En cuatro años el Centro de la Esperanza Divina Pastora, mejor conocido como la sala de espera del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, ha recibido a miles de familiares de los pacientes hospitalizados en este centro de salud.
Ramón Márquez, coordinador de este espacio, informó que a diario entregan 400 pases para un promedio de 20 mil personas al mes, de lunes a domingo, las 24 horas del día.
Por esta misma razón, las sillas, butacas y baños se han deteriorado, sin embargo, poco a poco se han remodelado y reparado los daños del tiempo.
“Tenemos nuevos equipos, como pantallas, que serán reemplazadas por las que se dañaron, de manera que podamos continuar con el sistema de aviso a los familiares por esta vía”, dijo Márquez.
En la actualidad son llamados por un micrófono, desde donde le informan el nombre del paciente y avisan para que el familiar se dirija hasta la emergencia.
“Los baños también fueron reparados y el filtro de agua funciona a la perfección”, destacó Márquez.
Las butacas serán reparadas de tres en tres, para cambiar el deterioro por el uso constante y también porque personas inconscientes no cuidan los espacios públicos, que benefician a toda la comunidad.
“Siempre les recordamos que utilicen las áreas con dignidad, para que puedan perdurar en el tiempo y continuar prestando un buen servicio al resto de la población que lo necesite”, agregó.
Señaló que todos los bancos en los alrededores de la sala de espera también fueron acondicionados, al igual que la iluminación general.
“Contamos con una gran ayuda de las promotoras sociales de la Gobernación del estado Lara, quienes están al tanto de las necesidades de los familiares y pacientes”, resaltó Ramón Márquez.
Cuentan con dos sillas de ruedas para trasladar a un paciente en la salida de la emergencia, las cuales también merecen cuidado y atención por parte de quienes tengan necesidad de utilizarlas, así como su retorno inmediato a la sala de espera.
Crear conciencia
En el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda reciben pacientes no sólo del estado Lara, sino de toda la zona centroccidental e incluso más allá, en este sentido, el sistema creado en la sala de espera para pernoctar es ideal para quienes deben permanecer días al cuidado de su familiar hospitalizado y lejos de su hogar.
“Las 50 butacas siempre están ocupadas, porque vienen personas de Falcón, Maracaibo, los municipios más lejanos de Lara y hasta del Oriente del país, quienes deben quedarse en el hospital hasta que su familiar esté recuperado”, destacó Ramón Márquez.
En este sentido, agradeció que poco a poco las personas han entendido que es mejor esperar dentro de la sala de espera, porque incluso su vida corre peligro en las afueras, porque entran y salen ambulancias a toda velocidad cuando trasladan a una persona en extrema gravedad.
“En una oportunidad sucedió que un familiar fue atropellado por una ambulancia porque esperan en un lugar que no está destinado para ello”, expresó Márquez.
Además, llevan sol, se ensucian y luego eso lo trasladan hasta su ser querido enfermo, quien está delicado de salud y debe tener alrededor limpieza extrema y no más bacterias que les lleven de la calle.
