Jesús “Chúo” Torrealba, político y periodista, quien saltó a la palestra pública desde su programa televisivo El Radar de los Barrios, en esta entrevista, tras su visita al diario EL IMPULSO, afirmó que lo único en lo cual el Gobierno y la oposición están de acuerdo por primera vez en 17 años es en que el país está en una situación insostenible, aunque el Gobierno lo llama emergencia económica y la oposición crisis humanitaria.
Para “Chúo” Torrealba, mientras el venezolano la está pasando mal con la crisis, también han podido surgir de allí “experiencias interesantes de organización popular. Mientras los vecinos se pasan los datos para intercambiarse productos, la gente también empezó a denunciar actividades perniciosas de las mafias rojas de los bachaqueros, la manera permisiva como la Guardia Nacional y la PNB toleran y hasta son cómplices de la actividad de esos sujetos, o la forma cómo existe connivencia entre gerentes corruptos de Mercal y Pdval con esas mafias”.
En sus palabras la frase que había empleado hasta ahora: “ya va, poco a poco porque la salida debe ser pacífica y hay que construirla”, la modificó por: “para que la salida sea pacífica tiene que ser rápida”.
El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática ve posible un referendo revocatorio o una enmienda constitucional, siempre que el país así lo demande y sobre todo lo exija de manera pacífica y constitucional, pero urgente, dado el proceso de deterioro institucional.
Intenta abrirle los ojos al país y le dice que no estamos en una democracia normal; por el contrario, vivimos en un Estado de restricción de derechos, de déficit democrático y no basta con que haya una situación determinada y un derecho en la Constitución para que el mismo sea activado a petición de la ciudadanía.
-¿La oposición ha incurrido en errores?
-Por supuesto, la oposición no es celestial, los humanos incurrimos en errores. Ahora, esos errores los hemos incorporado a una dinámica de aprendizaje, de crecimiento y por eso es que hoy, a 17 años de lucha contra el proyecto autoritario, tenemos amplio consenso nacional.
-Un error….
-Yo creo que han sido varios, yo diría que quizás un error muy importante haya sido no establecer los conectores entre el discurso político y la realidad social concreta. En Venezuela 54% de la población vive en barrios y lo que antes fue clase media hoy vive una situación de absoluto empobrecimiento. Si sumas a los pobres y empobrecidos tenemos más o menos 70% de los venezolanos. Entonces la oposición venezolana durante mucho tiempo tuvo un discurso de enfrentamiento al proyecto autoritario de elementos fundamentalmente políticos que eran legítimos y sólidos pero había que conectarlo con la realidad social y afortunadamente lo aprendimos.
-¿Cuál es su evaluación del desempeño de la nueva Asamblea Nacional con mayoría opositora?
-Yo creo que estamos en presencia de una nueva realidad. Cualquier venezolano de 28 años de edad no había visto nunca en su vida lo que era el funcionamiento de un parlamento democrático. Hay una expectativa ampliamente favorable en torno a la Asamblea, que sigue siendo constatable en las encuestas y en la calle. Pero no olvidamos que el parlamento expresa el país, pero no lo sustituye. Todo lo que se logre en la AN tiene que tener como caja de resonancia la lucha política y social en el país y en la calle.
-¿Hay miedo a la calle?
-Es necesario ubicar qué versión de la calle se ajusta a lo pertinente. En septiembre de 2014 yo dije hay que ir a la calle pero a la calle con pueblo por convenver, de allí el planteamiento del casa por casa y el cara a cara.
-¿Todavía ese planteamiento lo tiene vigente?
-En aquella oportunidad debo reconocer que no tuve mucho éxito en la venta de esa protesta y tuve que recibir la ayuda de Nicolás Maduro; como Maduro nos sacó de los medios de comunicación entonces la oposición no tuvo otra alternativa que recurrir al casa por casa, para hacer campaña, pero nos salió bastante bien, sacamos casi 8 millones de votos con esa metodología. Hoy yo creo que es necesario ir más allá del casa por casa, porque hay una nueva realidad en el país.
-Ninguna de las salidas propuestas para cambiar el Gobierno actual se han concretado… el descontento podría resurgir, ¿qué piensa usted?
-Yo no sé donde lo parece, en todo caso siguen estando como indicadores importantes la capacidad de movilización de la calle y los sondeos de opinión. Yo creo que nosotros tenemos que asumir de manera responsable que no hay soluciones mágicas o fáciles. El viejo concepto donde el ciudadano era un espectador de lo público nunca fue bueno, ni siquiera en tiempo donde había un cierto funcionamiento democrático en este país y pretender ahora decir, ya yo voté y elegí a los diputados ahora que hagan ellos su trabajo, eso es inexacto porque la dimensión o la profundidad de la crisis implica un esfuerzo de todos los ciudadanos.
-¿Y quién controla al Gobierno ahora con el decreto de emergencia económica?
