólito de Roma, mencionó el mismo mensaje que formuló por primera vez el maestro gnóstico Monoimo «Abandona la búsqueda de Dios y tómate a ti mismo como punto de partida».

Actualmente los inventos más avanzados del hombre se están utilizando para estudiar sus ideas más antiguas. Para este fin existe creada una ciencia nueva llamada noética, pero en el fondo es la más antigua del mundo: el estudio del pensamiento humano Y ya estamos averiguando qué los antiguos tenían un entendimiento del pensamiento más profundo que el nuestro en la actualidad.

Hay quiénes piensan seriamente que la Biblia está llena de información científica codificada. Isaac Newton con sus textos esotéricos sobre la Biblia, asegura que ésta es un estudio de la mente humana. En un pasaje del Evangelio gnóstico de María se dice: dónde está la mente está el tesoro.

Existen escáneres cerebrales realizados a yoguis durante la meditación en estados avanzados de concentración, donde el cerebro humano crea una sustancia física similar a la cera  secretada por la glándula pineal. Esa secreción cerebral no se parece a ninguna otra del cuerpo. Tiene increíbles efectos curativos: puede regenerar las células y quizás sea una de las razones por la que los yoguis son tan longevos. La sustancia tiene propiedades inconcebibles y solo puede ser generada por una mente absolutamente enfocada en un estado de concentración profunda.

Se decía qué curaba a los enfermos, otorgaba larga vida y curiosamente no producía deyecciones en quiénes la consumían; una especie de alimento que cae del cielo, qué cura mágicamente, que no produce deyecciones,, es un código. Templo significa cuerpo, Cielo significa mente, la escalera de Jacob es la columna vertebral y el Maná es esa rara secreción cerebral. Cuando vea esas palabras en la Biblia, presta atención porque a menudo son marcadores que señalan un significado más profundo, oculto bajo la superficie. Equivalía, dicha cera, al néctar de los dioses, al elixir de la vida, a la fuente de la eterna juventud, a la piedra filosofal, a la ambrosía, al Rocío, al ojas y el soma.

En Mateo 6, 22, el Evangelio no habla de los ojos sino del ojo, dice: sí tu ojo está sano entonces todo tu cuerpo estará lleno de luz.

El concepto está representado también en el ajna o sexto chakra y por el punto que los hindúes se marca en la frente.

Se ha estudiado por años lo que dijeron los antiguos acerca del increíble poder mental del hombre y ahora la Ciencia nos demuestra que es posible acceder a ese poder mediante un proceso físico.

Bien utilizado nuestro cerebro puede desplegar poderes sobrehumanos. La Biblia, como muchos textos antiguos, es una exposición detallada de la máquina más compleja jamás creada: la mente humana.

Los antiguos conocían muchas verdades científicas que se van redescubriendo. En cuestión de años el hombre moderno se verá obligado a aceptar lo que hoy es impensable y es que nuestros cerebros podrán generar energía capaz de transformar el mundo físico.

Las partículas reaccionan con nuestros pensamientos, lo que significa que los pensamientos tienen el poder de cambiar el mundo. Decimos que Dios nos creó a su imagen y semejanza, , pero no es nuestro cuerpo físico lo que se parece a Dios, sino nuestra mente.

Si los pensamientos afectan el mundo,  entonces debemos tener mucho cuidado con lo que pensamos. Los pensamientos destructivos también tienen su influencia y todos sabemos qué es muchísimo más fácil destruir que crear.

Todas las tradiciones insistían en la necesidad de proteger la antigua sabiduría de aquellos que no la merecían y de compartirla únicamente con los iluminados. Una anécdota está en el  Colegio invisible y en el gran científico Isaac Newton que había pedido a Robert Boyle la mayor discreción respecto a su investigación secreta «no se puede comunicar (escribió Newton en 1676) sin un daño inmenso para el mundo».

Se ha demostrado científicamente qué el poder de cada pensamiento humano crece exponencialmente con el número de mentes que lo comparten, el concepto es tan sencillo como asombroso… Dios está en la unión de muchos y no en uno. Dios es plural porque las mentes de la humanidad son plurales e pluribus unum de muchos uno, de la pluralidad la unidad.

Con la mente puesta en el corazón de la palabra oscura y las escrituras antiguas aplicadas al conocimiento actual de la ciencia, no nos queda sino concluir que en la unidad está la fuerza de Dios y que todo lo que somos es producto de lo que hemos pensado como creadores.

Marcantonio Faillace Carreño

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