El base NBA venezolano Greivis Vásquez y su coach, Michael Malone, dejaron traslucir su molestia por la racha negativa en la que están sumidos los Kings de Sacramento, que tras su caída ante los Trail Blazers de Portland, 96-85, en el Sleep Train Arena de Sacramento, acumularon su quinta en fila y vieron caer su foja a 1-5 en la joven campaña 2013-2014.
El jugador de 26 años de edad y 1.98 metros de estatura no ha podido tener la arrancada personal y colectiva que le habría gustado con su nuevo quinteto, como portador de un nuevo dorsal (10) y tras dejar atrás una cirugía en su tobillo derecho que le obligó a estar varios meses de baja, a pesar de lo cual Malone no dudó en darle la titularidad por encima del combo guard Isaiah Thomas, de mucha menor estatura pero mayor capacidad anotadora.
“¿Quién quiere tener 1-5?” se preguntó el criollo ante los medios de comunicación tras la derrota contra Portland. “Estoy molesto. Odio perder”, aseveró. Su frase pareció resumir el deseo de Michael Malone, quien al ver que su equipo perdía por 22 puntos y se mostraba displicente, optó por cerrar el juego con los que pensaba que sí se sentían más molestos por perder, al utilizar un quinteto con Vásquez, Ben McLemore, Jimmer Fredette, Luc Mbah a Moute y DeMarcus Cousins.
Malone vaticinó que habrá sustanciales cambios en el quinteto abridor para el juego de mañana contra los Nets de Brooklyn. “Es algo que no entiendo sobre nuestro equipo. Cada noche, aparte del juego contra Golden State, juegan sólo dos cuartos y medio. Nos quedamos atrás, logramos una remontada pero cuando ya es muy tarde y eso simplemente es un baloncesto de perdedores, una mentalidad perdedora”.
El estratega fue más allá al afirmar que “tenemos muchos jugadores que sólo se preocupan por sí mismos en este equipo y si su juego no está funcionando, renuncian al juego. Los cambios serán hechos antes del próximo miércoles (mañana)”, advirtió.
En un equipo con falta de química, Vásquez intenta encontrar el camino con el que se hizo un nombre en la campaña anterior, cuando al servicio de los Hornets de Nueva Orleans lideró la liga en asistencias totales y tuvo los mejores promedios de su carrera.
