Nuestro cine cumple hoy 119 años de vida y lo celebra en medio de una innegable crisis económica que no amilana los ánimos de los realizadores. A propósito de este día conversamos con el experimentado cineasta franco venezolano Atahualpa Lichy, quien aspira que las producciones criollas sigan en ascenso.
-¿Qué significan estos 119 años de películas?
-Considero que es una fecha importantísima porque el cine venezolano nació casi a la par del cine internacional. Celebramos varios años de éxitos, aplaudimos la crítica extranjera y el apoyo del público, es algo positivo. Esperamos que esta dicha continúe, que aumente la calidad y las producciones, que nuestro cine tenga más salida internacional.
-¿Qué tipo de cine considera se hace actualmente?
-Creo que el cine venezolano muestra hoy en día una gran variedad, tanto en temática como en estilo. Eso es positivo, es bueno que las películas no se parezcan y que cada director tenga su estilo y tema. Quizás faltan más películas sobre la Venezuela de hoy. Vemos comedia, filmes históricos, policiacas, documentales.
-¿Cree que en el pasado el cine sirvió más para la crítica social que ahora?
-Sí, yo pienso que hubo un cine venezolano muy crítico; en los años 70 y 80. Era un cine bastante militante, hubo una lucha para que nuestro cine llegará a nuestro propio público. Hubo muchas películas de corte social como El Atentado de Thaelman Urgelles, El pez que fuma de Román Chalbaud, Cangrejo de Román Chalbaud, entre otras, que criticaban a la Venezuela del día.
-¿Cuántas etapas considera que ha experimentado el cine nacional?
-Varias etapas. Está el nacimiento del cine, luego hubo una época muda. Después hubo varias iniciativas que no siguieron y fue una lástima. Algo que lamento mucho es que Venezuela tiene que hacer un esfuerzo inmenso para preservar el patrimonio cinematográfico.
Somos uno de los países que más ha perdido cinematográficamente. Si se hace un estudio histórico del cine nacional durante la época del cine mudo o de los años 30 y 40 veremos que no quedan copias. Uno se limita a las reseñas de los periódicos. Hay que preservar los negativos que quedan, no podemos darnos el lujo de perder ese patrimonio. Hubo una época de oro cuando Bolívar Films comenzó a hacer películas en los años 50. Luego, en los 70 vivimos una gran época dorada porque el público valoraba más lo nuestro que el propio cine Norteamericano. Después,no sé por qué, esa conexión con el público se perdió hasta ahora cuando vemos que logramos reenganchar a la audiencia. Ahora tenemos presencia en festivales internacionales y hemos alcanzado premios importantes. En 2015 hubo unos 150 reconocimientos para el cine venezolano y eso demuestra que tenemos acceso a escenarios internacionales.
-¿Por qué no hemos calificado para los Óscar?
-Bueno, la película venezolana Desde allá dirigida por Lorenzo Vigas ganó el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia en 2015. Eso es importante. Estamos en ese camino. Es muy difícil el Oscar en el sentido de que hay muy poco puesto para las películas extranjeras. Sería importante poder enviar en los renglones ficción y documental. Estos premios también están ligados a un éxito comercial.
-¿Cuáles considera son nuestras debilidades?
-Sigo pensando que la debilidad pudiera estar en el guión. Hay unos muy buenos pero no todos tienen calidad. La formación tiene que continuar en ese sentido. Tienen que venir formadores extranjeros, conocer otras formas de creación siempre será positivo. Más películas sobre la vida cotidiana como lo hacen todos los países. Tenemos que hurgar en la fantasía y en lo surrealista.
-¿Qué opina de los realizadores emergentes y de los Festivales de Cortometrajes que cada día tienen más auge en el país?
-Siempre he sido un fanático del cortometraje. También son reconocidos en el escenario internacional, es bueno apreciar los cortos porque indican cómo estarán los largos. Hay una explosión formidable que me hace sentir muy optimista para el futuro. Para que esto siga se necesita que el cine siga teniendo un apoyo consolidado. La inflación puede ser negativa para las producciones.
-¿Ha incidido la crisis en la producción cinematográfica?
-Sí claro, el cine es un elemento frágil y no escapa a la realidad. Lo sé porque acabo de filmar un nuevo documental en los estados andinos y entre la previsión del presupuesto hasta el rodaje los precios cambiaron. La crisis puede ser un punto grave. Ojalá no tengamos que bajar la calidad por una falta financiera.
