#EntrevistaDominical José Antonio Cassany: Los verdaderos políticos no tenemos horario, ni descanso #10Sep

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Sorprende que un dirigente político renuncie a la vida política en Venezuela, como es el caso del profesor José Antonio Cassany

Se trata de uno de los dirigentes políticos más conocidos en la región y con una dilatada trayectoria de más de cincuenta años en el partido socialcristiano Copei

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Desempeñó distintas posiciones, desde militante a presidente regional de esa organización política en Lara

Fue el máximo representante de la Coordinadora Democrática y representante de su partido ante el Frente Amplio Venezuela Libre. 

De igual forma llegó a ser responsable electo por dos períodos, en forma unánime, de la Plataforma Unitaria de Lara

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Y confiesa haber actuado de acuerdo a los valores y principios cristianos para trabajar no sólo por su partido, sino por la democracia. 

Su decisión nos ha llevado a entrevistarle para El Impulso, con el fin de conocer aspectos relacionados con su vida en la política regional larense. 

Generación de relevo 

¿Cómo es que usted ha decidido renunciar a la política en este momento? 

Soy partidario siempre de la alternabilidad en el poder. Cuando en 1958 los líderes del país, Rafael Caldera, Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba establecieron los parámetros para el inicio de la democracia en Venezuela, uno de los principios fundamentales que fijaron fue la alternabilidad del poder, porque consideraron perjudicial la permanencia prolongada en el mismo. Ya eso lo había advertido Simón Bolívar en su discurso de Angostura y en la Carta de Jamaica, porque una persona que se acostumbra al poder, este lo conduce a la arbitrariedad y a la corrupción. En el legítimo Copei, cuando asumí, circunstancialmente, la presidencia regional, me hice el propósito de que debía preparar la generación de relevo para que asumiera la conducción del partido. Y así lo hicimos el secretario general, doctor Antonio Castillo, y yo. Fuimos sumando jóvenes profesionales para que asumieran las responsabilidades. 

Entre la educación y la política 

¿Cómo es que siendo educador también era activista político? 

Debo decir que, en el año 2000, después de treinta y tres años como educador en primaria, secundaria y en la universidad, asumiendo cargos de profesor, director, supervisor y coordinador de los liceos nocturnos en Lara, me jubilé. Y asumí plenamente las funciones políticas

Por lo general, la gente no entiende que los verdaderos políticos asumimos responsabilidades para lograr el mejoramiento de las condiciones de vida de la población y, en esa función, los verdaderos políticos –reitero esta condición… no tenemos horario, ni días de descanso. No es posible que entiendan que es poco el tiempo que le dedicamos a la familia. Es por eso que mis cinco hijos, quienes están viviendo fuera del país, me han pedido que ya es hora de compartir la vida con ellos y sus nietos. Lo he decidido porque, en abril del año que viene, cumpliré 85 años, y ellos quieren que comparta los años que me quedan de vida en un ambiente de tranquilidad y reposo. 

Del seminario a la calle 

¿Cuándo ingresó a la política y cuáles fueron los motivos que le llevaron a pensar política e ideológicamente? 

Fui seminarista por seis años y me hice amigo de monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel, arzobispo de Barquisimeto. Me formé en la doctrina social de la iglesia católica, cuyos principios y valores los he mantenido día y noche. En el seminario conocí a dos de mis mejores amigos, Rafael Soto Loyo (fallecido) y Antonio Sotillo Luna, quienes una vez que dejaron los estudios en esa institución decidieron ser militantes de Copei. Y esa relación me llevó también a militar en ese partido, es decir ir a la calle a activar, porque representa los mismos valores y principios de la Iglesia Católica. Eso ocurrió en 1969, año en que conocí a un extraordinario líder, Rafael Andrés Montes de Oca, cuyo recuerdo permanece en los larenses porque fue un gobernador muy comprometido con nuestro pueblo y uno de los demócratas más populares del país. 

El deber de servir 

Si pudiéramos hacer una comparación, ¿Qué nos puede decir de aquel entonces al momento que estamos viviendo para actuar en la política? 

El dirigente político tiene que tener vocación, formación cultural, formación profesional, el permanente deseo de participar como servidor de la comunidad y de esforzarse en el mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos. 

