La lectura es una condición de la felicidad, Carlos Fong #6Feb

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Por Violeta Villa / www.webdelasalud.com

El escritor Carlos Fong transita de manera natural del libro a la palabra que toma del viento, en su ejercicio como narrador oral escénico, pero reconoce que la capacidad transformadora del texto forma parte de las necesidades vitales del ser humano.

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“La lectura es una condición de la felicidad”, dice con una sonrisa que se adivina a pesar de la mascarilla que le cubre el rostro y en la cercanía que logra en esta nueva manera de visitarnos: en la tertulia del zoom.

“Hay  un vínculo muy estrecho entre la palabra oral y la escritura, solo que históricamente fue primero la oralidad y luego la escritura: van de la mano, pero en el mundo actual es difícil que una persona sea realmente feliz si no sabe leer y escribir; tiene muchas desventajas: Puede establecer un diálogo con la naturaleza o su entorno, sin embargo, la lectura es una necesidad”.

Esta felicidad que provoca en Carlos Fong la lectura, la quiere compartir. Es como quien luego de leer una novela o un cuento, lo recomienda con fervor.

Su fervor es por ayudar a construir un Panamá donde el libro sea también un producto de primera necesidad.

Encargado del Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Cultura,  explicó que el Plan se actualizó con un horizonte hacia el año 2025 y en este momento se somete a revisión para la consideración del ministro de Cultura, Carlos Aguilar, del presidente de la República, Laurentino Cortizo y de las comunidades.

El capítulo X de la Ley de Cultura de Panamá, establece en su artículo 169 que “el Ministerio de Cultura formulará y desarrollará, en coordinación con el Ministerio de Educación, los gobiernos locales, el Consejo de Rectores de Panamá, las organizaciones de escritores y escritoras panameñas y las bibliotecas públicas, una política nacional de lectura que estimula de manera permanente el interés lector de los niños, niñas, adolescentes y adultos, respetando la diversidad cultural y lingüística del país, con el fin de promover el acceso a la cultura y el pensamiento crítico de la población panameña”.

Destacó que esta revisión del Plan de Lectura vigente involucra en sus siete ejes temáticos a los diferentes actores que tienen que ver con el hecho lector, desde autores, a gestores y también a personas con discapacidad y a la comunidad  LGTB que no estaban representadas.

Un aspecto nuevo que también se considera es la realidad de las migraciones: “En Darién hay muchas familias varadas que no tienen patria ni saben cuál será su destino. Tienen niños y qué bonito sería llevarles  libros para leer”.

Otra actualización del plan es el tema de los desastres naturales. “Como parte de la atención a familias que deban ser reubicadas en albergues o gimnasios, se considera, en atención a los protocolos, la función de grupos capacitados para atenderlos con lecturas”.

La oralidad y el respeto a la tradición indígena se incorpora como parte de los ejes del Plan de Lectura.

Fong comenta que cuando va al campo y escucha los relatos orales, quisiera recuperar y preservar esta memoria oral para que las generaciones tengan acceso a esta otra literatura que se escribe en el viento.

“El Plan de Lectura es un buen plan pero es necesario trabajar para que las cosas comiencen a suceder y la magia ocurra”, reflexiona.

El suceder, y la magia, está asociada a pasos que Fong estima necesarios: reactivar el Consejo Nacional del Libro y de la Lectura y que el Ministerio de Cultura, de la mano con el Ministerio de Educación, “hagan fuerza para que ese plan de lectura se haga realidad”.

Observa que “un plan de lectura es un documento que evoca o apela a la construcción ciudadana. Hay una responsabilidad desde la ciudadanía y desde la institucionalidad”.

Es muy categórico en esta consideración: no se trata de un hacer que se quede en los ministerios. Debe existir el compromiso para su ejecutoria en las universidades, las asociaciones vinculadas con el libro, el sector editorial…

Todos nos tienen que ayudar para concretarlo, de lo contrario nos quedaremos  en la teoría, en una forma de ver la lectura como un discurso  bonito”.

