De la inocente pluma de 450 niños brotaron un sinfín de historias en pro de la conservación de las aves.
Como todos los años, el Ateneo de Cabudare a través del Programa de Creatividad Infantil Contemos bajo La Ceiba, celebró una nueva edición del concurso de Literatura Infantil Un cuento para La Ceiba, bajo la coordinación de la profesora Ana Magaly Bracho, coordinadora de Desarrollo Infantil de la institución ateneísta.
En esta oportunidad, el decimosegundo certamen se llevó a cabo bajo la premisa Mundo de Pájaros, con la finalidad de que niños y niñas recrearan cuentos que promovieran el cuidado, preservación y protección de las especies que surcan los aires.
La cita, que año tras año convoca a cantidad de escolares, alcanzó la cifra de 450 participantes en esta edición 2012. Un total de 50 planteles educativos se sumaron a la iniciativa impulsada por el Ateneo de Cabudare.
La dinámica
Como es habitual, entre octubre y noviembre, Ana Magaly Bracho comenzó el periplo por diferentes escuelas de Cabudare, invitando a cada estudiante de 5to y 6to grado participar en el hecho literario.
Para la citada fecha, un importante número de docentes y alumnos esperaban la visita de Bracho para conocer las bases del concurso.
Tras el encuentro con la coordinadora de Desarrollo Infantil del Ateneo de Cabudare, los concursantes se pusieron manos a la obra con sin igual ímpetu y creatividad.
Las hojas tamaño carta que una vez fueron blancas cambiaron de apariencia. Se colmaron de relatos cargados de color e ingenio.
El resultado
La respuesta fue altamente positiva. Posteriormente, el jurado, compuesto por las profesoras Lorena Mujica, Mharyha Morales, María Elena Graterol, Ely Alba Bracho y Ana Magaly Bracho, seleccionó los cuentos de 15 niños, pertenecientes a las instituciones educativas Colegio 19 de abril, U. E. B. Don Vicente Amengual, U.E. Catalina de Romero, E. E. Miguel Otero Silva, Colegio Curimagua, U. E Ramona Orozco, E.B. Hermann Garmendia, U.E. José Félix Ribas y el Colegio Salto Ángel, exactamente nueve planteles.
“Como siempre el apoyo fue total. Las instituciones y escuelas nacionales, estadales y bolivarianas impulsaron significativamente el concurso”, reiteró Bracho, quien recordó que el recorrido por las escuelas inició al comenzar el año escolar.
“Visité todas las escuelas del municipio para invitar a los niños de 5to y 6to grado a participar en esta edición 2012 que tuvo como tema Mundo de Pájaros”.
El tema, prosiguió, fue acordado por el equipo del Ateneo de Cabudare en homenaje al Cardenalito.
“Esta especie que se encuentra en peligro de extinción está padeciendo varios problemas… es una vía para hacer un llamado de alerta”.
Los niños, prosiguió, alzan su voz para que la gente reflexione y tome conciencia, querencia y pertenencia sobre ese pájaro tan hermoso que nos representa.
“En ese sentido, los niños dedicaron sus cuentos al Cardenalito y al resto de las aves venezolanas”.
Explicó que de 450 obras fueron seleccionadas 15 historias. “La tarea para elegir los trabajos fue ardua. Estuvimos a lo lago de una semana leyendo los relatos”.
El veredicto
Bracho precisó que de acuerdo al acta que comprende el veredicto los criterios de selección fueron la creatividad, redacción, originalidad, mensaje de valores, reflexión ecológica y ortografía.
“Los cuentos presentan un contenido de valores de la convivencia en familia, solidaridad, libertad, amistad, sentido de pertenencia, la espontaneidad, respeto por la naturaleza y el realce de nuestra idiosincrasia, de ser palavecinenses”.
Se conoció que la misión del Ateneo de Cabudare con el concurso es que el niño tenga la oportunidad de abrir su imaginación, soñar, volar, crear, sentir, y en consecuencia, pueda transcribir en palabras la posibilidad de hacer realidad el sueño de un pequeño escritor, llevando de esta manera a otros niños, un cuento con mensajes formativos y educativos”.
También, agregó Bracho, para la evaluación de los cuentos tomamos en consideración el hilo conductor de la historia, la presentación, la originalidad, los dibujos.
“Algo que resaltó el jurado y que pudimos palpar fue el sentido de pertenencia que muestran los niños en sus historias, sobre el Cardenalito y Cabudare”.
Hay, dijo, una problemática bien marcada en la parte de Chorobobo, relacionada a las peleas de gallo, hay una historia que refleja esta situación con un poco de humor y reflexión.
“Un niño se preocupó y escribió acerca de ello para que esas peleas de gallo cesen debido a la crueldad de echar a pelear a esos dos animales”.
Diversidad
En las historias hay humor, fantasía y reflexión.
“Estamos muy contentos con esta edición porque se logra el objetivo principal, el cual es que el niño tome la lectura con gusto, como un hecho placentero, divertido y no sólo para aprobar un examen o hacer una tarea, sino para montarse en esas letras y volar”.
Si bien, añadió, los primeros años del certamen fueron difíciles, hoy día hay escuelas que tienen dentro de su programación el concurso Un cuento para La Ceiba.
“A los niños se les brinda asesoría literaria durante la convocatoria, incluso, hacemos contadas colectivas referentes al tema, luego los niños deciden cómo lo ilustran y presentan”.
Un títere, una marioneta, una canción, una poesía o cuento sirvió para motivar a los niños de las escuelas a participar.
“Vale la pena apoyar estas actividades culturales y pedagógicas porque no sabemos si dentro de estos círculos de pequeños escritores se encuentra el próximo Premio Nobel de Literatura”.
Puntualizó que los cuentos ganadores ya fueron pasados a limpio, luego comienza la revisión literaria para que en el libro, donde van a aparecer los cuentos, aparezcan las historias en forma impecable.“Dependiendo del tema buscamos al artista plástico que se identifique con las historias para ilustrar el texto. Luego, comienza la lucha por la obtención de los recursos, ya que editar un libro es costoso, pero bien vale la pena”.
Los cuentos tiene su derecho de autor y nadie puede usar esas historias.
El reconocimiento
Los 15 niños ganadores recibieron como premio una tarde de diversiones en el CCC Las Trinitarias, allí los escolares disfrutaron de una película cargada de fantasía, tomaron una merienda y compartieron helados. En enero los niños tendrán una asesoría literaria con un escritor reconocido.
Fotos: Daniel Báez
