#OPINIÓN Séptimo, el intruso pedófilo coronel psicópata #31May

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«Lo que hiciste fue totalmente retorcido
Me manipulaste a mí y a toda mi familia»
¿Cómo te atreviste?
Jessica Thomashow

Preludio y los amiguetes de Séptimo el coronel psicópata. Se reúne gente realmente desalmada en concilios infernales en la oficina de la mesa oval con Séptimo el coronel psicópata. Personas peligrosas que en su trayectoria delictiva, creen andar encubiertas o de bajo perfil, pero que por su connotación en el mundo del hampa y de la trampa son hartamente conocidas, como la crema con el más selecto prontuario de criminalidad local, por alterar la paz social, el orden público y escandalizar la serenidad del alma. Los vapores nauseantes de la peste que salen de la oficina son maléficos y se desatan cuales cordones dentro, detrás y alrededor de cada asqueante personaje en fétidos y espesos follones que los envuelven y dejan una estela escalofriante de malignidad a su paso, exponiendo el aura podrida de cada cual.

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Los funcionarios institucionales detectan y descubren la presencia de los peligrosos invitados de Séptimo y divulgan las finalidades de esas sorpresivas reuniones, esperanzados en verlo vestido de overol color naranja. Analicemos pues algunas aristas de su intrusismo.

Séptimo el coronel psicópata es un mequetrefe, entrometido y metiche. Él es la bruja malvada Theodora que con sus monos voladores se inmiscuye en la vida personal y privada de quienes ha escogido para victimizarlos con la firme convicción de convertirlos en sus presas dentro de su mundo de depredación. Con la insana y perversa pretensión de arruinarles su vida de relación en cualquier esfera, ámbito o plano incluido el laboral, profesional, social e incluso privadísimo de la víctima; saboteando sus diligencias particulares y manipulando a otras personas con las que la víctima se tiene que ver, entrevistar, hacer o programar alguna actividad para de manera coludida estropear lo que debería fluir sin tropiezos y sin dificultades. Y así provoca el desencadenamiento de sucesos infortunados para su víctima. Para que no cuajen sus aspiraciones y la víctima no consiga, no logre o no obtenga lo que otros hubieran alcanzado si Séptimo el coronel psicópata no hubiera intervenido o no hubiera nacido. Y es que el malparido doctor fraude se las ingenia para actuar a escondidas, camuflado y amparado en la complicidad de sus monos voladores, siempre sobre seguro y traicioneramente, con la perversión que le permite la oscuridad y la nocturnidad de su mente maquiavélica. En Séptimo el coronel psicópata, no hay luz sino tinieblas.

Quien tiene voz no manda cantar. Séptimo el coronel psicópata manda o envía a otros, a unos incautos y a algunos prevenidos malévolos como él, a hacer y a decir dentro del guión de desprestigio a su víctima, lo que él ha confeccionado en su desquiciada mente destructiva, manipuladora y controladora. Una vez que Séptimo el coronel psicópata tiene en la mira convulsionarle o destruirle la vida o la reputación a alguien, enfila su artillería psicopática y narcisista para ensuciar lo que está limpio, para tergiversar situaciones y escenarios, para sembrar malos entendidos, para difundir infamias y crear artificialmente problemas, para indisponer a otros en contra de la víctima, para exacerbar los ánimos en gente que sin la intervención destructiva de este militar hubiera actuado de manera normal y diáfana dentro de una rutina sana, pero que al ser inoculados con la poción venenosa de la personalidad oscura de este ruin tipejo, de sus ideas, opiniones y elaborados pensamientos de maldad y de sadismo; entonces todo queda alterado para perjuicio de quien ha tenido la desdicha de que el doctor fraude se cruce en su camino. Tal como la institución ha tenido la desgracia de que este intruso e invasivo delincuente militar nunca más ascendido se haya apoderado de ella y parasitado los destinos de un organismo del estado para destruir su imagen y su otrora buen nombre, corrompiéndolo, usándolo como fuente de dinero negro, de riquezas y patrimonios mal habidos con el giro ilegal y delictual de sus fines, objetivos, misión y visión.

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Con claridad meridiana sabemos que el coronel psicópata es un traficante de la hipocresía. Al buscar en un diccionario el significado de hipócrita con toda certeza expresa: Dícese de Séptimo el coronel psicópata. Nunca el sarcasmo es mal usado si es para describir la personalidad de este tipejo militar retirado. Pues bien, quienes lo obedecen en infamantes asuntos, para vituperar la dignidad ajena y entorpecer la normal e incluso rutinaria vida de relación de otros en cualquier plano o esfera; son personas que no se respetan a sí mismas, que se dejan usar, que permiten que un intruso domine sus actos y sus pensamientos, que se han dejado sodomizar cognitivamente y no pueden llamarse hijos de Dios. Las personas que fungen como cómplices de Séptimo el coronel psicópata y se prestan para concretar las injusticias que él diseña y le permiten materializar sus monstruosidades; deben revisarse, porque salvo que su corrupción sea un disturbio genético como lo es en él; hasta qué punto se están dejando depravar el alma y la propia personalidad al actuar como el mequetrefe intrusivo les instruye capciosamente, imponiéndoles u ordenándoles, lo que deben decir o hacer para perjudicar a inocentes y en todo caso a personas que nada le han hecho ni en agravios, ni en ofensas, como para que hagan injusticias en contra de quien nada les debe. Solamente por los caprichos psicopáticos de un hombre de alma siniestra que desata en quienes se lo permiten, desórdenes espirituales y conductuales, aprovechándose de sus bajezas porque no tienen cultura espiritual y les es cómodo o fácil causar daño a inocentes, porque sus estratagemas vienen de la oscuridad de su amo el coronel Séptimo el psicópata.

De cómo Séptimo el coronel psicópata planta ideas en la mente de otra persona y trama convertirlo en un delincuente. El coronel psicópata para satisfacer sus perversiones y venganzas personales crea infundios y elabora escenarios para que otros caigan en las trampas que él diseña. Y siempre tira la piedra y esconde la mano, pues lo hace generalmente a través de sus monos voladores. Gente que cree o piensa que el doctor fraude no lo hará contra ella cuando le apetezca a su psicopática y delictiva personalidad. Refería un funcionario cierta vez que Chuchín el amante del coronel psicópata, “su consentido moreno chiquitico”, su mayordomo de uniforme mal amarrado; fue instruido por su amo Séptimo el coronel psicópata, para que sembrara en otro funcionario la idea de incurrir en acoso sexual en contra de una joven usuaria. Con tal propósito Chuchín le describió a la jovencita como una chica de maneras fáciles, de cascos ligeros, que se prestaba al juego de la seducción y caería prontamente en manos de quien la abordara en esos apremios. Pero el funcionario que además goza de sólidos principios morales y de respeto las leyes, pues está formado para ello; pudo de una vez descubrir el complot y pillar la trampa y el engaño, en la malicia del proceder del mayordomo Chuchín. «Porque el hombre sabio ve el peligro y se aparta». Proverbios 22:3.

Memorias de mis putas tristes. Pero otros han caído en esas trampas de incurrir en “delitos por falditas”, que son celadas que les monta Séptimo el coronel psicópata, algunas veces con esas putas tristes a las que se refiere Gabriel García Márquez en su obra y otras que no son ni tan putas, ni tan niñas, sino espías tarifadas; tal vez tribadas enviadas por Lesbia Carlota para montar el engaño. Donde la chica o jovencita presuntamente ofendida, no ha sido ofendida nada, sino que está coludida con Séptimo el coronel psicópata y se presta para los fines insanos y destructivos de este militar desprestigiado por actos propios y a quien no se le divisa el honor. Y quien no tiene nada que perder bajo esa óptica no le importa ensuciar y poner a perder a otros. Y es tal el descaro de Séptimo el coronel psicópata que aunados a los delitos de corrupción, extorsión, venta ilícita de títulos valores y etcéteras; él si comete consuetudinariamente todo tipo de felonías y de crímenes contra la moral y las buenas costumbres, contra los derechos de las usuarias y de las trabajadoras a quienes acosa y agrede sexualmente y entonces traslada sus escenarios impunes a escenarios de castigo en contra de quienes él convierte en presas o víctimas de su depredación.

