Las delegaciones de Estados Unidos y China reanudaron hoy en Estocolmo la segunda jornada de intensas negociaciones arancelarias, en un esfuerzo por aliviar las profundas tensiones comerciales que han afectado la economía global. El encuentro, que comenzó este martes 29 de julio, se da tras una maratónica primera sesión de más de cinco horas de la que no se revelaron detalles sobre los avances.
Las banderas de ambos países ondean en el Rosenbad, la sede del Gobierno sueco, mientras el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, y su homólogo chino, el viceprimer ministro He Lifeng, lideran los equipos negociadores. El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, anfitrión de la cumbre, se reunió por separado con ambas partes el lunes, destacando en la red social X (anteriormente Twitter) su orgullo por acoger este crucial diálogo para el comercio mundial.
Un camino lleno de escollos y expectativas
Esta reunión en Estocolmo se suma a una serie de encuentros previos en Ginebra y Londres, y a una conversación telefónica entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping el pasado 5 de junio, evidenciando la complejidad y la persistencia de los desacuerdos.
Según un informe del Financial Times, Estados Unidos habría suspendido las restricciones a las exportaciones tecnológicas hacia China, un gesto aparente para no entorpecer las negociaciones y facilitar un posible encuentro entre Trump y Xi este año. Sin embargo, el presidente Trump desmintió categóricamente esta intención en su plataforma Truth Social, afirmando que no tiene interés en una cumbre a menos que sea invitado por su homólogo chino.
Pese a esta ambigüedad, Trump había manifestado el domingo desde Escocia que su administración está «muy cerca de un acuerdo con China», e incluso sugirió que «ya hicimos una especie de acuerdo», aunque sin ofrecer mayores precisiones.