En aquella cancha del colegio Las Colinas, la que aún no estaba techada y cuyo piso estaba rodeado por tubos amarillos, a mediados de los años noventa, ese muchacho era difícil de confundir entre el resto de los uniformados de verde y blanco. Daniel Seoane, aún entonces, ya se hacía distinguir por dos cosas: ser el más alto del salón y su pasión por el baloncesto.
Casi dos décadas después, a sus 34 años de edad, el mismo joven que logró pasar de las aulas de Comunicación Social, a las ondas radiales y cámaras de TV y de allí a las canchas como scouter y asistente técnico de grandes entrenadores extranjeros y boricuas, el que se abrió paso hasta la selección nacional y es parte de históricas gestas y el mismo que también fue campeón de Liga Nacional (LNB) en 2015, ahora cumplió otro sueño.
“Piola”, como es también conocido, logró dirigir dos partidos en la Liga Profesional (LPB) 2015-2016 y -por si fuera poco- ganarlos con el equipo de su tierra, Guaros de Lara, plagado de figuras criollas y extranjeras. Encargado por la ausencia de Néstor “Ché” García, fue a Maracaibo y barrió a los Gaiteros del Zulia con triunfos 97-92 y 92-77, con lo que se unió a Silverio Leal (0-2 en 2008), Carlos Gil (5-5 en 2010) y Oscar Silva (0-1 en 2012) como los coaches nacidos en Lara que han comandado a Guaros.
Emoción indescriptible
“Es un gran orgullo dirigir en esta liga, ya que vengo viéndola desde que era muy niño. Era un sueño que hoy se me hizo realidad, al frente de este grandísimo equipo, con jugadores de tanto nivel y que han ganado tantas cosas. Que ellos se entreguen y jueguen como lo hicieron hoy para mí es una gran felicidad”, dijo el estratega de raíces uruguayas, segundos después de dirigir el primero de sus dos triunfos.
“Lo dedico a mi familia, que está en Uruguay, a Néstor (Ché García) que es mi maestro y que me ha dado esta gran oportunidad. Él era mi ídolo y la vida y el baloncesto me dieron el chance de trabajar con él y ahora, de su mano, pude dirigir en la liga. Es de los mejores entrenadores del continente, sino el mejor y que un tipo de su categoría confíe en ti es una responsabilidad grande”, afirmó.
No olvidó a sus dirigidos. “Le doy las gracias a los muchachos porque jugaron un tremendo partido, respetaron el plan de juego y siguieron las instrucciones como si fuese el propio Néstor (Ché García) el que estuviese dirigiendo”.
De su primer juego recordará siempre que fue “dificilísimo”. “No lo digo por cliché pero Gaiteros siempre te complica sin importar los jugadores que tenga. Controlamos bien la primera mitad y los tuvimos en 60 puntos hasta el último cuarto donde nos basamos en la ventaja”.
Por cosas de la vida, le tocó reencontrarse con Terrence Shannon, quien era jugador de Guerreros de Lara, un extinto filial de Guaros en Liga Nacional en el que Seoane tuvo su primera oportunidad como asistente técnico, en el año 2006. “Tuve el placer de saludarlo. Hacía diez años que no lo veía. Compartimos muchas cosas en mi primer año. Más allá de sus 36 años sigue produciendo mucho y nos enfocamos en él”.
