Rafael Narváez, coordinador de la Asociación civil Defensa por los Derechos Civiles, deploró el estado en el que se encuentran los estudiantes de la UPEL recluidos en la cárcel de El Dorado en el estado Bolívar y exigió a la Cruz Roja internacional que haga presencia en el lugar, debido a que uno de los jóvenes sufre de paludismo sin que hasta ahora los organismos del Estado hayan emitido opinión.
“He conversado con la mayoría de los familiares y su testimonio es de dolor e impotencia ante la indiferencia del gobierno nacional”.
De igual forma, en su opinión, la Cruz Roja venezolana también debe hacerse presente y cumplir con el decálogo sobre los derechos en el sentido humanitario.
“El Estado debe abrirle las puertas a la Cruz Roja para que puedan constatar el estado de salud de los estudiantes de la UPEL”.
Aseguró que los jóvenes detenidos en esta cárcel son vejados de forma constante por los custodios, además, son sometidos a condiciones infrahumanas y falta de atención médica.
“Los familiares tienen que hacer una cruzada para llegarse hasta El Dorado para luego, esperar por más de tres horas para ser atendidos y para colmo, deben pagar para entrar a una cárcel obsoleta que no cumple los requisitos y estándares internacionales en materia de Derechos Humanos en relación al cuidado de los detenidos”.
Para el jurista, la situación de los detenidos en Venezuela a consecuencia de las protestas que durante 4 meses se mantuvieron en diversas regiones del país sigue siendo “precaria” al no haber atención oportuna del Estado, “quien tiene la obligación de preservar la vida de los recluidos en cualquier centro penitenciario”