Reflexión – Tiempos de revolución

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Siempre doy gracias a Dios por haberme permitido, antes de conocer este Evangelio, haber estudiado en el Pedagógico, graduarme en la especialidad de Ciencias Sociales y concentrarme en el estudio de la Historia. Por cuanto me he sumergí en  los hechos históricos, no solo mundiales, sino de nuestra amada patria Venezuela y aprendí algo, que definir de manera exacta revolución no es tan fácil. Todavía, hay muchos estudiosos y  expertos que debaten, que puede constituir una revolución y que no. Y si tienen una tendencia ideológica clara y definida, como sucede en todas partes del mundo,  la definición del concepto entonces se complica. Agregue, que se habla de revoluciones sociales, políticas,  agrícolas, técnicas, etc.
Sin embargo y para complacer peticiones de uno y otro bando ideológico en mi país, podemos manejar en esta ocasión el término que conceptualiza revolución como lo presenta Wikipedia  “Viene del latín revolutio, «una vuelta». “Es un cambio social fundamental en la estructura de poder o la organización que toma lugar en un período relativamente corto”. Hay otras definiciones que gustan mucho. La que está relacionada con cambios total y absolutamente radicales en lo social, económico y político. La que trasciende el cambio en la manera de pensar y actuar. Otra, que al suceder, traerá un cambio en función del “beneficio del hombre para el hombre”. El concepto que dice: “Revolución social, es una transformación del conjunto de las relaciones e interacciones sociales cotidianas dentro de un espacio territorial liberado” (http://definicion.de/revolucion).
Por allí encontré otro concepto interesante. “La clave de la revolución está en la construcción de un modelo político propio, anticapitalista y unitario de masas, que ataque frontalmente al sistema en donde más le duele: a nivel de sus estructuras sociales. Que sea democrático, contestatario, participativo, integracionista, donde desarrolle solidaridad y consolide su madurez política, de abajo hacia arriba” Mario Gómez. Al final entendimos,  que una revolución es un estado definitivamente utópico. Pretende  cambiar en una vuelta de 180 grados todo. Incluyendo la manera de pensar y actuar que beneficie por igual las necesidades del ser humano como forma de una justicia perfecta y eso en este mundo de pecado es imposible. Y los hechos que hemos visto en la historia solo demuestran totalitarismo y persecución.
Lamentablemente el término y concepto de revolución se ha prostituido tanto, que da miedo compararlo con lo que Dios y el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo hacen en la vida de los seres humanos. Visto en su esencia, quien verdaderamente realiza una revolución en los hombres es DIOS. Es la vida y el ejemplo de Jesús, cuando lo aceptan en su existir lo que trastoca la existencia humana. Hombres y mujeres. Familias y sociedades han experimentado un cambio  que da una vuelta de 180 grados cuando conocen y practican este Evangelio. Podemos conseguir miles de personas cuyas vidas después de llevarlas por el camino del egoísmo, la autosuficiencia, la mezquindad, el odio. Vidas sumergidas en el consumo de las drogas, la prostitución, el adulterio, la trampa, el robo, el asesinato y la desesperación. Familias desmembradas por la codicia, la pornografía  y la fornicación. Hombres solitarios, abandonados, al borde del suicidio o cerca de morir por enfermedades incurables. Al aceptar al Señor Jesús como su único Salvador personal, han hecho cambios radicales, dando una “vuelta” de 180 grados para bien en sus vidas. Se ha producido en ellos una verdadera revolución que nada tiene que ver con la pregonada por los políticos. Que ataca, persigue y segrega a quienes no comulgan con ellos. Lo vemos, lo vivimos y lo sufrimos.
La Revolución Francesa es  el hecho histórico más emblemático de las revoluciones sociales. Pues lo que vino después de este evento no tiene parangón en la historia del mundo. “Francia misma, al rechazar el don celestial, sembró la semilla de la anarquía y de la ruina; y la acción consecutiva e inevitable de la causa y del efecto resultó en la Revolución y el reinado del terror” Elena de White. ¡!Dios libre a Venezuela de algo similar!. Quien desee conocer y aprender más de esta Verdad verdadera, no para confrontar, con amor cristiano estamos a la orden.  !Nos encontramos el martes que viene con el permiso de Dios y el Estado “democrático” lo permite!
“Todo el bien que el Salvador del mundo nos proporcionó se nos comunica a través de La BIBLIA”
Abraham Lincoln
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