“El cambio climático es un problema multidimensional. La alteración de los patrones del clima afectará la integridad de los bosques, ocasionará la pérdida de arrecifes marinos, reducirá la productividad pesquera, ocasionará una reducción de la producción de contenido nutricional de los cereales, veremos el deshielo progresivo de los polos, de Groenlandia y de los glaciares, se elevará el nivel de los mares amenazando a las comunidades costeras, los huracanes serán más intensos, las olas de calor más frecuentes, las sequías más extensas, se extinguirán especies de insectos, plantas e invertebrados, y proliferarán los vectores transmisores de enfermedades infecciosas…”
JUAN CARLOS SÁNCHEZ. (Fuente: https://tuplanetavital.org).
Habiendo descrito quien es el doctor Juan Carlos Sánchez, cuya trayectoria profesional es la demostración fehaciente de que Venezuela no sólo es inmensamente rica en recursos naturales, renovables y no renovables, sino que desde antes de la creación de la República ha parido al talento probo que ha llevado su nombre a la cúspide del mundo, siendo ejemplo irrefutable de principios y valores tradicionales y mundialmente aceptados que desde siempre nos han caracterizado y que han sido acrisolados en el conocimiento y en el espíritu de libertad y democracia genéticamente heredados.
Es imperioso reflexionar sobre los conocimientos transmitidos por el doctor Sánchez y sus alertas sobre la situación mundial en cuanto al Cambio Climático se refiere, pero debemos implementar sus alertas en lo que he denominado nuestro jardín y nuestro patio trasero.
La “Red de Instituciones Larenses” desde su inicio ha alertado sobre la devastación que se ha venido efectuando en nuestras zonas montañosas, principio y/o fin de la Cordillera Andina; en nuestros bosques nublados, donde se encuentran las nacientes de agua dulce que nutren a importantísimos ríos de nuestro país y proveen de agua dulce a los seres humanos que habitan en ciudades pueblos y caseríos, como los que abastece el embalse “Félix de los Ríos,” mejor conocido como la Represa “Dos Cerritos,” construido en los linderos de “Agua de Yuca,” o sea, el significado del vocablo indígena “El Tocuyo” según algunos historiadores, y que fue puesto en servicio en el año 1973 para proveer principalmente a los pobladores de El Tocuyo, Quíbor, Barquisimeto y Carora a través del embalse de Atarigua y para riego.
Prácticamente cumplida la vida útil de la represa y comprobada la sedimentación y escorrentía que ha colmado su capacidad de almacenamiento en más de un %60 y la continuidad de la tala y la quema en la zona protectora del Río Tocuyo, es fácil diagnosticar la inmensa problemática que nos amenaza.
El Lic. Antonio J. Saldivia Landaeta, educador, con maestría en investigación histórica, Paleógrafo, técnico en restauración de bienes patrimoniales, formato hierro y madera, artista plástico, diseñador gráfico, genealogista y escritor, en un trabajo publicado en eltocuyohistoriacolonial.blogspot.com, narra que a finales del año 2001 fueron encontrados los restos de un barco a vapor, que probablemente naufragó en 1850 en el río Tocuyo; en los límites entre el municipio Unión del estado Falcón y el municipio Urdaneta del estado Lara, lo que corrobora que el río Tocuyo era un río navegable. Es de hacer notar que esta noticia fue publicada por el diario “El Impulso,” en trabajo realizado por el periodista Oscar Castro.
Pero, es que, también era navegable el Río Turbio, y abastecía de agua dulce a Barquisimeto, a través de la conocida “Caja de Agua” ubicada al final de la avenida Fuerzas Armadas, principio de la carrera 13 cruce con calle 48.
Existimos personas que no podemos olvidar al Bosque Macuto, a su piscina. Sus Chaguaramos, su flora y su fauna; a los cardenales, cardenalitos, turpiales, canarios tejeros, azulejos, paraulatas, guacharacas, guacamayas y pare usted de contar; inolvidable la neblina matutina que envolvía a la ciudad y su agradable clima refrescado por los micro bosques que eran característicos de los patios internos en lo que denominábamos… Las manzanas.
ES IMPRESCINDIBLE Y PERENTORIO CREAR…“CONCIENCIA AMBIENTAL.”
Continuará…
Maximiliano Pérez Apóstol