#COLUMNA Soliloquios de café: La cosecha #17Oct

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COSECHA: Conjunto de frutos que se recogen de la tierra en la época del año en que están maduros. Trabajo que consiste en recoger estos frutos.

Para lograr cosechar café de buena calidad, se tiene primero que disponer de un pedazo de tierra (Que debería ser propia) con suficiente extensión; debe estar en un sitio que cumpla con las condiciones edafoclimáticas requeridas: Altitud, clima, calidad del suelo; preferiblemente de un área arboleada que proporcione suficiente sombra.

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Para comenzar de bien, es imprescindible, tener acceso a una semilla de buena calidad, certificada, como la que se adquirían en la “Finca Las Lomas,” ubicada en el caserío Villanueva, municipio Morán del estado Lara, la última finca experimental de café que quedaba en el país, y la única en “Nuez de Macadamia”, después de haber sido destruidas la de “Bramón” y “el Laurel”, propiedad de la “Universidad Central de Venezuela.” Esta finca, otrora propiedad de la “Fundación para el Desarrollo de la Región Centro Occidental, FUDECO,” fue destruida al igual que “FUDECO”, cuando paso a manos de CORPOLARA, organismo que, “presuntamente,” la cedió a la “Corporación Venezolana del Café,” para luego ser, “supuestamente”, invadida y destruida, cometiéndose en ella un ecocidio irreparable y hasta ahora impune, hecho realizado por los integrantes de una Comuna que se auto denominada “Argelia Laya,” como lo expresa una pancarta colocada en su entrada.

Conseguidas las semillas de buena calidad, se tiene que construir los viveros, cuidarlos con el riego y los insumos adecuados y cuando salen las chapolas comenzar a trasplantar.

Una vez preparado el sitio para su cultivo definitivo, de ser posible incluyendo curvas de nivel, se siembran las chapolas y comienza la ardua tarea que tiene una duración no menor a los cuatro años, para llegar a obtener la primera cosecha, y que implica el cuido de las plantas, luchando contra las adversidades, los cambios climáticos, los depredadores de dos (Delincuencia impune) y de cuatro patas, la escasez de mano de obra y de los insumos necesarios e indispensables, la ausencia de fertilizantes, de los agroquímicos necesarios para el control de plagas y de malezas. La limpieza, desmalezamiento y abonamiento utilizando rusticas herramientas en una labor manual, porque las pendientes donde se siembra café en Venezuela no admiten su mecanización. El desastre de las vías de penetración, en un medio rural donde impera un sistema de vida prehistórico, pues los caficultores sobreviven en ranchos con paredes de bahareque, piso de tierra, cocina de leña, sin energía eléctrica y sin letrinas, entre el hambre, la miseria, la desnutrición, las enfermedades endémicas, lumbalgias, enfermedades cardiovasculares, cerebro vasculares, respiratorias y, hasta los suicidios, nefasta situación que han tomado alguno caficultores al no poder honrar sus deudas, y así lo expresan partes médicos.

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La crisis político económica ha hecho que los productores de café, además de los precios viles impuestos al producto de su trabajo, esfuerzo, tesón, perseverancia e inversión, en violación fragante de sus derechos Humanos, a la Constitución Nacional, a las leyes, reglamentos de la República y a la sentencia del expediente 05-0367 del Tribunal Supremo de Justicia en su Sala Constitucional, tengan que luchar contra el éxodo de la mano de obra que se ha integrado a la diáspora que destruye a las familias, la escasez de combustible y hasta contra la diáspora que devasta a la humanidad.

A los cuatro años, se llega a la primera cosecha comercial y, para lograr un buen café de taza, Lavado Bueno “A”, rigurosamente se debe cumplir con: recolectar, únicamente los granos maduros, lavarlos en tanques, en no más de veinticuatro horas después de haberse cosechado; despulparlo inmediatamente después de lavado, y después secarlo, preferiblemente al sol, en ladrillos de arcillas, operación que dura, aproximadamente, cinco días.

Generalmente se utilizan secadoras de las llamadas Guardiolas o galleras, pero sus motores trabajan, casi siempre, con gasoil y este no se consigue. El grano de café se tiene que trillar, labor que le desprende la cascarilla, es entonces cuando se logra el denominado “café verde o café oro.”

Ante la falta de combustible se está secando el café con leña, lo que hace que, difícilmente sea apto para el consumo humano.

En Venezuela la caficultura está en un proceso de exterminio total mientras las autoridades que aceptaron la autoridad para regir los destinos del país no analicen, nuestros planteamientos, razonen y rectifiquen las medidas adoptadas, cumpliendo así con la responsabilidad que conlleva la autoridad ejercida.

Después del cuarto año, las plantas de café dan una sola cosecha al año y el único medio del cual disponen las familias caficultoras para sobrevivir sin causar daños irreparables al ambiente es el valor que le den a trabajo… “A SU CAFÉ”

Maximiliano Pérez Apóstol

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