Tratado de Tonchalá: A los 63 años de vigencia requiere modernización #7Nov

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Trabajo de www.lanacionweb.com

Al cumplirse este día 6 de noviembre el 63 aniversario de la firma del Tratado de Tonchalá, considerado como uno de los más importantes acuerdos binacionales logrados entre Venezuela y Colombia, se hace necesaria una revisión del mismo, para adaptarlo a los tiempos actuales, según opina el exparlamentario Walter Márquez, consultado sobre el tema.

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Es importante recordar que Venezuela y Colombia, unidos por la causa de la Independencia, han tenido vínculos históricos y de consanguinidad, especialmente en la frontera entre Norte de Santander de Colombia y Táchira de Venezuela. Es lo que Arturo Uslar Pietri llamó el Tercer País, porque es la mezcla de ambas naciones, con una alta vinculación de consanguinidad, y de vínculos sociales entre los pueblos de ambas entidades fronterizas.

Debemos recordar, señala el historiador y profesor universitario, que los problemas limítrofes terrestres, fueron resueltos inicialmente con un Acuerdo de Fronteras, en 1941, que dio paso al Estatuto de Régimen Fronterizo de 1942. Posteriormente en 1959 se actualizó ese régimen fronterizo, que era para revisar la movilidad humana, de empresarios y especialmente de trabajadores agrícolas e industriales.

Por eso, explica Márquez, en noviembre de 1959 se reunieron, primero en Cúcuta y luego en San Cristóbal, los ministros de Relaciones Interiores de ambos países, Julio César Turbay Ayala, quien después fue presiden te de Colombia, e Ignacio Luis Arcaya, para reexaminar los temas del tránsito y la residencia de sus respectivos connacionales en el otro país, a fin de superar las dificultades y fortalecer los vínculos de amistad entre las dos naciones.

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El 6 de noviembre de 1959, se firma este acuerdo diplomático colombo venezolano de reafirmación de amistad, llamado Tratado de Tonchalá, el cual retoma los compromisos pactados en el anterior Estatuto de Régimen Fronterizo, y los adapta a la entonces nueva realidad sociopolítica de Venezuela y Colombia.

Señala el exdiputado que realmente este Tratado de Tonchalá ratificó y amplió algunos aspectos, referentes a lo aprobado en el Estatuto de 1942, en el cual, además de los censos respectivos de los connacionales que existían a ambos lados de la frontera, los gobiernos se comprometían a expedir una “Cédula Pecuaria Fronteriza”, para los trabajadores agrícolas, y un “Permiso Fronterizo Industrial”, para los trabajadores de ese sector, lo cual estuvo vigente hasta hace poco tiempo, exactamente, hasta la llegada de Hugo Chávez al poder.

El Tratado también trajo una nueva unidad territorial a través de la unidad que representaba el nuevo puente internacional Simón Bolívar, entre San Antonio y La Parada o Villa del Rosario.

que fue acordado por ese mismo compromiso diplomático cuyo proyecto se concluyó en febrero de 1962.

Es necesario modernizar el Tratado

Debemos destacar de que, con la nueva dinámica política de Venezuela y Colombia, se suscitó un éxodo masivo hacia ese país, que algunos calculan en unos dos millones de venezolanos, situación la cual requiere de un nuevo Tratado de Tonchalá, con características modernas, dice Márquez.

Ello, agrega, en virtud de que cuando se firmó el primer tratado fronterizo en 1942, no estaban vigentes ni el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ni la Convención Interamericana de Derechos Humanos.

Con el cierre de frontera a partir de 2015, y el rompimiento de relaciones diplomáticas en 2019, ha cambiado el contexto del Tratado de Tonchalá, por lo que es necesario revisarlo y actualizarlo, incluyendo todo el tema del paso peatonal y el libre tránsito de vehículos y de mercancía.

La verdad es que ahora hay una nueva realidad internacional, explica, con la existencia de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, establecida por Naciones Unidas en 1951, la cual es la principal organización intergubernamental en el campo de la migración, por lo que es necesario revisar y actualizar el Tratado de Tonchalá, al cumplir 63 años este 6 de noviembre de 2022.

Debe plantearse un Tratado de Tonchalá mucho más amplio, que ahora se pudiera llamar Tratado de El Tamá, dado que El Tamá es una zona geográfica o un parque nacional que tiene extensas áreas en cada uno de los dos países, específicamente en Táchira y en Norte de Santander, y allí es donde nace el río Táchira, que divide y une a su vez, a Colombia y Venezuela.

Un poco de Historia

Durante los días 4 y 5 de noviembre de 1959, los gobiernos de Colombia y Venezuela formalizaron sendas reuniones en forma alternativa en las ciudades de Cúcuta y San Cristóbal, respectivamente, con el propósito de revisar algunos problemas existentes en la zona fronteriza, vinculados específicamente con el tránsito y la residencia de personas en ambas direcciones.

En esa oportunidad, los ministros de Relaciones Exteriores de Colombia y de Venezuela, Julio César Turbay Ayala e Ignacio Luis Arcaya, respectivamente, con el objetivo de lograr acuerdos que normalizaran la situación, dentro de un clima de hermandad republicana, y consolidar los vínculos entre los dos países.

El resultado de esas reuniones e intenciones, se concretó con la firma por ambos cancilleres, así como de los testigos oficiales, Ceferino Medina Castillo, gobernador del estado Táchira; Carlos Vera Villamizar, gobernador de Norte de Santander, y Pablo Correa León, Obispo de Cúcuta, del documento que se conoce como Tratado de Tonchalá, ocurrida el 6 de noviembre de 1959, hoy hace 63 años.

Puntos Acordados

El texto del acuerdo suscrito entre ambos gobiernos, y que mantiene vigencia acuerda, entre otras cosas, proceder de inmediato a la elaboración de un censo de sus respectivos nacionales actualmente domiciliados en el territorio del otro país, y a documentarlos debidamente, siempre que ejerzan un oficio lícito, y, además, procederán a legalizar su residencia.

Igualmente, acuerdan en el común interés de facilitar el tránsito de trabajadores de un país a otro, a través de un régimen fronterizo especial, según el cual se otorga permisos fronterizos que les permitirá recibir una tarjeta agrícola válida por seis meses prorrogables para el trabajador agrícola, y para los trabajadores del sector industrial, según normas como la existencia de un contrato de trabajo, por tiempo definido, para lo cual el trabajador recibe un permiso fronterizo válido por el término del mismo, y prorrogable con la renovación de dicho contrato.

Una garantía importante, es que, para ningún trabajador, aun cuando carezca de documentación, podrá ser despedido ni podrá ser devuelto a la línea fronteriza, sin que previamente se le hayan liquidado y pagado sus salarios y sus prestaciones sociales de acuerdo con las leyes laborales de cada país.

Igualmente, el acuerdo facilita el tránsito de vehículos de uno y otro país por la línea fronteriza, pues los gobiernos de Venezuela y de Colombia se comprometen a reconocen la validez de los títulos, pases o licencias expedidos por las autoridades competentes de cada país, para la conducción de vehículos destinados al transporte de pasajeros y dedicados al servicio internacional en la zona fronteriza.

En consecuencia, los conductores de esos vehículos recibirán un permiso fronterizo válido por ciento ochenta días renovable por períodos iguales, a menos que sus portadores hayan observado mala conducta, en cuyo caso les serán cancelados.

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