El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció este martes 18 de junio una “política de abandono” por parte del Estado venezolano hacia las personas privadas de libertad, especialmente aquellas recluidas en calabozos policiales, los cuales —advirtió— se han convertido en centros de reclusión permanentes en condiciones “infrahumanas”.
Calabozos convertidos en cárceles permanentes
A través de un comunicado difundido en la red social X, la organización alertó sobre el uso sistemático de los calabozos policiales como lugares de reclusión prolongada, pese a que la normativa legal en Venezuela establece que estos espacios deben ser solo para detenciones preventivas de un máximo de 48 horas.
“Lo hemos denunciado una y otra vez: el régimen venezolano no solo ha sido incapaz de resolver el colapso del sistema penitenciario, sino que ha convertido los calabozos policiales en centros de reclusión permanentes”, denunció el OVP.
Según la ONG, en la práctica “miles de personas permanecen allí durante semanas, meses e incluso años”, en medio de condiciones extremas como hacinamiento, falta de agua potable, ventilación inexistente, alimentación deficiente y ausencia total de atención médica.
Violaciones de derechos humanos y del debido proceso
La situación, además de representar una grave vulneración a los derechos humanos, agrava el problema del retardo procesal, señala la organización. De acuerdo con el OVP, muchos detenidos están atrapados “en un limbo legal sin condena ni posibilidad de defensa”, lo que convierte su reclusión en “una pena anticipada e injusta”.
La organización también denunció que son los propios familiares de los reclusos quienes deben asumir el rol del Estado al suministrar alimentos, agua, medicinas y artículos de higiene. En ese proceso, muchas veces son víctimas de extorsión por parte de funcionarios o deben permanecer días en las afueras de los comandos policiales en condiciones precarias.