En el recorrido realizado por diversos centros de votación en Barquisimeto, se evidencia una tendencia generalizada de baja movilización y poca afluencia de electores en las primeras horas de la jornada.
En la Unidad Educativa Stella Cechini, de un total de 3.500 electores inscritos, solo 500 personas habían ejercido su derecho al voto, lo que representa un 14,3% de participación, pese a contar con cuatro mesas operativas.
Un comportamiento similar se observó en el Ciclo Básico Industrial Lara, donde 381 de 3.044 inscritos acudieron a sufragar, equivalente a un 12,5%, con tres mesas habilitadas.

Complejo Educativo Hernán Valera Saavedra lidera en participación
Una de las excepciones fue el Complejo Educativo Hernán Valera Saavedra, que registró una participación relativamente alta en comparación con otros centros. De 1.640 electores inscritos, 485 personas ya habían sufragado, alcanzando un 29,5% de participación, con apenas dos mesas habilitadas.
Este centro refleja un comportamiento más activo y constante de los votantes, que podría atribuirse tanto a la ubicación del centro como a una movilización local más efectiva.

Procesos lentos y desmotivación ciudadana en otros puntos
La Casa de Abrigo Fortunato Orellana, con 930 electores inscritos y una sola mesa habilitada, apenas contabilizaba 132 votos emitidos, lo que representa un 14,2% de participación. Según la coordinadora del centro, el proceso fue calificado como “muy lento”, lo cual podría haber afectado el ritmo de votación.
Por su parte, la Unidad Educativa Nacional San Francisco Javier mostró cifras aún más bajas, con apenas 170 votos de 2.280 electores inscritos (7,4% de participación) y dos mesas habilitadas, mientras que su coordinadora calificó la jornada como “lenta, con baja afluencia”.
Una jornada marcada por la apatía y el escepticismo
Estos resultados confirman una constante que se ha repetido en distintos puntos de la región: la apatía, la falta de motivación y el escepticismo hacia el proceso electoral han sido los protagonistas de la jornada. Aunque el CNE ha garantizado el funcionamiento técnico de los centros y la apertura puntual de las mesas, el desinterés ciudadano parece superar la operatividad institucional.
Conclusión: un llamado a la reflexión democrática
La baja participación en esta jornada electoral deja al descubierto un panorama preocupante para el ejercicio democrático en Lara. Más allá de las cifras, lo que se percibe en las calles y en los centros de votación es un sentimiento de desconexión entre la ciudadanía y las instituciones electorales, que exige una profunda reflexión sobre la confianza, la legitimidad y la necesidad de reconectar a la gente con el poder del voto como instrumento de cambio.