Desde aquí sigo exponiendo temas de la vida. Yo la tengo presente desde que despierto y siento que respiro. Es abundante la historia, eterno el tiempo y corta la vida. Los temas de historia son bastante extensos, el devenir de los días y las circunstancias imparables. Nada es fácil en la vida, para lograr la victoria siempre hace falta un sacrificio. En la movida de las piezas del hombre sobre el ajedrez de la vida está el ganar o el perder… La vida es un campo de guerra, unos atacan, otros se defienden. Aquí aprendemos desde nuestros primeros pasos a caer y a levantarnos. Esa es la vida, una lucha perenne, lo hermoso está en luchar por lo que soñamos y anhelamos, levantándonos siempre, aunque hayamos caído muchas veces.
Muchas veces la rutina se convierte en esa esclavitud de la que es necesario liberarse para no enfermarse. De allí surge la necesidad de variar para sentir la vida más vivible, más grata, variar lo de siempre lo mismo, por un día radiante de ventura y de placer, simplemente disfrutar de algo diferente, mesuradamente agradable, absolutamente llevadero, pasable, sin dolencias ni preocupaciones. Lograr sentirse lejos de la agonía del espíritu, de los días de vacío interior, del agotamiento y falta de un aliento en medio de la desesperanza. Complacencia, elevación y éxtasis es eso grato que casi nadie conoce que no ama ni lo busca la mayoría, porque creen que solo existe en las novelas. ¿Será verdad que el hombre debe atravesar el infierno para conocer la gloria? Leyendo de nuevo “La Divina Comedia de Dante” me pregunto: ¿Será verdad que el alma extraviada vuelve al buen camino por la consideración de las verdades eternas? Todo sea válido, cualquiera sea el rumbo nuestro destino es un regalo…
Acudo a los contrastes y me voy a la infancia, atmósfera que siempre me gustó, hoy mi secreta nostalgia hacia el hogar paterno. Hogar que recuerdo como si fuera un templo en el que me concentro y me estaciono a evocar aquel viejo tiempo inolvidable. Todo esto es apenas un asomo del tiempo pasado que fue mejor, más sano, más propio, más genuino, no existía ese monstruo llamado celular, y se era más feliz con muy poco…
En el tiempo de ayer la lírica era pegajosa, goteaba sentimentalismo, había la salvaje, la caprichosa y la enérgica. El bolero se tomaba los espacios y los trovadores la calle. Fuimos los de antaño muy conocedores del mundo de la música que nos llegaba y sigue llegando al alma como verdadera poesía vernácula y legítima. Vivimos lo mejor que pudimos, a sabiendas de que mañana seremos olvidados. Lo que nosotros llamamos cultura, espíritu del alma, lo que teníamos por bello, por sagrado, por auténtico y vivo, todavía sigue siendo seguido por un poco de locos como los de la vieja guardia… Ha pasado el tiempo y con este los mejores años. Sin esperarlo entró la soledad que aunque es fría es tranquila, sin afanes, maravillosa y grande como el tranquilo espacio en que se mueven las estrellas.
Veteranos del tiempo: La vida es hoy, del bello tiempo solo queda el recuerdo de las horas que nunca volverán.
Por aquí seguirán las evidentes huellas de una biografía.
Amanda Niño P.