En la calle ha encontrado su ‘rebaño’, ese que le ha sido fiel desde hace una década. El empresario expastor de la Iglesia Maranatha a través de El Evangelio Cambia sabe cómo abordar a la gente a través de la Palabra, esa que utiliza para llevar un mensaje de paz, unión y fraternidad.

Javier Bertucci también quiere llegar a Miraflores, y para hacerlo tendrá que recorrer un largo camino trastocado por los egos políticos de numerosos dirigentes.
Aunque intente transpolar su experiencia como pastor a la convulsión social, la acción que ejecuta con frecuencia entre sus seguidores, es muy distinta a la empleada en la política partidista, donde tiene poco andar y en la que requiere de una vasta experiencia para comprender lo neurálgico de la lucha de poderes, la cual intenta evadir al concentrarse en ver cómo logra llegar a Miraflores en medio de una Venezuela convulsionada producto de la crisis humanitaria existente. Pero deberá acostumbrarse.

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Esperanza por el Cambio es el movimiento que postuló ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) a Javier Bertucci, un hombre de 48 años de edad que ha sido catalogado por la opinión pública como “oportunista” y el “elegido”. ¿La razón? El 23 de febrero de 2018, dijo “ser una luz en las tinieblas” porque “representa el bien”. Analogía que deja en evidencia ser la tercera vía: se niega a aceptar que líderes del oficialismo y oposición estén en un gobierno de transición. “Queremos un cambio radical”, aseguró.

“Soy el candidato de los valores cristianos y de la esperanza”

Acusado y defendido

Se la ha señalado como pieza estratégica del oficialismo, pero lo ha desmentido. Entiende que ese planteamiento “malintencionado” se debe a que evita el lenguaje provocador de Nicolás Maduro y Henri Falcón. “No lo hago por mis valores”, dijo a Radio Rumbos 670 AM el miércoles 21 de marzo de 2018. Valores que ha pretendido conservar entre tanto caos y tentaciones.

Javier Bertucci igualmente es un líder mesiánico, de verbo fluido y muy pausado en sus prédicas, pero en sus discursos políticos, es algo reflexivo y a veces inseguro. Con aplausos de vez en cuando, no tan frecuentes como otros líderes políticos experimentados. Arranca muchas emociones en sus seguidores, y tendrá que esforzarse para captar a los electores reacios a los procesos electorales actuales. Es un político poco enérgico.

“No me metí para perder, yo sí creo en la oración, soy un hombre de fe”

Hoy jueves, en la presentación de los candidatos legislativos, recordó que se solicitará al CNE incorporar otras condiciones al documento de garantías electorales firmado el pasado 2 de marzo del 2018. Que sean testigos por candidatos y no por partidos, suprimir los llamados ‘puntos rojos’ de los centros de votación, mayor equilibrio informativo en los diferentes medios de comunicación social del país, tanto públicos como privados; y el uso nuevamente de la tinta indeleble para generar mayor confianza, son las nuevas exigencias que debe estar en el texto.

Siempre mediático

Apenas se inscribió en el CNE, supo que el poder de los medios de comunicación social será oportuno para expandir su verbo y misión. Ante los periodistas, ha dicho que no seguirá “haciendo la misma política que denigra, descalifica y busca enlodar su reputación”. Dice, que cuando se acude a esta estrategia, se han perdido los valores. “No voy a atacar a ninguno de los candidatos. Estoy sembrando esperanza. Vengo haciendo propuestas y no tengo tiempo para atacar”, piensa.

Bertucci confía en que la sociedad no quiere más inoculación de odio, por eso se postuló como candidato presidencial, pues ha visto cómo ha crecido la necesidad en la calle. “Un liderazgo establecido en las comunidades lo pongo al servicio del país, que no tiene pasado político ni acuerdos partidistas. No tengo ningún compromiso con los partidos. Puedo gobernar con los mejores”, reflexiona.

Dice ser el candidato de la esperanza, misma filosofía que empleó la actual gobernadora oficialista de Lara, en su campaña regional del 15 de octubre de 2017.

El mundo paralelo

Se le imputaron los delitos de contrabando agravado y asociación para delinquir (2 de julio de 2010), razón por la cual estuvo detenido por tres días (expediente GP01-R-2010-000234).

El motivo de la detención se debe a que exportaría desde el muelle Nº 42 de Ocamar (vía Base Naval de Puerto Cabello), donde estaban once trabajadores de la empresa Tecnopetrol (Zona Industrial de Guacara estado Carabobo), propiedad e Bertucci, quienes hacían el cargamento.

Se transportarían 5.000 toneladas métricas de Tecsol, un producto químico base para la elaboración de desengrasante y removedores de pintura, que irían al Puerto de Baraona en República Dominicana.

El 4 de julio ordenaron su arresto domiciliario (juez primero Henry Chirino del Circuito Judicial Penal de Puerto Cabello). Luego obtiene una media sustitutiva de libertad con régimen de presentación sin poder salir del país.

También estuvo mencionado, aparentemente, en los Panamá Papers. En 2016 luego de los documentos electrónicos filtrados por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, Bertucci habría hablado con el bufete Mossack Fonseca con el fin de ser presidente de Stockwin enterprises Inc, con una inversión de 5 millones de bolívares. Este miércoles volvió a aclarar en entrevista a Radio Rumbos 670 AM que no tiene ningún vínculo con lo que se le señaló en un momento. Un escándalo investigado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

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