El año 2025 comenzó con interrupciones generalizadas del suministro eléctrico, sumiendo en la oscuridad a millones de personas y avivando la preocupación por la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas. El martes 25 de febrero, un apagón masivo dejó sin electricidad a casi todo Chile y a dos provincias argentinas.
La desconexión en el sistema de transmisión de 500 kV en el Norte Chico chileno fue la causa, afectando a cerca de 50 millones de personas en medio de una intensa ola de calor. Ciudades como Santiago y Valparaíso se vieron paralizadas: bancos, comercios y centros comerciales cerraron, el tráfico se volvió caótico por la falta de semáforos y el servicio de metro se suspendió.
Apenas dos meses después, el 28 de abril, una sombra similar se cernió sobre Europa. Un apagón masivo dejó sin luz a amplias regiones de España y a zonas de Portugal, Francia y Alemania. Si bien las primeras versiones oficiales apuntaron a un posible ciberataque a gran escala, las investigaciones posteriores también consideraron un inusual fenómeno atmosférico como origen. La incertidumbre sobre la causa exacta de ambos incidentes dejó en el aire la pregunta sobre la seguridad de las redes eléctricas globales.
Tragedias, duelos y transiciones en el Vaticano
Abril fue un mes de luto y cambio. La madrugada del 8 de abril, el colapso del techo de la discoteca Jet Set en República Dominicana, se convirtió en una tragedia de proporciones inimaginables. Un total de 223 personas fallecieron, incluyendo figuras reconocidas como el cantante de merengue Rubby Pérez y el expelotero de Grandes Ligas Octavio Dotel. Expertos en ingeniería civil señalaron la sobrecarga estructural, con equipos pesados de aire acondicionado y plantas eléctricas, como la causa principal de la catástrofe.
La consternación se amplió el lunes 21 de abril con la noticia del fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años. El primer pontífice latinoamericano, conocido por su humildad, su cercanía con los pobres y sus críticas al capitalismo y al cambio climático, dejó un vacío en el mundo católico. Su muerte, tras una crisis respiratoria que derivó en neumonía bilateral, puso fin a un papado de 12 años.
Menos de un mes después, el 8 de mayo, el humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina anunció la elección de su sucesor. El cardenal estadounidense de origen peruano Robert Francis Prevost fue elegido como el 267º Pontífice, adoptando el nombre de León XIV. Su nombramiento, el de un cardenal con doble nacionalidad (estadounidense y peruana), marcó un hito en la historia de la Iglesia.
Polémicas migratorias y violencia en Colombia
El panorama internacional también fue sacudido por decisiones políticas de gran calado. En mayo, la Corte Suprema de Estados Unidos autorizó al gobierno de Donald Trump a revocar el Estatus de Protección Temporal (TPS) a casi 350.000 venezolanos. Esta medida, que permite a los beneficiarios vivir y trabajar en el país sin riesgo de deportación, generó una profunda preocupación en la comunidad migrante y fue vista como parte de la política de mano dura de la administración Trump en materia migratoria.
La situación se intensificó el miércoles 4 de junio, cuando Donald Trump anunció una nueva medida migratoria que prohíbe la entrada a Estados Unidos a ciudadanos de 12 países y restringe parcialmente el ingreso de personas de otras siete naciones, incluida Venezuela. La decisión, que entró en vigencia el 9 de junio, afectó directamente a venezolanos con visados de turismo, negocios y estudiantes de intercambio cultural. La Casa Blanca justificó la medida argumentando que Venezuela «carece de una autoridad central competente o cooperativa para expedir pasaportes o documentos civiles«.
Mientras tanto, Colombia vivió días de alta tensión. El sábado 7 de junio, el senador opositor y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay fue baleado en un mitin en Bogotá, quedando en estado grave. Horas después, un adolescente de 15 años fue capturado como el principal sospechoso, portando una pistola Glock 9 milímetros.
Este atentado fue un preludio a una ola de violencia. El martes 10 de junio, al menos ocho personas murieron y 40 resultaron heridas en una serie de ataques violentos que sacudieron el suroeste de Colombia. Las autoridades reportaron 19 atentados, incluyendo tiroteos, coches bomba y ataques con drones, en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, calificándolos de «acciones terroristas«. La violencia escaló con explosiones de coches bomba y la muerte de civiles y policías en diferentes hechos.
Otra tragedia fue cuando un avión Boeing 787-8 Dreamliner de la aerolínea Air India, con destino a Londres, se estrelló en una zona densamente poblada de Ahmedabad pocos minutos después de despegar. La aeronave transportaba a 242 personas, entre ellas 11 menores de edad. Las autoridades han confirmado hasta el momento al menos 200 fallecidos.