Don Abundio Sierralta, El Patriarca, fue el segundo habitante que llegó a vivir en compañía de su esposa Petra Sierra de Sierralta en 1933 en esta comunidad, llamada hoy como Barrio San José en lo que hoy es la carrera uno entre calles 7 y 9, donde todavía viven algunos de sus descendientes. En las década de los años 50 cuando esta comunidad comenzaba a crecer en población Don Abundio Sierralta comenzó a atender a todas las personas que padecían y sufrían dolores musculares, esguinces, luxaciones, hinchazones en las manos o piernas para lo cual utilizaba ejercicios terapéuticos y otros procedimientos que aunque eran muy rudimentarios para esa época resultaban muy efectivo para las curaciones. Don Abundio Sierralta utilizaba para sus curaciones medicamentos que ya no existen ni se consiguen en el mercado. como el ungüento Altea, mentol Davis, pomadas a base de trementina, cuerno de ciervo y la grasa de chivo, con los que daba las sobas y los masajes en las partes afectadas.
Cuando algún paciente presentaba síntomas de fiebre o dolores ocasionados por inflaciones, les recomendaba tomar pastillas de cafenol, veramón y optalidon que eran medicamentos muy efectivos para bajar la fiebre y calmar los dolores. También les recomendaba a sus pacientes para bajar la fiebre colocarse sinapismos de mostaza colocados en la planta de los pies amarrados con trapos de quereguela luego de haberse dado algún encharque con agua caliente de chiquichiqui, cundiamor y yoco yoco que eran plantas muy efectivas para los encharques. Muchos años duró Don Abundio Sierralta realizando este trabajo como terapeuta y fueron muchos los jóvenes futbolistas y beisbolistas de esa época que recibieron atención terapéutica del patriarca Don Abundio Sierralta..
En muchas ocasiones los jugadores amateur del Equipo de Béisbol, los Cardenales de Lara cuando esta franquicia comenzaba como amateur en el viejo Estadio Olímpico de Barquisimeto, hoy Estadio El Chino Canónico, recibieron atención de Don Abundio Sierralta, a quien se le reconoce y se le considera en nuestros días como “El Primer Terapeuta del Barrio San José”.
Alí Ramón Delgado
