Las cartas están echadas. A partir del próximo domingo 25 de mayo, el estado Lara tendrá un nuevo gobernador. La contienda electoral se presenta con un abanico de opciones, donde cinco candidatos se disputan la magistratura regional, cada uno con un enfoque particular para abordar los problemas que tanto aquejan a los larenses.
En la batalla por el sillón de la gobernación se encuentra Marcial Daza, abanderado de las coaliciones Unión y Cambio y Un Nuevo Tiempo Lara (UNT), Luis Reyes Reyes, con una dilatada trayectoria en la política regional y candidato del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB), Alexis Lamazares, postulado por Partido de la Unidad, Monir Chiriti, respaldado por Avanzada Progresista, y Roberto Sánchez, de la facción de Acción Democrática liderada por Bernabé Gutiérrez.
Daza, desde su formación como galeno, ha centrado su campaña en el urgente rescate del sistema de salud y la mejora estructural de los servicios públicos, dos de los clamores más sentidos por la ciudadanía, mientras que Reyes Reyes, ha prometido el fortalecimiento de la economía local, con un enfoque especial en emprendedores y sectores clave como la agricultura y la minería, pilares para la reactivación productiva de Lara.


Lamazares, del Partido de la Unidad, aporta su experiencia parlamentaria y un conocimiento directo de las comunidades, presentándose como una opción cercana a las problemáticas más urgentes de la entidad. Por su parte, Chiriti, candidato de Avanzada Progresista, ha sido enfático en señalar que su propuesta se basa en un «cambio político para el bienestar» de la región, buscando capitalizar el deseo de una transformación profunda en la gestión pública.


Roberto Sánchez, de la facción de Acción Democrática liderada por Bernabé Gutiérrez, ha tendido puentes hacia el sector privado, proponiendo a los larenses alianzas público-privadas con empresas locales para reactivar sectores clave como la agroindustria y la vialidad rural, elementos vitales para el desarrollo económico de Lara.

El peso electoral
El peso electoral del estado Lara es significativo, con un total de 1.367.266 electores habilitados para ejercer su derecho al voto. Para garantizar el proceso, se han dispuesto 1.127 centros de votación en todo el estado, donde se instalarán 1.775 mesas de votación.
La distribución del padrón electoral ofrece una visión clara de la concentración demográfica en ciertos municipios, lo que podría influir en el resultado final. Iribarren alberga la gran mayoría de los sufragantes, con un total de 778.093 votantes, convirtiéndose en el epicentro de la contienda. Le siguen en importancia por volumen de electores el municipio Torres, con 140.457 votantes, y Palavecino, que cuenta con 118.566 electores.
Otros municipios con una participación significativa incluyen Morán, con 97.642 votantes, y Jiménez, que suma 76.085 sufragantes. Aunque con un número menor de electores, la contribución de estos municipios será fundamental para la configuración del panorama político. En contraste, los municipios de Andrés Eloy Blanco (36.572 votantes), Crespo (39.639 votantes), Simón Planas (32.361 votantes) y Urdaneta (47.808 votantes) representan una porción menor del electorado total, pero cada voto contará en esta jornada decisiva.