El Hogar de Niños Impedidos (Honim), el Pequeño Cottolengo Don Orione y la Ciudad de los Muchachos, son instituciones que se han convertido en un cálido hogar para los pequeños en estado de abandono por sus padres y de aquellos con diferentes tipos de discapacidad, conformando una gran familia digna de admirar y apoyar.
Sin embargo, en los últimos tiempos hemos observado con preocupación la crisis económica por la cual atraviesan, poniendo en peligro la atención médica y alimentaria de más de dos centenares de niños en estado de abandono y de discapacidad, los cuales reciben cuidado profesional permanente.
Es el caso que estas instituciones reciben aportes financieros de la Gobernación del estado Lara y de la Alcaldía del municipio Iribarren, entre otros, lo cual no resulta suficiente; además, en el pasado recibían ayuda del Gobierno nacional a través de la Misión Negra Hipólita, estimados en un 52% los recursos aportados, y hoy apenas este apoyo alcanza un pírrico 8%.
Por otra parte, los costos de funcionamiento estimados de estas casas benéficas ascienden a alrededor de Bs. 420/millones y en el caso del Honim, se derivan otros dos hogares de cuidados diarios comunitarios, ubicados en el Barrio José Félix Rivas y en la comunidad de San Jacinto.
No obstante, los directivos de estas instituciones no han bajado la guardia; todo lo contrario, se encuentran actualmente promoviendo una serie de iniciativas tendientes a recolectar los recursos necesarios para paliar la situación, recurriendo a instituciones públicas y privadas, emitiendo unos bonos, realizando rifas benéficas y cualquier otro tipo de colaboración pecuniaria o en especies.
Creemos estar ante una situación, que debe llamarnos la atención a todo el colectivo larense, ya que estas instituciones cumplen una extraordinaria labor de carácter social y por ende, requieren de ingentes recursos para poder atender a esa gran cantidad de niños recluidos por diferentes razones.
Si hacemos un análisis de las difíciles circunstancias que atraviesa el país, con la exagerada escasez y desabastecimiento de alimentos y medicinas, el elevado costo de los insumos médicos, todo eso hace necesario aportes cuantiosos del sector público, que maneja inmensos recursos destinados a las obras sociales.
Es propicia la oportunidad para convocar a los sectores públicos y privados, medios de comunicación, laboratorios farmacéuticos, empresarios, gremios y particulares, a cerrar filas al lado del Honim, el Pequeño Cottolengo y la Ciudad de los Muchachos, a fin de garantizar su subsistencia y aportar nuestro grano de arena para revitalizar estos interesantes programas sociales. Valor y pa´lante.
