La Sociedad 5.0, que integra tecnología avanzada con el bienestar social, está redefiniendo las bases económicas al poner al ser humano en el centro del desarrollo tecnológico. En este nuevo paradigma, la economía digital no se limita solo a la transacción de bienes y servicios, sino que debe evolucionar hacia un modelo en red que fomente la inclusión, la sostenibilidad y la innovación. Inspirada en el concepto del rizoma, donde todas las partes están conectadas sin una jerarquía definida, la economía digital en la Sociedad 5.0 busca generar una interacción colaborativa y fluida que priorice el bienestar colectivo sobre el crecimiento financiero a corto plazo.
Una de las principales características de esta economía digital es su capacidad para aprovechar el potencial del Big Data y la inteligencia artificial (IA) para optimizar la toma de decisiones en tiempo real. La integración de estas tecnologías no solo facilita la eficiencia en la gestión de recursos, sino que también promueve un desarrollo más equitativo. Sin embargo, para que esta transformación sea realmente inclusiva, es fundamental que se aborden los desafíos asociados con la accesibilidad tecnológica y la brecha digital. Las tecnologías avanzadas deben estar al alcance de todos los sectores de la sociedad, garantizando que cada ciudadano pueda participar activamente en esta nueva economía digital.
Un ejemplo práctico del uso de la IA en el Estado Lara se podría aplicar en el sector agrícola, uno de los pilares económicos de la región. La IA podría utilizarse para optimizar los procesos de producción agrícola mediante la implementación de sistemas inteligentes que analicen el clima, el suelo y otros factores ambientales en tiempo real. Estos sistemas permitirían a los agricultores maximizar el rendimiento de sus cultivos al tomar decisiones informadas sobre cuándo plantar, regar o cosechar, reduciendo así los riesgos asociados con las condiciones climáticas impredecibles y el uso excesivo de recursos. Además, la IA podría ayudar a prever enfermedades en las plantas o plagas, permitiendo una intervención temprana que mejoraría la eficiencia y sostenibilidad de la producción agrícola en Lara. Este enfoque no solo fortalecería la economía local, sino que también contribuiría al desarrollo sostenible de la región.
Finalmente, para que la economía digital humana prospere en la Sociedad 5.0, es esencial que los avances tecnológicos se implementen de manera responsable y sostenible. La digitalización debe estar alineada con los principios de respeto al medio ambiente y de equidad social. Al promover el uso de la IA en sectores como la agricultura, el Estado Lara puede servir de modelo para otras regiones, demostrando cómo las tecnologías emergentes pueden generar un impacto positivo en la economía local sin comprometer los recursos naturales. Al garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a estas innovaciones, la economía digital podrá generar un desarrollo inclusivo y sostenible que beneficie a toda la comunidad.
Dr. Roberto Ramirez Basterrechea
