#OPINIÓN ¿Es el cambio o es usted? #23Jul

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Parece que los seres humanos somos criaturas de hábitos, nos resulta incómodo cambiar. Tendemos a hacer lo que siempre hemos hecho porque es parte de nuestra naturaleza. Los libros suelen traer mensajes que nos ayudan a entender mejor el tema del cambio: 

“Si nos mantenemos haciendo siempre lo mismo, continuaremos obteniendo lo que siempre hemos obtenido”. 

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Luego de muchas reflexiones lo entendí y procuré el cambio.

Las estadísticas demuestran que la mayoría de personas que ven a un restaurante por segunda vez, ordenaron el mismo plato que pidieron la primera vez que asistieron allí. La mayor parte de las personas que van a una iglesia, sinagoga, mezquita o centro de adoración. tiende a sentarse en el área en donde se sentaron la vez anterior. Y no se atreva usted a sentarse en las sillas de estas personas porque hasta pueden abandonar la religión. Si usted va a un gimnasio, probablemente tendrá un casillero que le guste utilizar. Y si alguien lo está utilizando, es posible que usted se moleste. Cuando usted utiliza sus pantalones es posible que siempre introduzca primero la misma pierna para ponérselos.

Lo anterior nos sirve para indicar que somos seres acostumbrados al hábito, somos proclives a hacer lo que siempre hemos hecho porque siempre lo hemos hecho de la misma manera. No obstante, si queremos conseguir resultados diferentes, tenemos que estar dispuestos a acoger el cambio. Una de las definiciones de demencia es:

“Hacer lo mismo, de la misma manera y esperar un resultado distinto”.

De modo que si queremos ganar en la vida, debemos cambiar: si no cambiamos, perdemos, y ese será el resultado de no haber.

“Todos los seres vivos que crecen están cambiando. Sin embargo, todas las cosas que cambian no siempre crecen, Ahora bien, si tenemos un cambio positivo o no, depende de nosotros.”

El comentarista deportivo Howard Cosell entrevistó al campeón de los pesos pesados Mohamed Ali, quien se estaba preparando para regresar al cuadrilátero luego de haber estado alejado del boxeo durante varios años. Cosell mencionó que Ali estaba a punto de pelear contra un adversario muy imponente, George Foreman, quien estaba invicto y le preguntó a Ali: “Mohamed, esta va a ser una pelea muy dura, 

¿Eres el mismo luchador de hace 20 años cuando comenzaste a pelear?».

Ali miró a Cosell y le dijo:

“¡Ciertamente espero que no sea así! Alguien que sea la misma persona 20 años después, es una persona digna de lástima».

Ali no era el mismo luchador, tenía más años, había cambiado su forma de pensar y había aprendido de la experiencia. Ali venció a Foreman e implementó una técnica denominada rope-a-dope, que consistió en apoyarse en las cuerdas hasta permitir que Foreman se desgastara solo. Una vez que su oponente estaba cansado, Ali contraatacó y ganó la pelea. De lo anterior podemos concluir que Ali ganó el campeonato mundial de boxeo porque utilizó el cambio como un aliado.

Un aspecto interesante con respecto a esta historia y el poder del cambio es que George Foreman también cambió, pasó de ser un boxeador gigante de aspecto feroz y poco comunicativo, a convertirse en una personalidad agradable y divertida de los medios de comunicación, en una de las personalidades más populares de los Estados Unidos, así como uno de los anunciantes más famosos de “La parrilla de George Foreman”; adicional a ello, volvió al cuadrilátero y se convirtió en el hombre más veterano en ganar un campeonato de los pesos pesados. Todo porque logró reinventarse a sí mismo y maximizó su potencial, utilizando el cambio como un aliado y no como un enemigo.

En Venezuela nos estamos habituando a un modo de vida inaceptable, desde lo más simple hasta los más complejo, desde el irrespeto a las leyes del tránsito, generalizado entre la proliferación de motociclistas, hasta los conductores de autos y vehículos de carga pesada. A la depredación del ambiente, a veces, como forma de vida, desde adolescentes hasta niños que violan e irrespetan todo estamento legal hasta el Derecho a la vida…

El viernes 11 de julio, en una estación de servicio ubicada en la calle 42, avenida Rómulo Gallegos cruce con la avenida Libertador, “dentro de la estación de servicio”, cuando surtía mi vehículo de combustible, fui agredido por un muchacho, de los llamados LIMPIAVIDRIO”, tan sólo porque le dije que no le echara jabón al parabrisas de mi auto, porque se empañaba, le cayó a golpes al auto, no me explico cómo no le rompió los vidrios, y cuando me bajé, me lanzó una botella que, supongo, si me la hubiese pegado en la cara me hubiese matado.

Presumo que, por la agresividad del muchacho, estaba drogado, intervinieron el personal de la estación de servicio, y hasta una señora que iba entrando y se bajó de su auto, creo que eso me salvó.

Dije a las personas dispensadoras de combustible, que tenían que poner orden en la estación de servicio y me contestaron que no sabían qué hacer con los limpiavidrios que se aglutinan en esa intercepción, que habían llamado a la policía, que habían ido y no habían logrado nada. Personas que trabajan en los comercios aledaños, me informaron que los tenían azotados, que le pedían todo tipo de cosas y que, si no les complacían comenzaba el conflicto.

Después me han dicho que, lo mismo ocurre, sobre todo en Pata E´Palo, en el cruce del hotel Jirahara y en el cruce de la avenida Lara con Los Leones.

Se rumora que, entre ellos, se está formando una especie de organización que cada vez está más fuerte y más agresivos.

¡Cambiemos en positivo!

Maximiliano Pérez Apóstol

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