La hora final lo encontró en la Cartuja de Farneta del Espíritu Santo, convento de la Orden de San Bruno, construido en 1903, un lugar olvidado del mundo exterior, donde el tiempo pasaba casi inadvertido, en un claustro perpetuo alejado del contacto profano, en estricta pobreza monástica, apartado de toda tentación irreverente a Dios en aquel aciago año del Señor de 1944, en horas del mediodía del 6 de septiembre, cuando el mundo presenciaba con horror la devastación de la Gran Guerra.
En el Lugano existía un secreto sumarial a bordo. Desde el puerto de Génova hasta el puerto de La Guaria, transportaba los restos mortales de un santo, Monseñor Montes de Oca, quien fue fusilado por los nazis en la 2da Guerra Mundial.
Un barquisimetano y un cabudareño sobresalieron con su accionar desde sus curules en el Congreso de la República en dos épocas de encendido escenario político.
En una hermosísima ilustración plasmada en una Tarjeta Postal de los Estados Unidos de Venezuela, fechada el 30 de agosto de 1905, enviada para Alemania, se aprecia el Antiguo Mercado Central de Barquisimeto, luego conocido como el Mercado de las Cien Puertas, hoy en el sitio se encuentra el Edificio Nacional.