Aunque tu ingesta calórica sea elevada, el organismo sabe eliminar los excesos de estos micronutrientes por la orina o las heces. Otra cosa bien distinta son los abusos de suplementos polivitamínicos.
Damos a continuación una lista de los síntomas y dolencias que pueden producir en el organismo un consumo exagerado de las distintas vitaminas.
Exceso de vitamina A
Es un micronutriente presente, en buenas cantidades, en casi todos los alimentos que ingerimos, no es necesaria una suplementación. Se acumula en el hígado y puede llegar a ser tóxica cuando se asocia con fallo hepático o problemas de alcoholismo.
Los síntomas son variados y van desde vómitos, náuseas o mareos hasta anemia, fracturas o dolencias psíquicas de gravedad.
Exceso de vitaminas B
Los micronutrientes de este grupo son imprescindibles para que todos los órganos vitales funcionen de manera adecuada. Sé especialmente prudente con:
La B3 o niacina, ya que puede generar una parada hepática o defectos graves en el feto.
Dosis altas pueden generar fallos cardíacos, anemias.
Exceso de vitaminas C
La intoxicación, en algunas personas, se produce consumiendo más de 2.000 mg diarios (20 veces más que la cantidad recomendada y correspondiente, por ejemplo, a 40 kilos de naranjas diarias o a 50 de melón). Puede producir cálculos en el riñón, diarrea, dolencias en el intestino y calambres.
Exceso de vitamina E
Tienes que tener prudencia y cuidado con extremo con pastillas, ya que, con la alimentación, es casi imposible una intoxicación.
Exceso de vitamina D
Puede causar hipertensión arterial y cálculos, que pueden depositarse en cualquier lugar del cuerpo. En situaciones extremas, raramente infrecuentes, puede dejar sin funcionamiento los riñones. Sí es frecuente nerviosismo, vómitos, inapetencia, sed constante y, por tanto, aumento de la orina.
Para llegar a sufrir estas dolencias y llegar a los niveles que se consideran tóxicos, habría que consumir diariamente alrededor de 100 kilogramos de pescado azul tipo atunes o angulas.