#OPINIÓN ¿Amor evolucionado? #14Feb

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Los evolucionistas afirman que el hombre aparece por evolución de un animal a hombre. Yo le pediría que me expliquen entonces la forma cómo el animal dejó en los genes del hombre el sentimiento del amor. Cómo comprobamos que el mono hizo esa “trasmutación”. A través del instinto, pudieran razonar. Pero, el instinto es exclusivo de la reacción animal. Los estudiosos han especulado asignándole instinto a ciertas conductas humanas, pero nada han demostrado, por lo cual el instinto y el sentimiento es lo que nos diferencia del animal. Este se mueve por instinto. El hombre por sentimientos.

Hay una afirmación generalizada, la cual se ha convertido en un paradigma que vive en mucha gente, es afirmar, que somos el único animal con inteligencia. No somos animales, fuimos creados “a imagen y semejanza de Dios”. El hombre desarrolla sentimientos. Algo muy distinto al instinto. Sentimiento: “Acción y efecto de sentir o sentirse” . “Estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente” (Encarta). Esto quiere decir que el sentimiento va de la mano de la razón. Es pensado, no instintivo. Encarta define el instinto como: “Característica innata de una especie animal particular que origina modelos de comportamiento complejos”. Así de simple

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Se cuenta la historia de una mujer coreana, que para el año de 1952 quedó embarazada por un soldado norteamericano. Este por supuesto ni se enteraría. Fue execrada de su casa y para la NOCHEBUENA de ese año, le tocó tener el niño. La verdad no hallaba dónde hacerlo, se acordó que en las afueras de la ciudad había un hombre piadoso. Creyente del cristianismo, y se dirigió hacia allá, pero no pudo llegar. Los dolores de parto se agudizaron, entonces bajó a orillas del río y se metió debajo de un puente cercano donde parió la criatura. Esta mujer se quitó la ropa, quedó casi desnuda, envolvió al bebé, lo arropó y lo mantuvo calientito. En la mañana el hombre piadoso escuchó el llanto del bebe, caminó hacia el sitio y encontró a la madre muerta por hipotermia. El Estado permitió quedarse con el niño, el cual crió como un amigo. Cuando tenía 10 años, la NOCHEBUENA de 1962, pudo contarle lo que hizo su mamá por él y cómo murió. Ese invierno, al despertar por la mañana, este hombre no encontró al niño en su cama, por lo cual salió a buscarlo muy asustado, siguiendo las pisadas en la nieve, lo encontró debajo del puente donde había nacido, descalzo y sin camisa llorando. Cuando le preguntó por que hacía eso, con lágrimas en los ojos contestó que quería sentir lo mismo que su mamá había sentido cuando dio a luz. ¿Cómo les parece?

Este relato que es verídico, solo demuestra lo que nuestro maravilloso Dios hizo por la raza caída. Cuando el hombre cae por el pecado, por la desobediencia, no lo juzga, no lo condena. Entiende que ha hecho una mala decisión. Entiende que es engañado vilmente por el enemigo y en su maravilloso amor no lo no lo execra, no lo abandona, sino que deja el trono, deja las alturas celestiales, se despoja de su divinidad y baja, se vuelve una vulgar célula humana, se mete debajo del puente de este miserable planeta, carga con nuestras culpas y pecados. Queda totalmente desnudo, y nos arropa, nos lava con su sangre preciosa, y muere horriblemente en la cruz del calvario para darnos vida. Vida de verdad, vida eterna. Y así devolvernos el privilegio de estar nuevamente con él en la patria celestial.

¡Ese es el origen del amor! Un sentimiento que de ninguna manera puede venir del animal, sino de un Dios que nos creó y que nos amó aún antes de nacer. Que nos hizo tan perfectos, que nos dio la libertad para obedecer o no, y que cuando caímos, pues nos perdona y aspira que ahora sí, le sigamos y obedezcamos de manera espontánea y libre. El Hombre ama por cuanto el amor se lo da Dios. Dios lo siembra en nuestro corazón. Lo heredamos de nuestro Padre Celestial. Viene en los genes por cuanto somos hijos de él y no de “nuestro padre chimpancés” . Lo pone muy claro “Nosotros le amamos, porque él nos amó primero” 1Juan 4:20. “En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados” 1Juan 4:10. De allí nos viene el amor.

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¡Hasta el próximo artículo Dios mediante!

William Amaro Gutiérrez

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