#OPINIÓN Por la puerta del sol (143): Viajar #28May

-

- Publicidad -

“Lo que interesa al viajar es saber si uno tiene corazón para sentir y ojos para ver”
(Lin Yutang)

La rutina y el sacrificio vivido a diario pueden convertir el corazón de los seres humanos en insensible y el cuerpo en la marioneta de otros, es prohibirse hacer un alto en el camino, es vivir sometido y resignado a olvidarse de sí mismo.

- Publicidad -

Viajar es poder observar de cerca la borrachera de los sauces entre la bruma, es poder contemplar las flores de los duraznos brillantes de rocío, es tomarse fotos y ver cuánto nos cambia hasta el rostro cuando decidimos vivir algo diferente, otra cosa, cambiar la ruta de siempre lo mismo, es reconciliar el espíritu y aligerar el alma, es disfrutar la sensación que produce en nosotros una puesta de sol sentados a la orilla del mar, es observar de cerca el aleteo colorido de algún pájaro, viajar es irse lejos, darse la oportunidad de admirar otros paisajes, ver otra gente, conocer otras culturas, comer otra cosa, inhalar otro aire que sintonice nuestros sentidos hacia la alegría, cambiar, es ganar la paz interior que solo es posible lograr en medio de la exótica exuberancia que brinda la madre Natura, impresión que sobrecoge y abraza a quien llega a tierra nueva.

Playa, llanura y montaña son escenarios perfectos para el descanso, olvidarse de todo lo que amarra y estresa, es poder contemplar abstraído la densa niebla que se abre y cierra sobre la cresta de la montaña, como si fuera una cortina que se abriera y se cerrara sobre el paisaje.

Viajar es una de las más grandes gratificaciones personales, es poder estar solo con uno mismo, es caminar feliz acompañado del viento, del sol, de los animales del camino, es sentirse contento, desinhibido, es ir creando sueños nuevos y guardar en el equipaje cada alegría vivida, es alejarse de la casa, refugiarse en el silencio y narrar en el cuaderno cada vivencia, es sentarse tranquilo a la orilla de una laguna y poder disfrutar de las proezas que realizan los gansos sobre el agua.

- Publicidad -

Viajar tiene su tiempo, ese que no vuelve. Dentro de cada ser humano existirá por siempre ese deseo de variar, de irse y también de regresar, nos vamos un rato y regresamos como un péndulo.

Irse lejos es perderse en otro escenario, es vivir un sueño, es resistirse a seguir siendo perdida ancla en el océano rutinario de lo gris y lo inhumano. Hoy, es todo lo que tenemos, el mañana nada nos lo asegura, mañana es solo un adverbio de tiempo…

Tomarse un descanso no es malgastar el tiempo, es buscar la luz entre las tinieblas ¿por qué? Porque el tiempo es un instante para vivir y el más limitado y perecedero de nuestros recursos.

Repasar lo hermoso vivido es sacar a flote lo que guardan la memoria y el corazón, es revivirse, es recordar los abrazos de bienvenida y las flores, es enternecerse en los brazos del hijo bueno que nos atiende y nos lleva de la mano a reír y recorrer el mundo, recuerdos que quedan allí dándonos vida hasta tener la oportunidad de volver a escaparnos, aunque hoy sea tan difícil convertir los sueños en una realidad y sea tan difícil volver a viajar…

Amanda N. de Victoria

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -