#OPINIÓN La desaparición del oyente de radio en el tercer milenio digital #18Ago

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La nueva revolución tecnológica de la información y comunicación ha trabucado todos los quehaceres del hombre haciéndolos  más rápidos. Algunos se realizan en milésimas de segundo como ocurre con un correo electrónico u otro mensajes por otras plataformas.

Se trata de una diversidad de medios que le ladran a la radio en la cueva haciendo que se tambalee desde la década de 1990.

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Estamos en un tiempo de cambios radicales en la radio. Cambios que ponen al medio inventado por el italiano Guillermo Marconi, ante el reto de adaptarse a los mismos para asegurarse su supervivencia en un ecosistema comunicacional en reñida competencia.

Ha desaparecido la añeja tecnología analógica con sus métodos de trabajo a tono con la misma en que todo se hacía de manera manual. Ello más un tipo específico de oyente también con sus hábitos moderados y hasta conservadores.

Se trata de una concepción estática de la radio con un oyente pasivo y sedentario con una visión de horizonte limitada en un mundo ancho y ajeno.

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Eran tiempos distintos cuando el público se apersonaba en los estudios para disfrutar de los programas y hacer contacto con el locutor al que percibía como un líder.

Igualmente, llevaba cartas en las cuales exponía problemas de la comunidad. También solicitaba complacencias musicales, felicitaciones a los cumpleañeros del día, saludos y algún recado o mensaje para alguien. Era de hecho la comunicación que establecía con la emisora.

Entonces, las estaciones permanecían de puertas abiertas en el marco de una sociedad tradicional diferente a la de masas con su inevitable crecimiento y cambio. El mejor ejemplo es el Palacio Radial que funcionó en la avenida 20 entre 40 y 41 por el lapso de 25 años sin ninguna limitación al acceso de los escuchas.

Ese panorama ha mutado ahora con la llegada de la tecnología digital. Hoy la audiencia se comunica al instante con los estudios a través de los diversos dispositivos tecnológicos, entre éstos el teléfono celular más las redes sociales.

El oyente hoy es global con una variedad de canales y ofertas programáticas desde cualquier lugar donde se encuentre. Lo que desaparece es una concepción estática de la radio con un escucha en similar situación.

Las tecnologías de la información y comunicación (tic) han tornado interactivo al radioescucha derivando en un emisor de contenidos, aunque sean empíricos sin la especialización de un profesional de la comunicación con estudios académicos. Es evidente que ha cambiado la forma de escuchar radio acorde con la renovación del tercer milenio digital.

Una señal de estas mutaciones lo constituye lo ocurrido en España en 2013, cuando un oyente hizo duras críticas a la radio por su estancamiento en contenidos, géneros y formatos. Sus opiniones fueron tomadas en cuenta por los radiodifusores para principiar cambios en la misma, entre estos el regreso del radioteatro y los espacios de ficción.

La nueva radio del siglo XXI ha generado un oyente diferente y más exigente que el del pasado. La expresión de una forma de ser cuando se penetra en la técnica comunicacional de lo que fue una maravilla durante el siglo XX.

Ello visto que la radio es un gigante adormecido debido a la infrautilización de sus potencialidades, a saber, palabra, música, efectos y silencio.

Por ende, urge el reemplazo de los programas varados carentes de novedad, música balanceada, información actualizada con la necesaria gracia que rompa con la atosigante  rutina.

Ello demanda un radiodifusor y personal de nuevo tipo debidamente capacitado para entender que la radio es un medio que requiere de contenidos atractivos que generan un puente con el escucha a la caza de calidad y buenos estilos.

De lo contrario, se corre el riesgo de que la audiencia drene hacia la variedad de opciones existentes en los soportes digitales, entre estos las redes que han pasado a ser un complemento de la radiodifusión. Su crecimiento e influencia es tal que ya comienza a hablarse de la “redio” en las esferas de la comunicología, entre otras Radialistas Apasionados de Perú.

Con todo, el oyente nunca desaparecerá. Se trata  de un rol al que no le hace ni pío la Inteligencia artificial. Un ente que es todo oído al medio de las imágenes sonoras que permanentemente le ofrece compañía con sus diversos contenidos.

Freddy Torrealba Z. 

Twitter: @freddytorreal11

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