Ahora mismo Séptimo el psicópata tiene de amante intramuros a una criatura .Y se trata de una chiquilla, que apenas va cumpliendo la mayoridad, una estudiante engatusada que podría ser su nieta, dejándose ver dentro y fuera de la institución como el enfermo sexual que es, como el tipejo sin valores ni principios que asalta y corrompe hasta la inocencia de su descendencia como lo hacen los psicópatas. Y esta niña “desorientada”, que no sabe lo que es dignidad, ni ha tenido la debida formación familiar en los valores de cuidar su cuerpo y su imagen; que no sea por el interés de los dólares con que este militar la compra o para que le regale un título sin tener que esforzarse estudiando; aparentemente ésta aún adolescente desconoce las mañas, los resabios, las depravaciones y el trastorno psicopático de la personalidad del ex de Chabela. Sí, Chabela la etílica por el momento ha dejado de ser la barragana del coronel, pero ella lo tiene en sus manos, podría destruirlo con un chasquido de sus dedos. Conoce cada falla, de donde cojea y cada secreto de Séptimo. Es que Chabela, también sabe jugar el juego del psicópata porque ella es una mujer psicópata y se ha garantizado mantenerse en los cargos que por sexo le ha otorgado Séptimo el psicópata. Ahí está vigilante, estrenando vestidos y calzados cada día. Y va y viene a los brazos del negro Séptimo cuando le apetece a sus necesidades insanas de tener sexo con la figura paterna ausente. Pero Chabela quiere liberarse del yugo de la opresión psicopática que la ha mantenido sumisa a un pervertido. ¡Cuánta depravación hay en la institución! Pasearse dentro de ella es correr el riesgo de perder el alma, o de que el calzado se quede pegado al piso y contagiarse con alguna ETS, como quien camina por un cine porno y se sienta en sus butacas, lo mínimo que podría sucederle es untarse del semen disperso y si es mujer podría ocurrirle la desgracia de quedar preñada de un desconocido o de un enfermo. ¡Ave María! La institución ha sido convertida por Séptimo el coronel psicópata, en un antro de depravación, en un lupanar, en un sitio infernal. Una institución donde se extorsiona a los usuarios, donde se venden ilícitamente títulos valores estafa, y donde la depravación moral y espiritual son las banderas que la están identificando. ¿Sodoma y Gomorra?

Discusiones altisonantes por la repartición de los dólares producto de las extorsiones y el caso de Alejandro Blanco el marido de la cocinera Tiniebla.. Y puede tratarse de otros monos voladores a quienes el coronel psicópata decidió quitarles la protección, el apoyo o su mano alcahueta y ahora decide enlodarlos en asuntos que pueden ser ciertos y que él conocía desde hace mucho tiempo pero que los permitía porque le convenía mantenerlos en secreto para usar a ese elemento en sus planes delictuales. O pueden ser infundios o delitos falsos o creados, sugeridos o impulsados para quitar de en medio a quien ya no le sirve a sus propósitos o que Séptimo piensa en su maquiavélica mente que ya no les son útiles para sus fines delictivos, porque son ineficientes monos jalabolas o porque se han convertido en piedras en sus zapatos. Y Séptimo se concibe como una prioridad por encima de la reputación de otros, en tal sentido nada le cuesta sacrificar a sus piezas cuando evalúa que ya no les son de utilidad. Mírense funcionarios en los espejos de algunos monos voladores traicionados y entregados por el coronel psicópata y que los dejó colgados de la brocha, como Ananás, Crucita y la tal Aguada, en los sucesos en contra de Melina y sus protegidos. ¿Por qué va a ser Alejandro Blanco la excepción?, si es del conocimiento institucional que escenificó con Séptimo el coronel psicópata un encontronazo por el tema de la cuota de los dólares producto de las extorsiones y ahora extrañamente es perseguido de la justicia por problemas de falditas. Paradójicamente las mismas falditas que el coronel se levanta.

Los parceros pues. Séptimo cobra con traición los favores recibidos y quita alevosamente del camino a quienes se le vuelven molestos en su rapiña y depredación parasitaria en la institución, sean o no sus cómplices. Solo le ha guardado fidelidad al rey su coterráneo colombiano y eso por ser paisanos, el primero de Río negro y el segundo cordobés y por haberle enseñado a la pareja psicópata – a Séptimo y a Chabela – cómo burlar la seguridad del sistema institucional y expedir falsos títulos valores para la venta en el mercado negro.

«Las niñas pequeñas no se quedan pequeñas por siempre
Crecen y se convierten en mujeres fuertes
que regresarán a destruir todo tu mundo».
Kyle Stephens

Crisanto Gregorio León

[email protected]

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