Durante los cuarenta años ininterrumpidos de la democracia, los distintos partidos tuvieron gente capacitada para emprender la actividad política dentro del principio de que la política es para servir a los ciudadanos y no para servirse de los ciudadanos. Afortunadamente viví mi formación como educador, no tenía que buscar la política para vivir como es la práctica que se utiliza hoy. Si se revisa la vida de los políticos de antes se puede comprobar que los líderes murieron como habían vivido, en modestas casas y sin lujos. Porque nadie se hace rico en política a menos que incurra en hechos de corrupción o en malas prácticas. Durante los cuarenta años de democracia hubo mucho cuidado en la administración de los dineros públicos, aunque no podemos decir que no hubo deslizamientos y cualquier hecho irregular constituía un escándalo nacional y los señalados eran execrados para siempre; pero, ahora, no sólo se han destapados abominables robos en la administración pública, sino que se ha impedido investigar a los responsables de esos delitos. Y es por eso ha habido una impunidad monstruosa y, desafortunadamente, es imposible precisar los montos supermillonarios de dólares que se ha llevado el huracán de la corrupción en casi un cuarto de siglo en nuestro país, pero llegará el día en que habrá investigación plena, enjuiciamientos y condenas para los responsables, porque a causa de ellos se han perdido no sólo dinero, sino la imagen de Venezuela en el mundo. 

Acercamiento con Rafael Caldera 

¿Cuándo conoció a Rafael Caldera? 

Desde que ingresé a Copei seguí la trayectoria del doctor Caldera, a quien conocí en la oportunidad que vino a Barquisimeto en el tiempo que Sotillo Luna era el secretario general regional. Asistí a una reunión que hubo en casa de Iván Faroh y luego también tuve oportunidad de tratarlo en la residencia del doctor Ennio Anzola Jiménez. Más tarde lo visité en su casa Punto Fijo, de Caracas, en la que un grupo de dirigentes escuchamos sus lineamientos. Después, muchas veces tuve la ocasión de tratarle. Caldera era un ser muy humano, que como político tuvo el objetivo primordial servir a Venezuela en sus dos mandatos. 

Yo fui calderista y por eso en el 1972 en la convención que hubo en Radio City, para elegir al candidato presidencial, donde estaban compitiendo Lorenzo Fernández, Luis Herrera Campins, Arístides Beaujon y Edecio La Riva Araujo, me dolió que se hubiera presentado una lucha traumática entre Caldera y Herrera Campins. Ahí comenzaron los problemas en Copei y yo siempre estuve alineado a Caldera. 

Recuerdos de la política 

¿Cuáles son sus mayores recuerdos de Copei en Lara? 

Copei llegó a tener tanto el poder ejecutivo como el legislativo en Lara y gran influencia, durante la democracia, en este estado. Y no solo Copei, sino debo recordar a los demás dirigentes de los partidos. Es momento de mencionar a Miguel Romero Antoni, Dori Parra de Orellana, Guillermo Luna, de AD; Héctor Mujica del Partido Comunista de Venezuela, Sol Alvarado del MAS y muchísimos dirigentes que contribuyeron a fortalecer ese sistema político, que hoy añoramos porque en medio de la libertad se pudo lograr hacer próspero el país y el más envidiado del mundo. 

Luis Herrera probo y amistoso 

¿Qué nos puede decir de Luis Herrera Campins? 

Conocí a Luis Herrera Campins en Acarigua y me pareció un hombre sencillo, de mucha formación política, muy campechano, agradable, culto y amistoso. Estudió en el Colegio La Salle de Barquisimeto, de donde le vino esa vinculación con Lara, representando a este estado en el Congreso de la República.  

Yo como profesor no sólo trabajé en Lara sino también en Portuguesa y Barinas. Cuando conocí a Herrera Campins trabajaba yo en el liceo Páez y no estaba metido de lleno en la política. Hay que reconocerle a Herrera su preocupación durante el ejercicio de la presidencia de la República por la cultura, la educación, la infraestructura y el aspecto social. Fue probo, honesto, recto en sus principios y demócrata a cabalidad. Definitivamente, ejemplo admirable. 

Diferencias con Eduardo Fernández 

De los delfines de Caldera, ya está apartado de la política el exgobernador Oswaldo Álvarez Paz, pero sigue muy activo Eduardo Fernández. ¿Qué piensa de él? 

Uno de los problemas que tuvimos en Copei fue precisamente la falta de alternabilidad en su conducción superior. Tenía líderes fundamentales, además de Caldera y Herrera Campins. Me refiero a José Curiel, Eduardo Fernández, Oswaldo Álvarez Paz y Abdón Vivas Terán. El trauma más fuerte se presentó con Eduardo Fernández cuando este asume la candidatura presidencial en acto del Poliedro. Fue un acto doloroso para Caldera. Yo me encontraba en el equipo de Miguel Díaz Sánchez, quien estaba promoviendo la candidatura de Herrera Campins. 