Fong llegó al antiguo Instituto Nacional de Cultura hace 20 años con el cargo de promotor de lectura y “me fui comprometiendo con la gestión cultural y la promoción de lectura como gestión cultural”.

Fortalecer las bibliotecas públicas

El artículo 170 de la Ley de Cultura destaca que “el Ministerio de Cultura promoverá una política pública de fortalecimiento de las bibliotecas públicas existentes en el territorio nacional, con el objetivo de consolidar la prestación de servicios bibliográficos de calidad, innovadores, incluyentes y que atienden las necesidades específicas de los usuarios en las respectivas comunidades”.

Fong señala que fortalecer las bibliotecas públicas es parte del impulso a la educación, la cultura y la promoción de la lectura como bases del desarrollo.

Su sueño es que cada biblioteca funcione como un verdadero centro de cultura, con salas de libros, de cine, de reuniones, con el equipamiento necesario y así “la gente de verdad tenga el derecho a la lectura”.

En esta visión, considera positiva la iniciativa del diputado Juan Diego Vásquez, quien presentó un anteproyecto de ley  “que establece el marco jurídico de las bibliotecas públicas en la República de Panamá”.

En concreto, esta ley busca establecer los aspectos de ley que regulen “las bibliotecas públicas del país, los principios que deben regir su funcionamiento así como sus servicios, organización y sus espacios”.

Diagnóstico lector

Del otro lado, del qué se lee y quién lee, Fong explica que existe un estudio de José Del Cid, sin embargo, “no tenemos diagnóstico del comportamiento lector en Panamá”.

Reconoce que este esfuerzo significa una amplia inversión de recursos y de equipo humano, que integre en este diagnóstico a las instituciones, al sistema del libro (editoriales, distribuidores y librerías) que aporten una estadística real

“Hay autores jóvenes, independientes, y también quienes escriben para las editoriales, pero no hay forma de saber qué está leyendo la gente y cuánto leen en realidad”.

Los libros que dan felicidad 

Una iniciativa que ha colocado libros en las manos de las personas, como parte de esta tarea de entregar felicidad, está integrada al Plan Colmena y son los Centros de Lectura Colmena.

A la fecha ya son 281 centros de lectura.

“El programa comenzó en abril de 2021 y fue maratónico porque se hacen talleres de capacitación con los voluntarios, a través de las Juntas Comunales, quienes reciben formación sobre la importancia de la lectura y de tener una biblioteca comunitaria”.

Cuando los funcionarios del Ministerio de Cultura llegan con los libros, “la mayoría en las comunidades los aceptan con mucho entusiasmo y alegría; los abrazan bien y dicen que los quieren”.

Comenta que la experiencia ha sido muy bonita, porque amas de casa y campesinos se han integrado como voluntarios para sembrar esta felicidad de la lectura en cada persona.

Reconoce que es una tarea compleja porque se debe dar seguimiento y monitoreo, en particular al tratarse de comunidades rurales o muy pobres como en Darién donde no hay bibliotecas.

También, significa que se logre valorar un libro así como se solicita una casa, un viaducto o una carretera con la urgencia de cada realidad.

Una vez que el centro de lectura se entrega a la Junta Comunal, “la comunidad es la dueña; es un proyecto de construcción ciudadana”.

Fong sueña con un mañana que se parezca a esta felicidad que otorgan los libros, lo cual supone contar con recursos suficientes para el Plan de Lectura, una red de bibliotecas públicas fortalecida, gente que ame la lectura y ayude a colocar en la lista de superlativos que acompañan a Panamá (el Canal de Panamá, el Centro Bancario Internacional, el Hub de las Américas o los puertos), a los libros, de lo contrario, no cree posible un crecimiento sostenible.

En lo personal, en su oficio como escritor, está retomando un proyecto de novela y un libro de ensayos sobre la lectura. La pandemia no lo dejó escribir, sí leer que es siempre una manera de sanar. Y de la felicidad.

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