Diabéticos venezolanos viven un viacrucis

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Falta de medicinas de última generación, falta de insulina, jeringas y tiras reactivas para medir los niveles de azúcar en sangre, hacen de Venezuela el peor país para tener diabetes hoy en día.

Así lo han afirmado pacientes y miembros de la Federación Nacional de Asociaciones y Unidades de Diabetes, al hacer un llamado al gobierno a garantizar la satisfacción del derecho humano a la Salud.

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“Yo le pediría a las autoridades que tomen en cuenta esta situación que está ocurriendo porque si hay dinero para muchas cosas, también debe haber para la prioridad, que es la salud. Y no sólo se trata de diabetes, porque también hay escasez de muchos otros medicamentos para tratar condiciones críticas”, manifestó la médico endocrinólogo y miembro de Fenadiábetes, Elizabeth Gruber de Bustos.

De acuerdo con la doctora, para el tratamiento de la diabetes Tipo 1 actualmente hay un gran déficit de insulinas análogas o de nueva generación.

Las convencionales, que son NPH e insulina cristalina aún se consiguen en las farmacias del Estado, pero volver de un tratamiento a otro representa un verdadero retroceso que afecta negativamente al paciente, señaló la especialista.

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En el caso de los pacientes de Diabetes Tipo 2 (la más frecuente), quienes a diferencia de los primeros no dependen de inyecciones de insulina y pueden ser tratados con tabletas, ya no existen en Venezuela los inhibidores de la enzima DPP4, también de última generación. Generalmente son producidos por la industria farmacéutica internacional y tienen que ser importados en un país sin divisas.

Viacrucis

Más allá de las denuncias de la médica, el testimonio de los propios afectados deja claro que controlarse la diabetes en Venezuela es una cuestión de guerreros, sobre todo si se es insulinodependiente. Así lo reveló Rafael Russián, quien sufre diabetes Tipo 1 desde los 2 años de edad, y hoy tiene 19.

“La situación con las tiras reactivas es bastante crítica. Años atrás tu ibas a las cadenas farmacéuticas y encontrabas gran cantidad de tiras a precios accesibles, pero ahora nos vemos en la necesidad de recorrer hasta 20 farmacias en un día, y someter a una de tus amistades a que te acompañe, porque cuando consigues las tiras solo te venden dos cajas de 25 unidades, y a veces hasta de diez, cuando un diabético Tipo 1 necesita medirse el azúcar hasta cinco veces en un día para mantenerse controlado”, manifestó.

Aparte de lo difícil que es conseguir este insumo, que no se produce en el país y debe ser importado, también juega en contra el tema del precio.

“Yo acabo de llegar de viaje y mi cuñada que es diabética me encargó que le trajera una caja de tiras reactivas compatibles con un equipo específico. Pague 68 dólares por un paquete de 25 tiras”, señaló por su parte la doctora Gruber.

Los que tengan los recursos necesarios para suplir la falta de este producto en el extranjero aún siguen siendo afortunados, pues la misma operación no se puede aplicar en el caso de la insulina, cuya venta solo se hace con récipe médico.

Para estas personas cuyas vidas dependen de mantener un control sobre el nivel de glucosa en su sangre, so riesgo de caer en un coma u otra patología potencialmente mortal, el instinto de supervivencia se activa en la adversidad y les ha obliga a reducir aún más la ingesta calórica diaria.

“Al no tener tiras debemos reducir las mediciones y esto afecta nuestra calidad de vida: aparte de que tenemos que comer menos uno se ve en una posición de mucho estrés constantemente”, acotó Russián.

“En el caso en que tengamos insulina pero no tenemos tiras para mi es más grave, porque no me deja saber qué cantidad de insulina debo utilizar, ni cómo debo reaccionar ante una baja brusca de glicemia, que son las llamadas hipoglucemias, el estado más crítico que podemos tener los pacientes diabéticos”, dijo por su parte Mileibys Natera, también paciente de diabetes T1.

El negocio

En uno de los mercados virtuales más populares de Venezuela, ofrecen algunas marcas de tiras reactivas hasta en 3.000 Bs. por caja de 25 unidades, un 1000% más que su valor en farmacias.

Por esta razón, el paciente de diabetes T1, Rafael Russián pidió al Estado regular la venta de este producto a solamente pacientes con récipe médico, “para evitar que lo agoten personas inescrupulosas que tienen como único fin de convertir la necesidad de algunos en un lucrativo negocio”.

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