A pocas horas de ver el año 2024, nuestro deseo es que el tiempo por vivir, influencias cósmicas astronomicas y astrologícas, permitan renovar pacíficamente el destino de la República y con ello, el rescate de su democracia para impulsar el sistema económico nacional, cuya riqueza petrolera sólo ha servido para destruir su empresa con tales nivel de corrupciones, por cuyos tentáculos, el país desconoce de las actuaciones judiciales que deben estar en curso y en consecuencia, la crisis generalizada ha llegado a una quiebra de valores que se comenzó a denunciar en 1980 llamándoles “Profetas del Desastre”. La corrupción se apodero de los partidos políticos y hablado de ello con el doctor Gonzalo Barrios me respondió — ¡Que puedo hacer yo a mi edad? Después vendría el “caracazo” y la intentona golpistas de 1992, vistos como alternativa a extremos de sus indultos y sobreseimiento de causas, sin llegar a pensar con el refrán “peor fue el remedio que la enfermedad” Por aquel tiempo, un gran venezolano, Carlos Canache Mata escribiría…
“Y es que en realidad, no hemos tenido un proyecto orgánico y continuo para realizarnos como país. Hemos estado saltando en las comarcas de la historia entre grandes y miserias, entre deslumbramientos y caídas, entre plenitudes solares y largas noches. Apenas logramos la independencia, empezamos a trastabillar cuando en el Congreso de Valencia volvimos pedazos la genial visión bolivariana de la Gran Colombia. Nuestro acontecer republicano es más un atormentado viacrucis que un tránsito accidentado hacia el progreso y el modernismo. Los inmensos recursos que nos regaló la naturaleza los hemos derrochado, sin construir un porvenir seguro. Hemos tenido políticos y muy escasos estadistas. Y a veces, en ciertos momentos inferiores de la Historia, ni siquiera hemos tenido políticos sino gobernantes ignorantes, que han sido desbordados por la gloriosa y gigantesca tarea de conducir el destino de un pueblo (El Nacional, febrero 2 de 1989)
A más de tres décadas, el descontento, rabia, indignación y frustraciónes se percibe en la sociedad venezolana y tomo una frase ambientalista del Maestro Rómulo Gallegos para resumir aquel cuadro: “Estamos talando y quemando a Venezuela” y en esas circunstancias estamos obligados, a un rescate político, hacia un gobierno de transición con las mejores voluntades de la nación — que están allí — y la decisión es del pueblo, investido en su ciudadanía.
Con las precedentes reflexión !Feliz año 2024¡ agradeciendo la paciencia por leerme, el estímulo a continuar haciéndolo, rogándole a Dios ilumine nuestras responsabilidades y a los diarios “El Nacional ” y ”El Impulso” por divulgarlas ¡Feliz año 2024!
Jorge Ramos Guerra
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