El ambiente en la pequeña iglesia era festivo, alegre , pleno de religiosidad, aquel día cuando se inició la cuaresma, período cuando Jesucristo enfrentó peligros ,sufrió mucho pero esto no doblegó su voluntad, así la santa misa dominical del cristianismo, presentaba nutrida concurrencia de feligreses, acompañados por músicos jóvenes que motivaron al sacerdote y a los presentes a participar alegremente en la ceremonia. Se debe resaltar: el pecado original ¿tuvo en Adán y Eva sus precursores en la humanidad.? Por desobediencia al mandato divino sobre el bien y el mal, creer que somos dioses y podemos hacer lo que deseamos a nuestros intereses, instintos, por poder exclusivo constituye una grave transgresión y representación del pecado.
Dios concede “el libre albedrío” y, el principio de la sabiduría es el respeto y temor a Él. La sabiduría es elegir su camino, el deseo de protagonismo, figuración, vanidad, egoísmo, inmoralidad, ventajismo, hipocresía, preparación, el amor al dinero y la acumulación de bienes materiales; además, la utilización de otros seres humanos como “tontos útiles” para alcanzar perversos propósitos creyendo que somos superiores, constituyen manifestaciones de conducta que arrastran al hombre a la corrupción moral de altura; también el nepotismo, tráfico de influencia, enriquecimiento ilícito, soborno y el clientelismo político. .Además,la ambición de poder desmedido es la madre de la corrupción, como ejercerlo para beneficio personal, o de su grupo. En la actualidad hay personas que se retratan aquí, dado que circunstancialmente han ocupado posiciones en el ámbito político, cultural, educativo, militar y deportivo pero, no han entendido que el ejercicio del poder, debe estar dirigido a servir al prójimo, no al beneficio personal o su entorno, esto, ha producido múltiples problemas sociales.
Así, estos pseudolíderes buscaron fama, riqueza, poder a cualquier precio, traicionando así, principios y valores de la doctrina cristiana. Además, si tuvieron momentos de gloria efímera, fueron reconocidos por su capacidad, así como por sus trofeos, demás reconocimientos, dinero y bienes mal habidos. Pero, el tiempo pasó ¿dónde están ahora?, nadie se acuerda de ellos para bien. Si preguntan, pocos lo recuerdan con afectividad, debido a su carencia de humildad y la soberbia demostrada al no reconocer sus errores, argumentando que sus decisiones fueron inteligentes, circunstanciales o políticas; y, continúan su vida campantes, orgullosos bajo el manto de la impunidad que caracteriza a esa “sociedad de cómplices” en la cual vivimos.
Jesús siguió un camino diferente, sometió su voluntad del padre, murió se entregó y resucitó al tercer día trayendo vida a multitudes. Pregunta hoy, ¿Quién es Jesús?, todos sabrán responder porque “la memoria del justo es bendita”. Su derrota fue nuestra victoria, su muerte trajo vida. Todos somos pecadores en mayor o menor grado, debemos reconocer los errores con valentía y responsabilidad haciendo un esfuerzo por transformarnos en mejores seres humanos. El mensaje final del epílogo de la Santa Misa, invitó a obedecer , amar al Señor, reconocer pecados con humildad sin olvidar nuestros orígenes, servir y amar al prójimo ayudando al pobre, desvalido , enfermo. Pedirle a Dios sabiduría para no pensar en esta vida, sino también en la eternidad.” Salmo 140:12
