Nada salió como se había ensayado. La primera misión –clave y necesaria- era contener a Lionel Messi, pero el astro de mágica pierna zurda hizo lo que quiso en el terreno de juego y la tarea de sumar se hizo imposible. Ni modo, la selección de Venezuela no tuvo más remedio que caer arrodillada 3-0 frente a la poderosa Argentina, sin mayores argumentos para pescar un mejor resultado.
Fue un partido muy distinto al de la primera vuelta, que terminó 1-0 a favor de los venezolanos. En aquella ocasión, Messi, aunque tuvo destellos de su acostumbrado juego, fue secado por Fernando Amorebieta –baja sensible en el partido de anoche- pero en este segundo desafío mostró lo mejor de su repertorio y llevó a los suyos a una clara y contundente victoria.
El casaca 10 de la albiceleste puso dos balones de oro a Gonzalo Higuaín –autor de tantos a los minutos 29 y 59- mientras que anotó de penal en la fracción 45, cuando le fue pitada una mano a Gabriel Cichero en una sentencia arbitral muy discutida.
De momento, la tropa vinotinto, que ocupaba el cuarto lugar, sale de la zona de clasificación, pero no significa, en absoluto, que haya perdido posibilidades, porque sigue a corta distancia de los puestos que dan acceso al mundial del próximo año.
Estaba claro que Argentina tendría la pelota desde el pitazo inicial y los criollos debían mantener las líneas compactas, muy cerca, para no dejar espacios libres, pero la fórmula no dio resultados.
El DT nacional decidió poblar el mediocampo y colocó en la formación titular a Luis Manuel Seijas, con la idea de que, cuando no se tuviera el balón, retrocediera unos metros para meterse entre los dos volantes de primera línea: Tomás Rincón y Franklin Lucena. Por momentos, la selección llegó a defenderse con siete hombres –una línea de tres y otra de cuatro- pero no fue suficiente para maniatar a los argentinos.
El dispositivo defensivo fue vulnerado con una receta de toques rápidos, mucha movilidad y triangulaciones, siempre por el centro del campo, un camino que le llevó a encaminar el partido en el propio primer tiempo con una ventaja de 2-0.
El primer gol de la albiceleste nació de una triangulación. Messi recibió al borde del área y con un toque de primera desajustó a la defensa criolla. Su pase entre líneas lo tomó Higuaín para rematar por bajo y batir a Dani Hernández, que vio caer su valla, después de repeler dos disparos de “La Pulga”.
Era apenas el primer gol, pero ya se intuía, por lo que ocurría en el campo, que sería difícil remontar el careo. Para colmo de males, cuando se acercaba el descanso, llegó el segundo gol de los gauchos, un penal convertido por Messi, tras una mano en el área de Cichero.
Restaban aun 45 minutos. Sin embargo, todo se hacía cuesta arriba. Farías movió el banco e hizo debutar a Rómulo Otero, con lo que buscaba rapidez y pegada, pero un segundo gol de Higuaín, otra vez ante un gran pase de Messi, enfrió el ímpetu y metió el juego en el congelador.
Otero disfrutaría de dos ocasiones posteriormente, aunque finalmente el marcador terminó con el 3-0.
Derrota dolorosa –cómo no- pero nada que no estuviera dentro del presupuesto. En el horizonte se asoma un duelo que –en cambio- luce crucial, contra Colombia el martes en Puerto Ordaz. Puede que suene exagerado, pero es el partido que puede meter a los criollos dentro del mundial o sacarlos.
