La prohibición de distribuir, expender y consumir alcohol suma ya 11 días y no finalizará sino hasta este sábado a las 6:00 de la mañana. Dueños de restaurantes en Barquisimeto, donde también se expenden bebidas espirituosas, reportan una pérdida diaria promedio de hasta 25% en sus ventas, desde que la medida entrara en vigencia el pasado 5 de marzo cuando falleció el presidente de la República Hugo Chávez.
Cabe recordar que según Gaceta Oficial, la ley seca se aplicaría hasta el pasado martes 12 de marzo. Sin embargo, un día antes, el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, firmó un decreto con el cual se extendió la prohibición de venta de alcohol, así como la suspensión del porte de armas, hasta el 16 del mismo mes.
En este sentido, mientras recorría ayer las calles de la capital larense, un equipo de EL IMPULSO pudo constatar que efectivamente las licorerías continúan cerradas acatando la mencionada resolución, mientras los restaurantes y otros expendios de comidas preparadas, con licencia para la comercialización de licores, han visto una gran disminución en la afluencia de sus clientes durante los últimos 11 días.
En un popular restaurante ubicado en la calle 28, entre carreras 21 y 22 en Barquisimeto, fue posible hablar con Antonio Gamboa, dueño del establecimiento, quien aseguró que ante las pérdidas que le ha generado la ley seca, no tiene más opción que recurrir a sus reservas para poder cumplir con el pago de la nómina de sus empleados y cubrir otros gastos operativos.
«En el caso de un restaurante, no se trata sólo de la venta de licor, sino que detrás de una bebida alcohólica, siempre viene la venta de un menú de almuerzo o una parrilla, y hay muchos clientes que acostumbran a consumir un trago antes de comenzar a comer, pero ante la imposibilidad de poder ordenar uno, pues dejan de venir», explicó el comerciante, dentro del local que estaba completamente vacío a pesar de ser la hora del almuerzo. Gamboa afirmó que la prohibición le ha ocasionado una pérdida de entre 20 y 25 por ciento por día desde su implementación.
“Ha sido muy difícil, y si extienden este decreto, no tendré más remedio que ir a pérdida”, destacó, aclarando que la medida también esta afectando mucho a los trabajadores del sector, así como a los proveedores de bebidas alcohólicas, añadiendo que en su negocio se vende mayormente cerveza y muy poco licor importado. “Si esta situación continúa tendré que pedirle a parte del personal que no venga”, advirtió Gamboa.
El comerciante reiteró que la venta de su principal producto, que es la comida, ha sido perjudicada por la imposibilidad de expender licor, aclarando, sin embargo, que no siente la influencia significativa de la devaluación sobre la importación de bebidas, ya que precisamente en su establecimiento son las que menos se adquieren.