-Estamos hablando de una cúpula que ya no tiene pueblo, que no tiene poder, que tiene sólo el control del TSJ y de factores del alto mando militar y desde allí se escuda. ¿Quién resuelve eso? Yo no creo que eso lo resuelve ninguna fracción política, eso lo resuelve es el pueblo.
Aquí hay gente que dice ¿por qué no le pides la partida de nacimiento (al Presidente)? Pero si es sencillísimo, se la pides y en cinco días está afuera; pues resulta que no, porque no estamos en Suiza ni en un lugar donde la apelación de un derecho automáticamente genere la satisfacción de ese derecho.
-Los venezolanos están padeciendo una hambruna que pudiera recrudecer y tampoco hay medicamentos… ¿qué acción tomarán ustedes para que se haga efectiva una ayuda humanitaria del exterior?
-Argentina, Brasil y Colombia pueden poner en Venezuela en horas toneladas de alimentos y medicinas que eviten una situación de desastre humanitaria. Ahora esto tiene que ir amarrado a una solución política, porque si no pasaría lo que nos pasó cuando la tragedia de Vargas, si llevas ayuda internacional a un país gobernado por una mafia, la mafia se agarra la ayuda internacional, la utiliza en el mercado negro, la revende en el exterior y la transforma en parte de su negocio.
-La oposición no está ejerciendo presión como en Brasil. ¿Qué están haciendo los partidos?
-Yo no formo parte de ningún partido, los apoyo a todos porque sin partidos no hay democracia. Los partidos están en un proceso importante de reconstrucción y de reinversión.
Lo que pasa es que, por ejemplo, muchas personas hace seis meses decían “no aquí no habrán elecciones y si las hay las van a perder porque la trampa está montada, pero si las ganan se la van a arrebatar porque son unos tontos”, y los partidos, ante un CNE vendido y un TSJ parcializado con el gobierno, lograron la victoria espectacular que lograron.
-El diálogo es el camino al entendimiento, pero para muchos ha significado pérdida de tiempo …
-Claro porque como bien dice la Conferencia Episcopal Venezolana, el diálogo tiene que tener objetivos claros, agendas y un compromiso de logros, si no, es una estrategia del Gobierno para ganar tiempo y tiempo que gana el Gobierno es tiempo que perdemos los venezolanos.
-¿Qué le dice a quienes consideran que un Gobierno como el actual no sale con diálogo?
-Este Gobierno no sale con votos pero sin votos tampoco, tú necesitas construir una evidencia de que tu posición tiene una sólida mayoría social.
-¿La Asamblea va a amnistiar asesinos, como sostiene el oficialismo?
– No, al contrario, va a reformar la Ley del TSJ para que no siga siendo un Poder Judicial con un 99% de impunidad. Los bloqueos que le ponen al Poder Legislativo lo único que hacen es deslegitimar cada vez más al Gobierno. Cada vez que un ciudadano ve que la AN aprueba ley que le da propiedad a los adjudicatarios de la Misión Vivienda y el Gobierno bloquea eso, son millones de nuevos aliados que tiene la mayoría democrática. El Gobierno miente de manera cínica cuando se refiere a la Ley, porque si alguien ha dado impunidad a los asesinos y estafadores, es este Gobierno. Que Maduro mande a hacer una consulta eso es un logro porque este Gobierno no le consulta nada a nadie. Lástima que no consultó cuando realizó hace dos semanas una devaluación de 1.400% y cuando creó las zonas de paz que le permitió al hampa hacer control territorial.
-¿Se puede interpretar que la salida sería el referendo revocatorio luego que el magistrado oficialista Calixto Ortega declaró inconstitucional la Ley del TSJ?
-Nosotros tenemos un objetivo y no es solamente salir de Diosdado de la Asamblea Nacional o de Maduro en la Presidencia de la República, son pasos que hay que dar. Nosotros en lugar de dividirnos por los atributos formales de los mecanismos, nos unimos a la estrategia de lucha, en el ámbito político son las marchas.
-¿Y la promesa de Henry Ramos Allup de una salida en un lapso de seis meses?
-Lo que dijo Ramos Allup no fue distinto a lo que dijimos en agosto de 2015 cuando hicimos público el acuerdo de la tarjeta única, dijimos también que si no hay una rectificación del Gobierno nosotros nos veríamos obligados en el lapso del primer semestre del 2016 a diseñar el camino para el cambio político. El decreto de emergencia económica hizo acelerar y definir la hoja de ruta con los planteamientos, porque el tiempo está andando y para nosotros eso es importante.
-¿Hay una sola oposición? Se lo pregunto ante los planteamientos distintos de dirigentes políticos sobre la salida constitucional
-Hay la unidad que ganó el 6 de diciembre. Yo quisiera ver a alguien compitiendo contra esa unidad a ver qué le pasa y usted lo sabe. Hay una cúpula burocrático-militar que va con el sol en la espalda. Hay un deseo de cambio de los venezolanos que se expresa en la unidad como estrategia nacional.