De esos líderes, Álvarez Paz fue presidente de la Cámara de Diputados y primer gobernador electo del Zulia; José Curiel, ministro de Caldera y dos veces gobernador en Falcón. Con Fernández tuve diferencias, cuando Roberto Enríquez gana la Convención por la base tres veces consecutivas: se impugna la primera, repite en la segunda y en la tercera. 

Roberto Enríquez es un líder fundamental, quien podría ser un excelente presidente, ya que tiene un buen programa de gobierno y ha demostrado tener una actitud valiente frente al régimen, cuyo enfrentamiento le llevó a ser perseguido y estuvo cuatro años y medio resguardado en la embajada de Chile. 

Volviendo al punto de la respuesta sobre Eduardo Fernández, se separa de Copei y crea Unión y Progreso. Le recriminé esa decisión porque ha debido permanecer en Copei. Considero que es una persona de aquilatados valores, que está haciendo una serie de planteamientos muy importantes. Sin embargo, habla de consenso, pero ¿cómo va a lograr un consenso cuando hay 14 candidatos? Inteligentemente, la Plataforma Unitaria abrió la posibilidad de que haya una elección demócrata. 

La política nuestra tiene que trazarse con mucho espíritu conciliador con los que piensan distinto, con respeto mutuo. Y pensar que sin lograr la unidad total no será posible salir de este régimen

Rafael Caldera y Hugo Chávez 

¿Qué nos puede decir de la actitud del doctor Caldera, cuando después de la intentona golpista, la justificara diciendo que la democracia no puede existir si los pueblos no comen? 

Con Caldera ha sido injusto el país. Es un hombre de leyes, no es verdad que haya apoyado el golpe. Se refirió en su discurso a hacer un análisis del decreto de suspensión de garantías. Lo reprobó. No lo justifico. Caldera habló de la situación política, de crisis, y dijo que no se puede inmolar el pueblo cuando éste está pasando dificultades. Asimismo, acusan a Caldera de que haya indultado a Chávez. El pueblo quería en aquellos momentos una solución rápida a sus problemas. Creyó ese pueblo que Chávez era la solución de fuerza. Pero, se desconocía que Chávez era formado en la izquierda. 

Ahora que estamos tocando este tema voy a revelarle que, en los tiempos en que yo era profesor en el liceo O´Leary, de Barinas, había entre los muchachos del centro de estudiantes un muchacho que, a mi colega, Félix Santander, quien era el director de la institución, le pedía la “cola” en su vehículo

Santander y yo vivíamos en Barquisimeto y nos veníamos los fines de semana en su carro. 

Un día de 1992, Santander me dice: ¿Te acuerdas de aquel muchacho que en el carro dejábamos cuando nos veníamos a Barquisimeto, para que cogiera el transporte para ir a su pueblo, allá en Barinas? Ese es Chávez, el que dio el golpe de Estado. 

Santander, que era de Acción Democrática y con quien tuve una amistad muy apreciada, estaba sorprendido que ese muchacho izquierdista era ese personaje, el mismo que en aquel entonces participaba en movimientos izquierdistas en el liceo. Y la primera visita que hizo, después de salir de la cárcel de Yare, fue a Fidel Castro en Cuba, quien lo impresionó tanto que quiso imitarlo y superar su dictadura. 

Cuando comenzó su primera campaña electoral, Chávez no aparecía en las encuestas, pero, lamentablemente, sectores económicos lo asumieron y creyeron que lo iban a manipular. 

Chávez no tardó en manifestar su deseo de hacer una nueva Constitución y la hizo a su medida, llegando al poder porque una gran parte del pueblo se enamoró de sus propuestas; no fue, entonces, que Caldera lo llevó al poder. Caldera no estuvo de acuerdo con él, aún más censuró el golpe. Ha sido una injusticia asociarlo a Chávez. La culpa de que exista este régimen es de quienes creyeron en sus promesas y luego las de Maduro. 

Propiedad comunitaria en Torres 

Si la propiedad comunitaria, planteada por Abdón Vivas Terán, causó escozor dentro de Copei, ¿Cómo siente el socialismo del siglo 21? 

