Pido la palabra

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Más allá de los errores u omisiones que pudieran haber cometido los colegas que participaron en el proceso de diseño y construcción de la avenida Uruguay, o de la fiesta electoral que los sectores políticos quisieran hacer de ello en procura de unos votos, tenemos frente a nosotros una interesante situación que nos impone lecciones muy de fondo que tocan directamente la conciencia ciudadana de los profesionales venezolanos a quienes nos corresponderá asumir el desafío histórico de la reconstrucción nacional. El obligante acuerdo derivado del análisis científico, se ve empañado por el preludio comicial que nos impone temas que escapan a los aspectos que deben prevalecer en estos casos, para atraparnos en la encrucijada medianera donde lo técnico y lo político se entrelazan para enrarecer el debate. Ante la imposibilidad de sumar, los celos y las vanidades afloran en procura de protagonismos agotados y en desuso. El análisis lógico se diluye progresivamente hasta involucionar en la inentendible obsolescencia discursiva que ataca sin más argumento que la incoherente frustración…
Por muchos años el gremio enmudeció frente a la profanación y el abuso. La ciudad descuartizada, desmembrada en sus entrañas fue mostrando sus severas carencias derivadas del abuso impúdico e irresponsable de la indiferencia. La sociedad de cómplices mutilaba a sus anchas las posibilidades ciertas de crecer bajo sólidos patrones de orden urbano. La informalidad se impuso y los servicios públicos se desmoronaron para hundirnos en la dispersión, la anarquía y el atraso. El desbalance se acentuaba progresivamente para mostrar la dinámica de una gigantesca ciudad marginal por una parte, frente a la ficción urbana del este que sucumbe ante las posibilidades inciertas de atender sus demandas primarias de servicios…
La avenida Uruguay es Barquisimeto. En ella se concentran todas y cada una de las fallas, omisiones, carencias, vulnerabilidades sísmicas y vicios urbanos derivados de la desatención e indiferencia de los sectores oficiales. Sus patologías, en ocasiones agudizadas por una planificada falta de atención presupuestaria, se toman como banderas electorales para descuartizar al adversario. Sin embargo, ella lucha por sobrevivir. Acusa el castigo de los posibles errores de sus proyectistas y constructores. Se deforma progresivamente ante el descontrol de las aguas de su entorno informal, para mostrarnos dramáticamente lo que viene para toda la ciudad, de no tomarse a tiempo las medidas preventivas del caso. Nos enseña lo que no puede ni debe hacerse en Ingeniería.
Existen dos opciones, nos empastelamos en discusiones redundantes sin hacer nada al respecto. O actuamos responsablemente en función de solventar sus problemas. Allí están las propuestas de solución diseñadas y debidamente calculadas por los expertos. Ahora le corresponde hablar al sector político…
Mis comentarios:
-Las observaciones de los colegas del PSUV durante la reunión en el Consejo Legislativo, ya fueron evaluadas con ensayos, cifras, modelaciones matemáticas y cálculos debidamente sustentados por los expertos que el CIEL avala totalmente.
-Cada vez que llueve, se activa el proceso de deterioro progresivo de la avenida Uruguay. No le demos más largas.
-Las medidas inmediatas no pueden esperar.
León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío sobre el pueblo pobre… (Proverbios: 28-15)
Sergio Borgel
[email protected]

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