En bolsas y en la parte de atrás de una camioneta del Servicio Nacional de Medicina y Ciencia Forense (Senacef) fueron sacados cuatro de los ocho cadáveres que permanecían en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto, sin ser reconocidos o reclamados por familiares.
El fuerte hedor de los cuerpos por el estado de descomposición alejaban a las personas de la morgue, mientras ésta era lavada por trabajadores.
No sólo el tiempo que estuvieron allí fue el motivo para que los cuerpos se pusieran en ese estado, influyó que una de las cavas estuviese dañada, sin embargo, aclararon que ya tres estaban en óptimo funcionamiento.
Los cuatro cuerpos que sacaron tenían un mes en la morgue y fueron llevados al cementerio nuevo para ser enterrados en una fosa común. La mayoría eran por muertes trágicas y sólo algunas naturales.
Es evidente la falta de colaboración por parte de autoridades municipales para la adquisición de urnas en casos como estos, donde los fallecidos no tienen dolientes.