El Padre José Palmar tiene su parroquia en Maracaibo pero su palabra huracanada se expande por toda Venezuela y su martirologio se hace noticia cada vez que en nombre de lo sagrado pide disculpas públicas por haber sido aliado del oficialismo en la etapa del romanticismo que puso a volar los sueños de los pobres.
El padre Palmar estuvo hace pocos días en Barquisimeto invitado por la Red de Instituciones Larenses y dio una conferencia en la sede del Colegio de Médicos. Allí demostró por qué se ha convertido en una referencia obligatoria dentro del amplio espectro de la opinión pública venezolana al dar detalles de cómo se fue conformando el escenario trágico que vivimos donde la muerte y el hambre se confunden en una danza siniestra de atavismos desatados, bajo el impulso de los instintos básicos por la subsistencia.
Ubicado en el cruce exacto del análisis racional y los misterios espirituales, el padre Palmar se sumerge en aguas abisales para explicar las motivaciones secretas que animan a los poderosos que en trastiendas toman las decisiones claves en nuestro país. Los ojos de Chávez no son sus ojos, exclama y se santigua, esos son ojos luciferinos con los cuales desde el averno buscan intimidar a los inocentes y continuar sometiendo a los cautivos del hechizo populista.
Tenemos que orar, orar mucho y con intensidad. Esto no es simplemente una lucha política, esto es una lucha espiritual entre el bien y el mal. Frente a esta convocatoria del sacerdote zuliano al rezo Yuyita se persigna, Max alza su mirada en plegaria silenciosa, y el resto de concitados al conversatorio sienten un ramalazo eléctrico y asumen el compromiso Juana de Arco de cruzar ríos y sitiar castillos en nombre de la fe.
También dio consejos de tipo político el padre Palmar. Expuso con claridad y de manera directa que toda la oposición debía realizar un gran esfuerzo unitario y que durante la campaña se realizara un monitoreo constante de encuestas para que los candidatos que tuvieran la primera opción fueran respaldados por aquellos otros, de oposición, que se ubicaran por debajo de la línea de probabilidades.
Dentro del clero venezolano existen distintas oposiciones frente al oficialismo, algunos han tomado partido por los cambios revolucionarios por considerar que en nuestro país se había relegado a los pobres y que es obligación católica según la legalidad emanada de Vaticano II respaldar a quienes socialmente asuman este compromiso. Bajo estas consideraciones el Padre José Palmar enarboló las banderas del chavismo en sus inicios, pero hoy se muestra arrepentido porque siente y está convencido que todos aquellos sueños de justicia e igualdad se desmoronaron para dar paso a mantener el poder por el poder mismo, sin que importen los fundamentos éticos por los cuales las luchas sociales se hacen gratas a los ojos de Dios.
Ahora nos miran los ojos del demonio, estamos vigilados por Satanás y por ello existe miedo y pesimismo, dice. Para el sacerdote es obligatorio quitarse el temor invocando a Dios y recordar la prédica de San Juan Pablo II quien nos enseñó que los tiranos son simplemente hombres y que no pueden nada contra la fe y las personas que unidas en oración le pone fecha a su salida del poder. Oremos, oremos en familia, oremos en grupo. Frente a la oración no hay poder humano que nos pueda causar daño. Ese fue el gran consejo del padre José Palmar.
