La ciudad de los techos rojos a mediados del siglo 20, de golpe evolucionó y se transformó; comenzaron a salir los edificios como hongos, un ejemplo de la modernidad, sobre todo en los últimos años del siglo, impulsado por la bonanza petrolera.
Obras realizada por grandes arquitectos, algunos, vinieron de otros países, en Venezuela, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva comenzó a realizar obras que modificaban el ambiente de la arquitectura tradicional para integrarnos a una visión mucho más moderna, sobre todo, en los últimos años, algunos de estilo «brutalista» hormigón en bruto, llamado cemento armado.
En la década de los 40 se comienza a construir la Ciudad Universitaria, donde van a seleccionar
a los artistas, sobre todo, geométricos y cinéticos para que se integrarán a la gran Ciudad Universitaria; esa gran construcción donde hay edificios como El Aula Magna con la obra «Nubes flotantes» obra de Alexander Calder creaciones de Laurens, Vasarely, Leger, Oswaldo Vigas, Mateo Manaure, Carlos González Bogen, Soto, Víctor Valera, Alejandro Otero, Pevsner, Baltasar Lobo, Arp, como también, el mural de César Rengifo, en el Centro Simón Bolívar y comienza una nueva visión y una integración del arte hacia la incorporación de nuevas formas simples, por otro lado, al mismo tiempo, en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, los artistas venezolanos van a comenzar a investigar a partir de toda la experiencia de «Los Disidentes» (1950) para realizar una obra abstracta geométrica y, más tarde, se desarrolla el Cinetismo que son obras que se integran, no solo en Venezuela, sino, fue a nivel de otros países que se interesaron por la obra de Vasarely de Soto, Narciso Debourg, Agam, de Carlos Cruz Diez, Alexander Calder, Alejandro Otero y, así, esos edificios de grandes construcciones con nuevos materiales como el aluminio, plásticos, madera, acero, cemento armado y vidrios, lo que en el mundo se llama «Arquitectura brutalista», también el Metro de Caracas va a ser escenario para que el arte de muchos artistas entre ellos, Mercedes Pardo, Rafael Martínez, Narciso Debourg, Harris Abend, Gego, Héctor Poleo y muchos otros, se integraran a la ciudad, para que los artistas incorporaran esas formas geométricas, esas formas de movimiento, esos relieve, esos colores, esos volúmenes, las cuales, se integraron a las nuevas construcciones y al espacio urbano con obras de Francisco Narváez, obras de grandes dimensiones como la de Mateo Manuare, Juvenal Ravelo en la Avenida Libertadores, la obra de Carlos Medina, o la obra de Patricia Van Dalen en la Autopista Prados del Este o la obra «Mira de Alta Mar», distribuidor Altamira, de Julio Pacheco Rivas o las obras en plaza Venezuela de Carlos Cruz Diez o la bella «Esfera Caracas», en el este de Jesús Rafael Soto, que representan el Arte Público y urbano y el gran piso con mosaicos en el Aeropuerto de Maiquetía de Carlos Cruz Diez, sin olvidar, como lo son las obras de Alejandro Otero.
La nueva Arquitectura, se viste con nuevos relieves, formas y colores. Hoy, un recuento breve sobre este aporte al arte, a la integración a partir de la Escuela Bauhaus, a partir de todos esos movimientos europeos, los artistas se incorporan a realizar obras que embellecieron y que armonizaran con las nuevas construcciones que los arquitectos habían realizado en Venezuela; es un bello ejemplo del arte a la arquitectura, al espacio urbano, pero los artistas venezolanos también han creado obras para espacios en otros países. Felizmente, nosotros tenemos obras muy importantes del arte integrado a la arquitectura y al espacio urbano… en hora buena.
Esteban Castillo