La ciudad como tema – Una escuela pequeña y casi invisible

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Por estos días la Escuela de Arquitectura y Urbanismo Carlos Raúl Villanueva, de la UCV, nuestra casa matriz, está celebrando 60 años de fundada. Nuestra escuelalocal, la Unidad Docente Extramuroses mucho más joven: tiene 20 años. Ha graduado un importante número de arquitectos con las mismas capacidades y destrezas que tienen los graduados de la casa matriz. La historia de nuestra escuela comienzo cuando un grupo de arquitectos locales pensaron que ya había llegado la hora de tener una escuela de arquitectura. Lo pensaron en un momento en que la ciudad estaba sometida a presiones de desarrollo de todo tipo, esperando que una escuela de arquitectura y urbanismo podía ser un buen espacio para ventilar los temas que afectaban la ciudad además de darle oportunidades de estudio a los jóvenes para quienes trasladarse a Caracas, Mérida o Maracaibo significaba una dificultad importante y que muchos cursaban diseño de obras civiles en los tecnológicos porque no tenían una opción de nivel académico superior.
A pesar de sus 20 años de existencia todavía nuestra escuela es poco conocida, casi invisible. Esto es grave porque mientras esté ignorada la escuela no puede cumplir en toda su amplitud la función de responsabilidad social como lo hacen las escuelas de arquitectura en el mundo, función que no se limita a la graduación de estudiantes. Estas actividades son de extensión, asesoría a la comunidad y a los gobiernos locales, suministrándoles proyectos, ideas, etc. Las razones de esta invisibilidad son varias y concurrentes.
Una de ellas es el tamaño. Aunque pareciera que 240 estudiantes y 45 profesores son muchos,  no lo es si se considera que la gran mayoría de los profesores son docentes a tiempo parcial y deben dedicar la mayor parte de su esfuerzo trabajando en otros ámbitos porque desde hace años el salario de un docente es muy magro y se trabaja más por el orgullo y el honor de hacerlo que por lo que nos pagan. Así, dedicarle a la escuela un poco más del tiempo estrictamente necesario está al alcance de muy pocos, pues significaría afectar el trabajo que genera las remuneracionesprincipales de cada uno.
La pequeñez también afecta el clima de debate propio de una escuela de arquitectura. La escuela matriz, lade la UCV es mucho más grande y en ella siempre está ocurriendo algo: una conferencia, una mesa redonda, la presencia de algún profesor visitante, la publicación de un libro, etc.
La escuela está lejos de ser un centro de formación de postgrado, no se dictan maestrías, diplomados o cursos de actualización en los cuales los profesionales locales pudieran interesarse. Hasta los mismos profesores tienen dificultades para acceder a cursos que los capaciten como docentes por el alto costo de los mismos y el tiempo de dedicación que exigen, incluso si se dictan en la ciudad. Por ejemplo, el llamado componente docente puede representar una erogación equivalente a variosmeses del salario como profesor.
Uno de los problemas básicos es el bajo presupuesto: no hay modo de gastar en nada que no sea absolutamente imprescindible, es el resultado del cerco financiero al que nos somete el Estado, cuyos dirigentes no entiendenla importancia del conocimiento en el mundo moderno o la entienden, pero como una amenaza a su permanencia en el poder.
Idealmente, deberíamos tener un instituto de investigaciones y extensión, pero eso requiere de importantes inversiones y especialistas que siempre son costosos, gente conmaestrías y doctorados.
Nuestra escuela no ofrece los cursos de actualización que necesitan los profesionales con años de graduados, cuando muchas cosas han cambiado: la teoría de la arquitectura, los sistemas de representación gráfica, las normas de construcción, losmétodos de cálculo estructural, los materiales, los planteamientossociales, las tendencias en viviendas de interés social, la sustentabilidad ecológica, lalegislación que regula nuestro trabajo e incluso revisar el paisaje de la arquitectura actual.
Es hora de que nuestra escuela comience el camino de la madurez y se haga visible.Deseos de que asi ocurra los hay en abundancia, faltan recursos materiales, pero ya vendrán tiempos mejores, tiempos de progreso.

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