Las recientes lluvias que azotaron la región andina venezolana han causado severos estragos en el sector agrícola. Según la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), al menos 150 hectáreas han quedado totalmente destruidas y otras 250 presentan daños parciales.
El presidente del gremio, Osman Quero Pérez, advierte que sin un financiamiento adecuado, la recuperación del sector es inviable.
Emergencia agrícola en la región andina
Durante una entrevista ofrecida a Unión Radio, Quero Pérez ofreció un balance preliminar del impacto causado por las lluvias en estados como Mérida, epicentro de la emergencia agrícola. Basado en informes elaborados junto a instituciones estatales, el dirigente precisó que cientos de productores han sido afectados por la pérdida de cultivos, lo que compromete no solo la seguridad alimentaria regional sino también la estabilidad económica de numerosas familias del campo.
“Eso representa mucha gente involucrada y, por supuesto, impacta la agricultura”, subrayó Quero, al tiempo que reconoció el esfuerzo de los agricultores por seguir distribuyendo productos en los mercados locales pese a las adversidades.
Destacó la pronta rehabilitación de la vía principal en Mérida, aunque lamentó la destrucción de al menos 17 puentes reportada en los primeros días tras el evento climático.
Financiamiento para recuperación del sector
Frente a este panorama, Fedeagro reiteró su llamado urgente a establecer mecanismos de financiamiento sólidos. El presidente del gremio denunció que la actual cartera agrícola, que apenas supera los 150 millones de dólares, resulta insuficiente para atender las necesidades del sector, que requiere al menos 1.500 millones de dólares anuales para comenzar su recuperación.
“Hace 10 o 12 años, la cartera rondaba los 1.000 millones. Hoy estamos muy lejos de eso”, lamentó Quero.
Como referencia, mencionó el modelo colombiano, en el que Finagro, un ente con participación estatal, moviliza más de 4.500 millones de dólares anuales en créditos agrícolas. A su juicio, Venezuela debe adoptar un esquema similar si aspira a revitalizar su producción agroalimentaria.
Osman Quero hizo hincapié en el enorme potencial agrícola de Venezuela, recordando que en el pasado el país no solo logró el autoabastecimiento, sino que también exportó rubros como café, arroz y maíz blanco.
“Contamos con tierras, clima favorable y productores comprometidos. Pero sin financiamiento no podremos avanzar”, sentenció.
El dirigente concluyó que, con voluntad política y el respaldo financiero necesario, la agricultura venezolana puede convertirse nuevamente en un motor económico, capaz de abastecer al mercado interno y generar divisas a través de las exportaciones. Para ello, afirmó, se necesita pasar del discurso a la acción: “Es momento de invertir en el campo venezolano”.