Jesucristo cuando estuvo en la tierra aseveró que “Hay más felicidad en dar que en recibir”, una frase que puso en práctica durante toda su vida monseñor Eduardo Herrera Riera, quien se fue al encuentro con el Señor el sábado 27 de octubre en la ciudad de Carora.
Su desaparición física ha dejado una gran tristeza entre quienes lo conocieron como hombre religioso y también como un ser humano que siempre se preocupó por ayudar a los más necesitados.
Monseñor Herrera fue un activista social que trabajó por otros de manera callada, lejos de los flashes de las cámaras de los medios de comunicación, como un reflejo de su personalidad humilde.
Fue un devoto franciscano que murió en la absoluta pobreza, a quien le fue arrebatada una mísera pensión que cobraba por decisión de un exalcalde del municipio Torres.
Fundó el Centro Social
Como parte de su dedicación y amor al prójimo, fue director de Cáritas en la región y promotor de la creación del Centro de Formación Social Cáritas Nuestra Señora de Coromoto.
En este centro, monseñor Herrera prestaba ayuda a los indigentes. Además, era conocido en los barrios más pobres y alejados, adonde llegaba con su obra.
Visión de país
Como hombre de fe, quería lo mejor para Venezuela, mensaje que repetía en sus homilías y también en la carta pública que hizo al presidente Hugo Chávez el pasado mes de abril, cuando el diario EL IMPULSO contó con la primicia, gracias a la relación de amistad que lo unía con la familia periodística.
En ella solicitó al Presidente que dejará su lenguaje violento y más bien se enfocara en unir al país.
Sepelio en Carora
Hoy lunes, a las 10:00 de la mañana, será el sepelio de monseñor Eduardo Herrera Riera, en la Iglesia Matriz San Juan Bautista de Carora, donde quedarán sus restos como obispo emérito de la ciudad.
Su legado siempre quedará en los corazones de los creyentes, quienes seguirán la obra de evangelizar y trabajar por el prójimo a diario, sin esperar nada a cambio, a pesar de las vicisitudes propias que la vida presenta.
Foto: Edickson Durán
