La crisis se agudiza para tomar dimensiones insostenibles a la par de los anuncios de Maduro que priorizan la economía sobre los procesos electorales. En un verdadero campo minado se ha convertido el camino hacia el referendo revocatorio para todos los venezolanos, en el entendido que estamos entrando en la recta final del proceso de consolidación definitiva del modelo castrista que proscribe por completo las elecciones. Su Majestad, Fidel Castro, entiende el ejercicio del poder como una relación parasitaria.
Un pueblo arruinado. Hambriento. Enfermo. Atemorizado. Sin más opciones que arrastrarse ante la cúpula militar para medio comer. El hombre de a pie no decide nada. No opina. No protesta. No disiente. No vota.
No elige. Simplemente se la tiene que calar. Bajar la cerviz en las interminables colas ante la bota opresora que se encumbra para reinar sobre la ruina y el atraso del país…
En este panorama sombrío, la unidad monolítica de los sectores democráticos se hace cada día más obligante. Nadie sobra. Todos hacemos falta para fortalecer la musculatura disidente que a la postre pondrá fin a esta pesadilla. Obviarlo resulta suicida. No hay espacio para egos, vanidades, o personalismos revanchistas en busca de carguitos intrascendentes mientras el país se nos cae a pedazos en manos de la bastardía roja. El sarampión de las candidaturas corroe el espíritu unitario para enfrentarnos en luchas intestinas sin sentido de ninguna naturaleza. El régimen lo sabe. Lo explota. Lo estimula. Entiende que unidos, ahora más que nunca, somos invencibles.
La dignidad aflora hacia los grandes desafíos que nos impone la historia. Lo pequeño. Lo intrascendente. Lo mezquino. Lo mediocre; debe salir de nuestros corazones para abrirnos hacia la impostergable reconciliación que ellos no desean. Perdonarnos y reencontrarnos en medio de nuestros dolores colectivos, resulta mortal para sus fines de dominación. Erradicar el odio sembrado en nuestras almas por esta doctrina del mal, es la clave para desarticular los planes de su Majestad para expandir sus dominios por todo el continente.
Recordemos que la perpetuidad castrista se impone precisamente mediante el humillante maltrato al ciudadano y el exterminio absoluto de la disidencia…
Vienen tiempos duros. Muy difíciles. La sociedad decente debe estar muy unida para sobrevivir esta tragedia. Están dispuestos a echar el resto, y lo van a hacer bajo la errada creencia de que la maldad de sus acciones puede más que nuestro origen libertario y democrático. El Espíritu Santo cubre con su manto protector nuestros tormentos colectivos. Busquemos la fuerza necesaria en Dios Padre para que limpie nuestro espíritu de ese lado oscuro que nos hace pequeños. Envidiosos. Mezquinos. Expulsemos de nuestras entrañas los demonios que envilecen nuestra esencia como Nación. No caigamos en el lodazal al cual nos pretenden llevar. Vamos a jugarle limpio a Venezuela…
Mis comentarios:
.- Una extraordinaria labor informativa la que coordina Fernando Segnini en la unidad de medios que lleva varios años operando en su casa.
.- Un espacio de opinión amplio. Sin exclusiones. Donde la dirigencia política, gremial, sindical, empresarial y de todo tipo, puede acudir para hacer sus valiosos aportes a esta lucha que es de todos y por todos. Felicitaciones Fernando. Excelente trabajo…
La memoria del justo es bendecida, pero el nombre de los malvados se pudrirá…(Proverbios 10:7)