La propiedad comunitaria en verdad fue uno de los postulados de la Iglesia, se desarrolló mucho en Chile con Rodomro Tomic y en Copei había grupo de jóvenes, conocido como Los Avanzados, dirigidos por Vivas Terán, quien por cierto fue más tarde gobernador de Caracas. Pero Caldera, dentro de su proceso de formación y como especialista en Derecho, debemos recordar fue corredactor en los años treinta de la Ley del Trabajo, en la cual estaba consagrado el derecho a la propiedad privada. Cuando viene el encontronazo con Vivas Terán, lo envía a Bélgica a terminar de formarse. 

Conviene recordar también que aquí, en Lara, precisamente en el municipio Torres, hubo un intento de propiedad comunitaria, el cual fue un rotundo fracaso porque todo el mundo quería meterse en el pellejo del otro. 

La muestra del fracaso 

¿Cuál es su impresión sobre la salida de más de siete millones de venezolanos buscando una nueva vida y de un número indeterminado que sigue saliendo del país al exterior? 

Es la mayor demostración y más comprobable evidencia del fracaso de la llamada revolución bolivariana o socialismo del siglo 21, llevada a cabo por Chávez y sostenida por Nicolás Maduro. El fracaso ha sido estruendoso en lo económico, político y social. Y ha hecho que todos los días la gente se queje de que la energía eléctrica se vaya hasta por seis horas; que no fluya el agua por las tuberías, que no haya gasolina, gasoil, ni gas; que sigan cerrando las empresas en las zonas industriales y crezca el buhonerismo; que las escuelas se estén deteriorando y no haya  casi médicos, ni insumos en los hospitales; que los alimentos cada día cuesten más y sea casi imposible la alimentación de los niños; y que el dólar esté subiendo diariamente al punto que ha superado los 34 bolívares y que esta moneda, prácticamente, haya desaparecido. Y que los venezolanos sigan yéndose a Colombia y otros países de Latinoamérica, o a los Estados Unidos metiéndose por caminos inhóspitos y hasta por la selva de Darién, o buscando llegar a Europa.  

Y como si todo esto fuera poco, ni los profesionales pueden vivir porque, para ejemplo, voy a poner el mío. Como profesor titular a dedicación exclusiva gano 70 dólares y eso me lleva a preguntar: ¿Cómo es que este gobierno no se da cuenta que la canasta de alimentos para una familia de cinco personas cuesta 630 dólares y mantiene el salario mínimo en 130 bolívares, no dólares, sino bolívares, algo menos de cuatro dólares? 

Los políticos tenemos que entender la realidad y los problemas se están agravando cada día más. De allí que se debe buscar la unidad para cambiar este modelo político y económico que preside Maduro. 

A buscar la unidad 

¿Cree posible esa unidad? 

Este gobierno fracaso. Ojalá hubiera tenido éxito porque quienes votaron por Chávez y luego lo hicieron por Maduro creyeron que iban a tener felicidad. Y hoy están arrepentidos. 

Se impone la voluntad del pueblo que clama por un gobierno demócrata y, por tanto, los políticos deben buscar la unidad. Si hay cambio de gobierno tiene que haber respeto institucional. Aquí los poderes los controla el gobierno y eso es precisamente el caos que tenemos en Venezuela. Un gobierno de oposición tiene que restablecer respeto a las instituciones y los militares que están ejerciendo de todo, tienen que volver a los cuarteles a cumplir el mandato constitucional de velar por la seguridad de los ciudadanos y la integridad territorial. 

Despedida y esperanza 

Al renunciar a su vida política, ¿Cuáles han sido los sueños, ideales y lucha que compartió con la gente que estuvo a su lado en la política? 

Tuve la fortuna que los partidos me pidieron que asumiera la responsabilidad de representar la oposición y yo puse una condición, que, si era por unanimidad, aceptaba. Y los partidos aceptaron. Vienen unas elecciones primarias que me parecen respetables y hay muchos candidatos. Unos tienen mejor aceptación, otros menores, pero, en definitiva, eso lo va a decir el pueblo con sus votos y el que elija tiene que ser acatado y los partidos deben colaborar con todos los esfuerzos y la mayor voluntad, porque de todos los demócratas depende el futuro de Venezuela.  No soy líder, sino una persona que circunstancialmente pasé a ser presidente del partido al fallecer mi gran amigo Embert Meléndez, y quien debía asumir el cargo, Leonardo Torres, se fue a Unión y Progreso. Asumí una nueva responsabilidad que cumplí, y me retiro, pero tengo la esperanza de que la gente atienda las propuestas de Roberto Enríquez, quien sí tiene planes que, si es electo, no sólo devolverán la confianza al país, sino que llevará a este hacia su desarrollo y bienestar. Ojalá la gente lo oiga. Porque él está oyendo el clamor de la gente. 

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