Pensar hoy en cine venezolano no es igual que par de años atrás. Lo que antes era una cartelera desierta y poco atractiva se ha convertido en la esperanza de millones de espectadores criollos que tras el éxito de historias como Hermano, La hora Cero y La casa del fin de los tiempos, han formado un nuevo concepto del cine venezolano, de identidad y orgullo.
El 2013 fue de grandes triunfos para la industria nacional, no sólo por la cantidad de producciones estrenadas (21 en total) o el número de espectadores en salas comerciales, sino por un sector productivo y unido en el ámbito público y privado, que muestra que a pesar de la diferencia ideológica el esfuerzo continúa y la producción de calidad se mantiene.
Se trata del resultado de décadas de trabajo que resultan en una industria consolidada y madura. Un gremio que el próximo 28 de enero celebrará el Día del Cine Nacional, fecha propicia para recordar los traspiés y las glorias de un medio que cada vez gana más lauros en el mundo.
Para este 2014 el cine venezolano se propone duplicar la cantidad de estrenos y los más de dos millones 400 espectadores que visitaron las salas comerciales del país, lo cual se traduce en un incremento del 35% de la taquilla respecto al año anterior.
Luego de la Concha de Oro de Pelo malo a la Mejor película en la 61 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en España (uno de los pocos encuentros certificados dentro de la “categoría A” por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos); el Premio Glauber Rocha a la Mejor Película Latinoamericana que obtuvo La distancia más larga, ópera prima de Claudia Pinto Emperador; y los dos Astor de Plata a la Mejor Dirección y Mejor Guión de Pelo Malo, en la edición 28 del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en Argentina, a Venezuela le queda para el 2014 esperar la posible victoria de Azul y no tan rosa en la categoría Iberoamericana de los Premios Anuales de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, mejor conocido como los Premios Goya.
Otra de las alegrías en torno al cine criollo la dio el director Joel Novoa Schneider (de Esclavo de Dios), quien fue el único venezolano incluido en la revista norteamericana Variety, que realizó una selección de los diez de cineastas, productores y guionistas con mayor talento y futuro en América Latina.
Es de destacar que entre los proyectos del Cnac se encuentran tres largometrajes de ficción (El desertor, Sobrevivientes e Historias pequeñas), dos documentales (Belén, la reina del quitiplá y Cuentos de arrieros) y seis cortometrajes (Partir, Carne con papas, Naranja, Zapara, Héroe en Banca y TVDoméstica).
De los materiales rodados en 2013 y en etapa de postproducción para ser disfrutados este año se encuentran Km 72, dirigido por Samuel Henríquez, Lo que lleva el río, de Mario Crespo y Tamara de Elia Schneider.
También se están produciendo varios proyectos de animación como los largometrajes Samuel H2O y Kaporito, el guardián de la montaña; así como los cortometrajes animados El duende verde y Grazia.
