La refinería Cardón, la segunda más importante de Venezuela y parte del Centro de Refinación Paraguaná (CRP), reactivó recientemente su unidad de craqueo catalítico fluidizado (FCC), esencial para la producción de combustibles, tras haber permanecido inactiva por más de un año. La información fue confirmada este martes por cuatro fuentes con conocimiento directo de las operaciones a la agencia Reuters.
Lea también: Trump intensifica presiones sobre Venezuela: No tienen dinero, les hemos cortado el petróleo #14Abr.
Con una capacidad instalada de 88.000 barriles por día (bpd), la unidad FCC de Cardón comenzó a procesar aproximadamente 26.000 bpd al cierre de la jornada. Mientras tanto, la unidad equivalente en la refinería Amuay —la más grande del país y también parte del CRP— operaba cerca de los 38.000 bpd, según una de las fuentes.
El CRP, ubicado en el estado Falcón, es el complejo refinador más grande de Venezuela. Este martes, ambas refinerías procesaban en conjunto alrededor de 187.000 bpd, lo que equivale a solo un 20% de su capacidad total instalada de 955.000 bpd, reflejando las limitaciones operativas actuales del sistema refinador venezolano.
Un operación para procesar crudo
En cuanto a la capacidad individual, Cardón mantiene en operación únicamente una unidad de destilación de crudo, que procesa unos 50.000 bpd, frente a su potencial de 310.000 bpd. Por su parte, Amuay alcanzaba una actividad de 137.000 bpd, muy por debajo de su capacidad nominal de 645.000 bpd.
Lea también: Venezuela incrementa envíos de petróleo a Cuba en medio de sanciones y caída de exportaciones #2Abr.
El suministro de crudo hacia el CRP proviene principalmente de los mejoradores Petropiar y Petromonagas, ubicados en la Faja Petrolífera del Orinoco, así como de la costa oriental del estado Zulia, una de las regiones de mayor tradición petrolera en el país.
La reactivación del FCC en Cardón representa un paso significativo para recuperar la capacidad de producción de combustibles en Venezuela, afectada desde hace años por deficiencias técnicas, escasez de repuestos, y limitaciones en el acceso a materia prima. No obstante, los niveles actuales de refinación siguen siendo considerablemente bajos en comparación con el potencial histórico del país.